Mi secreto de verano

Capítulo uno.

Julio del 2013

La música estaba a todo volumen y mi metabolismo sobrepasado de alcohol, sabía que había sido una mala idea colarnos en la fiesta qe algunos extraños que estaban realizando en el bar de nuestro hotel pero, ¿podía ganarle a mis amigas?, jamás.

El mesero pasó llevando en su mano una charola llena de copas de champagne

— ¡Una por aquí! –pidió Kendal y el joven se acercó dejando que tomáramos una copa más.

—Disfruten la fiesta –susurró y entonces se marchó.

—Esto está muy mal –dije tomando un trago largo a la copa de líquido dulzón que me habían entregado.

—Felices dieciocho Diana –canturreó Paris y todas levantamos las copas para brindar.

—Entonces... busquemos tu regalo –susurró Kendal y comenzó a mirar alrededor, como si analizara las opciones, ¿las opciones para qué?... ¡esperen!.

—¿Vamos a robar? –pregunté alarmada, habernos ido sin pagar las copas no era lo mismo que robarle a alguien, ¿no era lo mismo verdad?, no.

"sigue diciéndote eso hasta que lo creas Diana" mi subconsciente se burló.

—Por supuesto que no idiota –gruñó Paris rodando los ojos, —te regalaremos carne –aseguró y fruncí frunciendo el ceño con disgusto.

—Soy vegetariana Paris, ¿lo olvidaste? –Paris rió.

—No ese tipo de carne Diana –dijo divertida y con obviedad, ¿Qué era lo obvio aquí?

—Ese tipo de carne –completó la rubia de sonrisa maliciosa y la morena y yo seguimos su mirada, un chico de ojos azules y sonrisa arrebatadora saludaba a un par de chicos unos metros delante de nosotros, era lindo.

"¿solo lindo?"

—Quiero uno de esos –las palabras salieron sin siquiera tener conciencia de ellas haciendo que me tomaran por sorpresa, mis ojos se abrieron al igual que los de mis amigas, ¿Qué demonio me poseyó para decir eso?, el alcohol, si, sin duda fue eso, ellas sonrieron y me miraron como una madre mira a sus hijos cuando aprenden a ir al baño solos, haciendo que mis manos sudaran, algo en sus rostros anunciaba problemas.

—Pues estas de suerte, porque lo tendrás –aseguró Kendal y Paris asintió con diversión.

—¿A qué se refieren? –pregunté confundida.

—A que tendrás a ese chico en tu cama esta noche como regalo de cumpleaños –explicó con obviedad Paris y mis ojos se abrieron, ¿qué?.

—Estas bromeando.... –susurré con nerviosismo.

—Lo que pasa en las vegas se queda en las vegas cariño –dijo Kendal y me guiñó un ojo.

—Buenas noches señoritas –la interrupción llegó con una voz ronca detrás de mí, los ojos de Kendal y Paris se abrieron con complicidad e incluso aunque no lo había visto podía saber que era él, el pedazo de carne que me darían para mi cumpleaños, —¿las conozco? –preguntó de nuevo, me giré encarándolo y mis piernas flaquearon, pues si había dicho que era guapo de lejos, verlo justo frente a mis narices hacía que me pusiera estúpida, "¿Más?" la vocecilla molesta se burla haciendo que quisiera golpearla por no respaldarme.

nota mental: no volver a mirar a los ojos al chico guapo que tus mejores amigos intentan meter a tu cama., dios mío, incluso pensado sonaba estúpido

—No –dijo con obviedad Kendal, sin un rasgo de nerviosismo o desestabilidad, ¿Por qué no podía tener su seguridad?, ella lucia tan estable y había tomado el triple que yo.