XII

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Vision se sentó en el borde de la cama, que estaba perfectamente estirada como le gustaba a su amiga y con los cojines ordenados frente a la almohada. Wanda estaba sentada a su lado con las piernas cruzadas sobre la cama y un cojín encima en el que se apoyaba. Miraba a algún punto distante, distraída en sus pensamientos.

—¿Qué vas a hacer con Natasha? —Preguntó el chico rompiendo el silencio que se había instalado en la habitación.

Desde que habían llegado a la torre no había vuelto a hablar con Natasha. En gran parte por su culpa, pero no quería molestarle estando ocupada con su hermana y tampoco sabía muy bien que decirle, sus sentimientos hacia ella no habían hecho más que aumentar esos días. No sabía cómo manejarlo.

—No sé... —Se encogió de hombros, jugando distraídamente con sus dedos—. Tengo que hablar con ella, pero no sé por dónde empezar.

—¿Qué tal si le dices cómo te sientes? —Propuso Vision.

—¿Así de primeras? —Hizo una mueca mirándole horrorizada—. ¿Y si sale corriendo?

—Me dijiste que estuviste a punto de besarle y ella no se apartó. Eso es una señal, Wanda.

—¿Y si no lo fue? Solo fue un segundo...

—Suficiente para haberse apartado.

—Tal vez se iba apartar antes de que pudiera hacerlo.

—¿Acaso estás ciega? Wanda, habla con ella de una vez —le interrumpió Vision un poco exasperado de lo lenta que era para algunas cosas.

Es que solo había que ver la forma en la que se miraban todo el tiempo, como se buscaban con las miradas y se encontraban en medio de cualquier sitio, pero eran demasiado ciegas como para darse cuenta de los sentimientos de la otra. Todo el mundo se daba cuenta de lo que pasaba entre ellas, menos ellas.

—Lo haré, pero no ahora.

—Wanda... —Suspiró pesadamente.

—Está bien, está bien. Hablaré con ella... hoy —añadió al ver la mirada que le daba. Aunque no estaba muy convencida.

Habían pasado dos días desde que habían vuelto. El primer día básicamente se lo pasaron durmiendo y descansando, después de una merecida ducha, pues el cansancio que tenían acumulado desde la desaparición de Natasha se había hecho muy presente cuando pisaron la torre de nuevo. Y el segundo no se había atrevido a dirigirle siquiera la palabra, tan solo le había visto en las comidas porque estaba cuidando de su hermana y ayudándole a adaptarse, la pelirroja había intentando acercarse entonces, pero ella salió corriendo como una cobarde.

Aunque tendría que hacerlo tarde o temprano. No iba a poder huir siempre para su desgracia y su mejor amigo no se lo iba a permitir tampoco.

Suspiró frente a la puerta de Natasha. ¿En qué momento había hecho caso a Vision para ir a hablar con ella? Todo podía salir mal. Muy mal.

Todavía podía huir si se daba la vuelta... pero no debía.

Llamó suavemente a la puerta con los nudillos y esperó. Su corazón latía con fuerza contra su pecho y sentía los nervios en lo más profundo de su estómago. Respiró hondo frente a la puerta, como si eso fuera a darle las fuerzas que necesitaba para hacer aquello.

Cuando Natasha abrió la puerta su mente prácticamente se quedó en blanco, su cuerpo le pidió salir corriendo. Es que era tan solo verle y su cerebro parecía apagarse. Además se veía preciosa con esa camiseta negra de tirantes, que dejaban a la vista sus marcados bíceps ¿Cómo no se iba a quedar sin palabras ante aquella vista?

Suero rojo | Wandanat / ScarletwidowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora