Escenas extras ||Beso

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¿Qué era lo que me había orillado a esta posición?, ¿desde cuándo tenía que inventar excusas para poder verla?, me detuve tres cuadras antes de llegar a su casa, ¿Qué le iba a decir?, "hola, vine a ver si estabas sola porque como la última vez que te vi estabas ocupada besando a el imbécil sin gracia" no, eso no funcionaría.

"hola, vine porque tengo sed" ¿enserio?

"hola, yo... ¿dejaron tarea?" vamos Christian, píntate un letrero de "idiota" en la frente y pídele ayuda para quitarlo, eso sería más sencillo, gruñí, ¡su cuaderno!, saqué mi celular

Christian: ¿puedes prestarme tu cuaderno de francés?

Releí el mensaje, si, sonaba bien, nada sospechoso.

Mi castaña: seguro

¡Lo tenía!, la excusa perfecta, suspiré y escribí de nuevo

Christian: ¿te importa si paso en 5 minutos por él?

Mi castaña: como sea

Mi ceño se frunció

Christian: ¿Estas molesta?

Mi castaña: no

Claro que lo estaba, ¿Qué había hecho mal?, no era yo quien se había besado con el señor pantalones cortos a media cancha, ¿ahora como sabría qué sucedió?, una sonrisa apareció en mis labios, se trataba de Diana, sabía como.

Christian: si tú lo dices...

Mi castaña: ¿Qué significa eso?

Sonreí, la conocía tanto

Christian: nada

Mi castaña: eres un idiota

Christian: ya lo había escuchado antes

Mi castaña: ¿Por qué nos abandonaste?

Mi ceño se frunció de nuevo, ahora si no sabía de que hablaba.

Christian: ¿Qué?

Mi castaña: en el campo, ¡te fuiste sin decir nada!

Bueno, verte besando con alguien que no era yo no era algo por lo que estaba emocionado, además mi primer impulso había sido romperle la cara y al recordar lo que sucedió la última vez que lo hice la mejor idea de tuve que irme, no sin antes dejarle claro a Amelie que no tenía ningún interés en ella y que no estaba bien que estuviera besándome,

Christian: ¿por eso estas molesta?

Mi castaña: no cambies el tema

Christian: lamento no querer interrumpir tu sesión de besos con el señor piernas peludas

Mi castaña: ¿y decidiste irte con Amelie entonces?

Mi ceño se frunció y una sonrisa apareció en mi rostro

Christian: ¿Estas celosa?

Mi castaña: estoy molesta

Christian: ¿Por qué estoy con Amelie?

Mi castaña: ¡¡Porque eres un idiota!!

¡Estaba celosa!, reí y dejé el celular a un lado, sería mejor hablar de frente, encendí el auto y conduje hacia su casa, cuando detuve el auto y me bajé miré hacia la puerta, un chico timbró y cuando la puerta fue abierta él tomó el rostro de la castaña y la besó, mis puños se cerraron con fuerza contenida y me apresuré a llegar a él tomándolo de la cabeza y alejándolo, entonces me di cuenta de quien se trataba y la fuerza que intenté contener salió, escuché el grito de Diana y después su mano tomó mi brazo, la miré y la ira fue evacuada de mi cuerpo, sus ojos bajaron al chico a mi lado y casi sonreí cuando pateo su trasero, su mano tomó la mía y me hizo caminar hacia su casa, entré y ella cerró la puerta detrás, la miré con el ceño fruncido.

-¿Cómo pudiste estar besando a ese idiota? -grité con molestia.

-yo...

-¿Es que no te das cuenta de que estuvo engañándote? -la interrumpí.

-Ni siquiera me dio tiempo de...

-¿Eso es lo que estás buscando? -la irá comenzaba a invadirme de nuevo al recordarla besándose con él.

-Christian yo...

-¿Qué clase de problema tienes? -mis brazos se movían al lado de mi cuerpo por cuenta propia, -¡creí que eras más inteligente! -mis quejas fueron detenidas cuando su pequeña mano se estrelló en mi mejilla, ayudándome a recuperar el control, pero todo mi interior gritaba que dejara salir lo que traía dentro, arrugué mi nariz y apreté mi mandíbula intentando retener mis futuras acciones, pero mi impulso y la necesidad de sentirla mía fueron más fuertes, tomé sus pequeños y delicados hombros y la empujé hacia atrás dejándola contra la puerta, sus ojos se abrieron con alerta y entonces lo hice, la besé, sus pequeñas manos intentaron apartarme pero no la dejaría, no cuando había esperado más de un año por esto, tomé sus muñecas y mantuve sus manos sobre su cabeza, cuando su cuerpo dejó de oponerse liberé mí agarre y tomé sus caderas, mi lengua comenzó a delinear sus deliciosos labios, haciéndome sentir en la gloria.

Mi secreto de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora