Capítulo veintinueve.

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Abrí la puerta de casa y caminé de regreso al auto para sacar a Christian, -¡despierta! -exigí desabrochando su cinturón, gruñó y mustisó algo que no entendí, -¡Christian arriba! -exigí de nuevo y golpeé su mejilla, sus ojos se abrieron y frunció el ceño.

-¿Qué? -gruñó y después sus ojos se abrieron aun más mirando alrededor, -¿Qué hago aquí? - preguntó y suspiré, al menos no tendría que cargarlo a casa.

-Te has emborrachado y tenías hambre, creí que traerte a casa y alimentarte para que despertaras un poco sería una buena idea -murmuré.

-¿Traerme a tu casa? -preguntó, -¿Por qué ayudarme?

-Querías irte manejando cuando ni siquiera me reconocías, ¿crees que iba a dejar que te fueras así? -cuestioné.

-Pues me encuentro mejor, me voy -murmuró poniéndose de pie y cerrando la puerta.

-No te vas a ir hasta que no te tomes un café cargado y comas algo que te ponga en mejor estado -aseguré.

-¿Y cómo lo vas a impedir? -preguntó de forma retadora, pobre borracho idiota.

-¿Sabes qué?, quieres irte, vete, si decides cambiar de opinión la puerta estará abierta -dije y me giré caminando de regreso a casa, sonreí y caminé hacia la cocina colocando la cafetera, tomé un plato de macarrones y lo metí al horno, escuché como la puerta era abierta y cerrada, -¿decidiste quedarte a cenar? -pregunté burlona y me miró mal.

-Dame mis llaves -exigió y alcé una ceja.

-Esa no es la forma de hablarle a alguien que acaba de salvarte de un accidente Christian -reprendí con una mano en la cadera.

-No, pero esa es la forma de hablarle a alguien que me dejó en claro que no me quería más en su vida -soltó y mis ojos se abrieron mientras mi cuerpo se tensaba, -ahora si no te importa necesito mis llaves -murmuró sin mirarme a los ojos y tragué saliva, me giré y saqué el plato de macarrones acercándoselo a la mesa.

-Come -ordené y cuando estaba por hablar sus tripas rugieron con hambre, dejó salir una maldición entre dientes y se sentó a comer en silencio y sin mirarme, cuando el café estuvo listo serví una tasa y se la acerqué.

-Gracias -susurró y entonces finalmente me miró, -por no haber dejado que condujera, por alimentarme y por ayudarme a estar mejor, en cuanto termine me iré, lo prometo -aseguró, abrí la boca para hablar cuando mi celular sonó.

Kendal: ¿Dónde estás?

Paris: ¡su coche no está!

Kendal: ¿están juntos?

Paris: ¡SEXO DURO!

Kendal: ¡usen condón!

Rodé los ojos

Diana: estoy en casa y él en la suya, no se emocionen, no pasó nada, les dije, ¡seguimos igual!

Diana: buenas noches

Guardé el celular silenciándolo antes y miré a Christian, -lo siento -murmuré, -por haberte golpeado aquel día, por haberte gritado sin dejar que hablaras, por haberte dicho todas esas cosas horribles, de verdad lo siento, he intentado localizarte toda la semana pero no has respondido, me has estado evitando y ¿sabes? ¡Te necesitaba! -reclamé.

-Me pediste que me alejara, creí que me odiabas, no quería complicar las cosas -susurró.

-¿Y cuando te llamaba que te impedía contestar? -pregunté furiosa.

-Que comenzaras a gritarme, no quería escuchar de nuevo que me odiabas y que me querías alejado, la primera vez fue lo suficientemente dolorosa -aseguró y dejé salir el aire.

-Lo siento, lamento no haberte hecho caso... -murmuré y agaché la mirada, -me dijiste que no te agradaba y yo le creí... y... -me detuve y apreté los ojos obligándome a tranquilizarme, cuando creí que estaba lista para continuar sin llorar sus brazos me rodearon y en vez de darme la fuerza me hizo quebrar en pedazos y las lágrimas comenzaron a salir, sus manos acariciando mi cabeza.

-Está bien -susurró, -no tenías por qué hacerme caso -aseguró y agradecí que no me dijera "te lo dije" o alguna cosa así.

-Gracias -susurré, -por no ser un idiota y decir "te lo dije" -murmuré y lo sentí sonreír, -por defenderme, por haberlo golpeado, por todo -terminé, me separé un poco, sus ojos bajaron a los míos y su mano acarició mi rostro, relamí mis labios que se habían resecado y su mirada cayó sobre ellos, él hizo lo mismo con los suyos y los mordió, su respiración caliente chocando con la mía, sus manos tomando mi rostro y comenzó a acercarse, mis ojos se cerraron esperando que sus labios se unieran a los míos y entonces mis mejillas fueron bañadas por el frío aire, abrí los ojos encontrando a Christian de pie alejado de mi.

-Yo... creo que es hora de irme -balbuceó y sentí mis mejillas arder, asentí, y llevé mi mano detrás de mí cuello con nerviosismo.

-Si... creo que ya estas... bien -murmuré y asintió.

-Bien... yo... necesito mi llave -dijo y mis ojos se abrieron, asentí y se las entregue, sus dedos rosaron los míos y mi cuerpo fue sacudido por una corriente eléctrica, -bueno... bien, gracias -susurró y asentí.

-Si... de nada, quiero decir... nos vemos después -se giró y caminó hacia la puerta, se detuvo y me miró, sonrió y abrió la boca pero la cerro sin decir nada y salió, cuando cerró la puerta detrás de él me deje caer al piso cubriendo mi cara, ¿realmente quería besarlo?

La mejor pregunta sería.

¿Realmente me sorprende?

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n/a: asdfghjkl déjenme sus comentarios, ¿quieren matarme?

Mi secreto de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora