Capitulo Cinco

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De pronto los golpes en la puerta principal pararon, y leves ruidos por la ventana se empezaron a escuchar.

Volteas asustada, un Steve agitado y con un ramo de rosas ya un poco destruido estaba adentro de tu habitación.

Ninguno de los dos dijo una sola palabra, solamente se observan el uno al otro.

Steve se acerca a ti, sentándose al lado de tu cama, coloca una mano en tu mejilla, limpiando tus lágrimas.

-Perdon, perdóname por todo, tu eres linda y me gustas pero como amiga, tenemos mucha diferencia de edad ____...- Dijo con la cabeza baja

Aún más lágrimas comenzaron a salir, era algo que realmente dolía, te habías hechos demasiadas ilusiones con Steve.

La edad, les había arruinado todo lo que alguna vez habías soñado tener con el.

-Entonces nada de que hicimos, los besos, nada tuvo significado para ti..- apartas su mano de tu mejilla

-Eres una gran persona, mereces a alguien mejor que yo, podemos ser amigos, muy buenos amigos

-¡No quiero ser tu amiga, no quiero ser tu amante, no quiero ser nada de ti!

Steve intenta acercarse a ti pero lo apartas con un movimiento brusco, te mira sorprendido por lo que acabas de hacer, pero a ti no te importo.

A cómo puedes logras sacarlo de tu cuarto, no querías verlo más, al menos  por hoy, era tu tutor era obvio que tendría que tener contacto con el..

-Steve no creo que sea buena idea que sigas aquí, vete por favor..- Podías escuchar la voz de Max.

Entre llantos y pensamientos destructivos logras quedarte dormida, lo único bueno es que no le verías la cara por las mañanas, tenías que asistir al colegio.

[Por la mañana]

Te levantas de tu cama, sentías tus ojos realmente hinchados, te sentías patética, entras al baño para poder arreglarte e ir al colegio.

Bajas las escaleras de tu cuarto y ves a Steve cocinando, lo miras confundida, el se voltea a verte y automáticamente sus ojos rogaban perdón.

Pasas por su lado y antes de que puedas salir por la puerta eres detenida por el.

-Oye, ¿No vas a desayunar?- pregunta preocupado

-Largate Steve.- te sueltas de su agarre y sales por la puerta, Max se había ido por la noche con su hermanastro Billy.

No entendías por qué te dolía tanto esto, solo fueron unos cuantos besos, no era para exagerar todo, pero te dolía como los mil demonios.

Llegas al colegio e intentas buscar a Max, parecía que no había llegado al colegio.

Entras en tu salón y buscas tu lugar correspondiente, sientes uno bola de papel caer en tu lugar.

Volteas a ver de quién se trataba y ni mas ni menos de Eddie Munson, sonríes era un chico muy divertido, con quien habías intercambiado un par de palabras.

Abres el papel donde tenías escrito una nota "Hoy te ves más linda que de costumbre, bella dama" sientes la sangre subir a tu rostro, realmente sabías que estabas completamente roja.

Y así paso toda la clase, con un Eddie mandando papeles y una Linda chica muy sonrojada.

Sales de tu salón con el chico de larga cabellera detrás de ti, llegas a tu casilleros y te apoyas en este.

-¿Que planeas Munson?- entre cierras tus ojos

-¿Yo? Nada... Por qué lo dices?- te mira juguetón

-Estas un poco más amable de lo normal, solo eso- Ries

-Dustin dijo que tal vez tú podrías ser la integrante perfecta para el juego- Sonríe

-¿De dónde sacan eso?, Ni siquiera se jugar- Ries

-Entonces no quieres venir a la jugada de hoy, solo para ver ¿Si?- hace ojitos

-Bien, espero y no sea aburrido- Sonríes y caminas hacia la salida

-¡Mientras esté yo, te prometo que no te aburrirás!- Grita

Sonríes sin saber que un chico con ahora sus sentimientos demasiado confundidos podía ver todo desde su auto.

𝗟𝗮 𝗘𝗱𝗮𝗱 ; Steve HarringtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora