Last time [ ꜱᴏᴜᴋᴏᴋᴜ ]

Los arbustos

El pelirrojo disfrutaba estar en el regazo del castaño pero era hora de irse. El castaño recogió las cosas y esperó a que Chuya se levantara.

-No podemos utilizar estas cosas aquí ¿cierto? -Dazai-

-Bueno, no hay nadie...No hay nada que perder. -Chuya-

-Chuya, ¿me estas proponiendo lo que creó que es? -Dazai-

-Si, realmente sí.  -Chuya-

El castaño reaccionó los más rápido que pudo. Era tan tentado por su cuerpo, no solo lo veía de esa forma. La mayor parte del tiempo le veía como su futuro esposo o el amor de su vida. No lo decía para no verse tan cursi.

-Vayamos detrás de esos arbustos. -Dazai.-

- Mm, de acuerdo. Espero no haya insectos. -Chuya-

Ambos accedieron. Los dos querían así que seria un acto puro de amor. Pero salvaje, Dazai se deshizo de la ropa se Chuya. La doblo y dejo sobre el arbusto. Le abrió las piernas para poder quitarle sus pantalones, terminaron en el mismo lugar que el resto de su ropa.

-Dazai, sólo ten cuidado. Mañana tengo una misión y no quiero cojear. ~

Dazai asintió, comenzó a estimularlo con besos húmedos en su cuerpo. Desde su cuello hasta el vientre. Se detuvo un poco en su pecho, le acaricia los pezones masculinos con los dedos moviéndolos lado a lado. Eso estimula al pelirrojo sacándole gemidos agudos. Los labios de Dazai van expandiéndose en todo su cuello hasta dejarlo marcado mientras sus dedos siguen presionando sus pezones como un par de botones rosados. Dazai arrojo su cinturón y se bajo los pantalones. En un par de segundos Chuya fue embestido con brutalidad. Este soltó un gruñido de placer. Ambos cuerpos hicieron un acto de amor cargado se salvajismo y pasión. El arbusto quedó destruido por los movimientos, los sonidos se escucharon más de lo pensando. Los gemidos de ambos y gritos pronunciando sus nombres. Era algo que chuya podría presumir de Dazai. Era bueno en el sexo ¿pero solo eso? Bueno le preparo esta cena, eso suma puntos. En verdad le importa y no todo es sexo al parecer. Ya relación va mejorando. Esto piensa antes de dejarse llevar totalmente