3.Ciel Phantomhive

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-¿Piensas quedarte ahí todo el día?

Menciono Ciel mientras me lanzaba una mirada desaprobatoria.

-¿No se supone que eres mi mucama? Te la pasas todo el día acostada en la cama... -apretó el puño en seña de enojo- Y no solo eso ¡En mi cama!

-My lord, si me permite, yo podría moverla de dónde se encuentra acostada.

A Sebastian no le hacía ni mínima gracia que estuviera tumbada en la cama de su amo, aunque tambien era el mio.

-¡Tranquilo Sebas! Deberías saber que tardarías mas de lo que piensas... después de todo soy un demonio mas poderoso que tú.

Una mirada retadora fue lo que le lancé, después de todo ninguno de los dos llegabamos a agradarnos.

El quería a Ciel por su alma y yo lo quería por su cuerpo, no eramos tan diferentes, pero si su cuerpo no tenía alma no tendría sentido tener relaciones con el.

Después de todo, Ciel era totalmente mi tipo... aunque aun estaba madurando, tal vez en unos 4 años pueda ofrecerme una noche con su cuerpo totalmente dispuesto a ser explorado por mis manos.

-¡Ustedes dos dejen de pelear y ponganse a trabajar!

La voz de Ciel me hizo volver a la realidad. No me agrada la idea de limpiar el lugar y ser una mucama, pero si era por poseer ese lindo cuerpo estaría dispuesta a dar lo que sea.

Ciel me contrató como mucama tras haber invocado a Sebastian, al principio creyeron que era una humana mas sin embargo después de mostrar mis intensiones no pudieron hacer nada para deshacerse de mi, Ciel cayo en mi trampa y firmo un contrato asegurando que me daría su cuerpo durante una semana.

Aunque para eso faltaran 5 años, pero claro, si el lo quería antes no había problema.

Ciel se fue de casa a una nueva misión, parece que era el momento de la entrada al circo, lo malo de todo esto es que me quedaría en casa a solo "cuidar la mansión".

Después de un tiempo me aburrí y decidí ir a donde Ciel.

Al aparecer en el bosque cercano al circo observe a Ciel junto con unos chicos que parecían ser del circo. Estaba pelando papas sin embargo... lo hacía bastante mal.

-¿Quieres que te ayude mi amor?

Susurre en su oído y el se sobresalto, los demás a su alrededor también, para que no sospecharan me convertí en una pequeña de su edad.

-Smile ¿quién es ella?- pregunto un chico con el flequillo cubriendo su rostro.

-Ella es... una desconocida.

-¿Qué dices? Pero si escapaste de mi hace un mes ¿Ya no me quieres?- puse un puchero bastante dulce para muchos.

-Smile ¿ella es tu novia?

-¿Qué?- se sonrojo de una manera muy exagerada- ella solo es una acosadora.

-¡Que cruel! Pero así te quiero amor.

-¡No me llames amor!

-Entonces ¿Smile?

Pareció que eso le molesto más, antes de que siguira la discusión llego Sebastian y me lanzo una mala mirada.

-Señorita ___ ¿qué hace usted aquí?

-¿No es obvio? Perseguir a mi amorcito... perdón a Smile.

-¡Qué dejes de llamarme asi!

Una risa escandalosa inundó el lugar.

-¡Que amigos mas raros tienes Smile! Oye ___ ¿quieres comer con nosotros.

One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora