Capítulo treinta y tres.

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Tan rápido como el beso inició, terminó, un gemido se escuchó y cuando recuperé la conciencia de lo que estaba pasando Christian golpeó el rostro de David de forma violenta, mis ojos se abrieron.

-¡Christian! -chillé y corrí hacia él, el frió cubrió mis piernas que solo llevaban el pequeño short de mi pijama, el ojo azul golpeó de nuevo al castaño que cayó al piso y tomé su camisa llamando su atención, su mirada se encontró con la mía, sus ojos llameaban y su mandíbula estaba tan apretada que sus dientes crujían, -déjalo -pedí y miró de nuevo al chico en el suelo, este mantenía sus manos en su abdomen y en un impulso llevé mi débil pie a su trasero, -¡no vuelvas a aparecerte por aquí! -gruñí y miré de nuevo a Christian, tomé su mano y me giré caminando hacia casa, cerré la puerta y me giré para verlo, su mirada estaba puesta en mi llena de furia.

-¿Cómo pudiste estar besando a ese idiota? -gruñó.

-Yo...

-¿Es que no te das cuenta de que estuvo engañándote? -escupió.

-Ni siquiera me dio tiempo de...

-¿Eso es lo que estás buscando? -gritó de nuevo.

-Christian yo...

-¿Qué clase de problema tienes? -sus brazos se movían de lado a lado liberando un poco de la tensión de su cuerpo, -¡creí que eras más inteligente! -espetó y mi mano se estrelló en su mejilla, en un intento de hacerlo reaccionar y hacer que el temblor de mi cuerpo se detuviera, ¿Por qué reaccionaba de esa manera?, su nariz se arrugo y apretó aún más su mandíbula, mis ojos se abrieron y esperé que gritara todo lo que tenía atorado, entonces sus manos tomaron mis hombros y fui empujada hacia la puerta detrás de mí, ¿me iba a golpear?, y antes de poder intentar alejarlo sus labios se apoderaron de los míos, mis manos subieron a sus hombros e intenté alejarlo pero sus manos tomaron las mías llevándolas sobre mi cabeza, sus labios jugando con los míos, entonces mi cuerpo dejó de poner resistencia, sus manos dejaron las mías y bajaron a mis caderas, mis manos viajaron a su cuello enredándose en su cabello, su lengua comenzó a delinear mis labios y cuando separe mis labios dándole entrada se separó, su pecho subiendo y bajando con prisa, sus labios rojos hinchados, su cabello alborotado, abrió la boca para hablar y antes de que pudiera hacer algo me eché a correr a la cocina, escuché sus pasos acercarse y entonces volver a alejarse, seguido del ruido de la puerta abriéndose y cerrándose, dejé salir el aire entrecortado de mi aun acelerada respiración y llevé mi mano a mi frente, ¿Qué acababa de hacer?.


La puerta se abrió de nuevo y solté el aire, tenía que enfrentarlo, tenía que decirle que era un error, fue el impulso del momento además, él me había besado a mí, "y tú le respondiste" recordó mi subconsciente y mordí mi labio, caminé hacia la sala y me detuve encontrando a mi mamá.

-Mamá... -susurré y sonrió.

-Traje ensaladas para cenar -agitó la bolsa de Salad's frente a mí y tragué saliva.

-Yo... en realidad ya cené -mentí y caminé hacia el sillón, tomé mi celular y la miré, -me iré a dormir, yo... buenas noches -me giré y corrí hacia mi habitación, cerré la puerta y me encaminé hacia la cama, maldije en todos los idiomas que conocía y enterré mi cara en la almohada, lo celaba, disfrutaba de su compañía, me sentía protegida a su lado y había disfrutado besarlo.

Christian me gustaba.

Christian me gustaba mucho.

No.

Christian no me gustaba.

Yo estaba enamorada de él.

Y lo supe desde el día que llego al salón.

Y me asustaba saberlo.

Y me aterraba admitirlo.

-¿Ahora qué voy a hacer? -gruñí y cerré los ojos, "tal vez solo es una pesadilla" pensé y sacudí la cabeza.


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-Así que Diana, ¿Qué es lo que las chicas sexis como tú hacen en New York para divertirse? -preguntó el ojo azul frente a mi.

-No lo sé -murmuré y reí, el alcohol ya era demasiado en mi cuerpo, -mis amigas y yo solemos visitar Dark Place -informé y asintió.

-¿Muy a menudo? -con su mano izquierda paso un mechón de cabello detrás de mí oreja.

-Casi todos los fines de semana -confesé y asintió una vez más.

-¿tú qué haces? -pregunté y sonreí como estúpida, -además de ser muy bueno besando -continué y tomé su cuello atrayéndolo a mis labios.

-Estudio -susurró sobre mis labios, -¿tú estudias? -asentí y lo besé de nuevo, -¿Dónde? -preguntó.

-Entraré a la universidad de New York -respondí a prisa y lo besé de nuevo, se giró quedando sobre mí y tomó mis manos entrelazándolas sobre su cabeza.

-Gracias -susurró y sonreí.

-No dejes de besarme -pedí con voz de niña pequeña y su rostro se acercó aún más.


Desperté con el sonido de mi celular, me enderecé y llevé mis manos a mi cabeza, relamí mis labios y tomé mi celular, ahora que comenzaba a recordar tenía muchas dudas, y él tendría que responderlas.


Diana: ¿Por qué viniste?


Envié y me puse de pie caminando hacia el baño, después de tomar una ducha me coloqué un par de jeans y una sudadera con la palabra "Peace" en ella, el auto de Kendal llegó y me subí en silencio, su ceño se frunció y por primera vez, desde que la conocí, ella no hizo ningún comentario, y por primera vez, desde que la conocí, me gusto que se quedara callada.


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FINALMENTEEEEEEEEEEEEEEE! #DristianBeso aksdjlsdadasdasd necesito saber su reacción.

Y bueno, supongo que saben lo que significa, esto esta por llegar a su fin.

Mi secreto de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora