Capítulo 26. La canción que siempre quiero escuchar

1.5K 137 6
                                    

—¿Puedo pasar? —di unos golpecitos en la puerta ligeramente abierta, distrayendo a la rubia que se encontraba adentro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Puedo pasar? —di unos golpecitos en la puerta ligeramente abierta, distrayendo a la rubia que se encontraba adentro.

—Ethan, ¿qué haces aquí? Vas a llegar tarde a la presentación —Elaine corrió hacia mí, y su rostro se iluminó por una sonrisa. Era ella quien solía visitarme, ya que no me permitían salir mucho, por lo que su sorpresa era comprensible. Al llegar a mí, me dio un fuerte abrazo.

—Tranquila, ya calculé todo —dije, devolviéndole el abrazo—. Solo venía a decirte que el fin de semana iré a hacerme la prueba, ya sabes... —ladeé la cabeza—, para lo de Livard.

La sonrisa en su rostro se suavizó.

—Gracias —me dio un beso rápido en la mejilla—, pero no tenemos tiempo para esto. Vamos, vamos, voy a arreglarte —hizo gestos con las manos.

—¿Qué? ¿No te gusta cómo me veo? —desplacé la mirada por mi cuerpo.

—Siempre te vistes igual. Es hora de probar algo nuevo.

Ese día, Elaine me hizo usar un traje azul marino, con el cabello peinado hacia atrás y un flequillo en el costado.

No me di cuenta de cuánto tiempo pasó hasta que llegamos corriendo al parque donde se realizaría la asamblea. Había un gran arco con la palabra "Bienvenidos" en la entrada y una multitud transitando entre los puestos de comida y juegos.

Lo primero que vi fue el puesto de pasteles de Gwen, quien estaba muy alterada regañando a Damon por cosas que apenas se oían por el bullicio.

—Veo que hay mucho trabajo por aquí —Comenté, y Damon, sosteniendo un pastel, se giró hacia mí con su mechón que le caía en la frente. Sonrió y estaba por decir algo, pero se quedó boquiabierto cuando Gwen lo interrumpió.

—Sí, e Ethan, te quiero muchísimo, pero me harías un gran favor si no distraes a Damon.

El susodicho le lanzó una mirada ceñuda.

—Ella solo bromea —se reclinó para darme un beso rápido en los labios.

—Oh, no, de hecho no. Ahora mueve esas cajas, grandote —Le pegó un trapo en el pecho, y él, por reflejo, lo tomó.

Damon suspiró pesadamente y rodó los ojos.

—Vuelvo al trabajo. Te veo más tarde—me dio un beso en la mejilla antes de darme la espalda y volver a discutir con su prima.

—Parece que lo de ustedes dos realmente está funcionando —Elaine irrumpió en mi burbuja. Había olvidado que estaba ahí.

—Sí, bueno, eso parece —me encogí de hombros sin apartar la vista del chico que ahora era mi novio.

Ella se rio a mis espaldas.

—Yo diría que es más de lo que parece.

Fruncí el ceño, optando por cambiar el tema.

El Cristal del Príncipe  [Cristal#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora