One shots

37. Parte dos. Mafuyu Sato

NOTA.
Muchos me pidieron parte dos y aunque la historia esta terminada la pondré.

Mientras presenciaba aquel beso simplemente mi mente se puso en blanco, en verdad quería creer que Mafuyu me elegiría a mí después de aquella conversación con sus amigos.

Sus rostros se volvieron sonrojados, y unas sonrisa se coloco en el rostro de Uenoyama, mientras tanto Mafuyu habló.

—Uenoyama-kun yo... tengo novia.

—¡Lo siento! Fue solo un impulso.

A pesar de que dijo eso... no lo separo en ningún momento y le siguió el beso, lo siguió a pesar de tener "novia".

—Esta bien Mafuyu... ya no tienes novia, puedes besarlo todo lo que quieras.

—¡___!

Antes de dejarlo hablar corrí directo a la entrada y al salir corrí sin mirar atrás, no sabía ni a dónde me dirigía o a quien empujaba, solamente me limitaba a mover mis piernas lo más rápido que estas me permitieron.
Al parar comencé a respirar con dificultad, observé donde estaba y no conocía el lugar, observé aún más hasta que mi mirada dio en un antro donde el ambiente se veía activo, camine hacía el y después de sobornar al de la entrada me dejaron entrar.

A pesar de ser menor de edad lo único que quería hacer era olvidar, olvidarlo por completo.
Pero mi mente comenzó a pensar en todos esos momentos hermosos, fui a la barra y pedí la bebida mas fuerte que tuvieran.

Tome un trago y una memoria llego a mi mente.

—¿Cómo mierda es que eres tan dulce?

—Baja la voz ___.

—¡No puedo! Eres la primera persona que me da una carta con una canción de dedicación.

—Solo es un párrafo... no una canción entera.

—¡Pero es magnífica Mafuyu! Gracias, te amo demasiado.

Tomé otros dos tragos cuando llegó otro recuerdo

—¿Estas seguro de querer hacerlo? Se que yo insistí pero...

—Esta... esta bien.

—De acuerdo, entonces solo lo agarró ¿así?

—Sí -un leve gemido salio de su boca- Solo hazlo un poco mas lento.

—Si te lastimó solo dime.

—Gracias por ser tan paciente conmigo ___.

—Gracias a ti por permitirme hacer mis locuras.

Los tragos me quemaban la garganta pero seguía tomando cada vez mas rápido.

—Hermosa ¿cómo estas? ¿Quieres bailar un rato?

—¡El jamás quiso bailar conmigo! Era malísimo bailando.

Comencé a llorar en los hombros de un desconocido, aquel chico en vez de burlarse o intentar abusar de mi acercamiento comenzó a darme palmadas en la espalda.
Tomé otro trago que nuevamente me picó la garganta.

—Oye amiga, espera no puedes tomar tan rápido.

—¡A el tampoco le gustaba que tomara! ¡Jamás supe por que! ¡Si me amaba ¿porqué lo besó?!

—¿Traes celular?

—Esta en mi bolso... iré al baño.

Me dirigí al baño y vomite en el retrete, deje mis cosas con el extraño de antes hasta que nuevamente llegue con él.