Capítulo XII El anillo

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Por fin, llegó la hora de cerrar y los últimos comensales salieron del lugar. Empezaron a limpiar y Hugo estaba en la cocina dando la retroalimentación del día a su equipo, mientras yo esperaba en la barra leyendo algunas cosas de la cuenta que acababa de cerrar esta mañana. Tomé la libreta de mi bolso y empecé a escribir ideas.

- Te ves tan linda cuando te concentras -. Dijo Hugo mientras se sentaba a mi lado.

- Creí que siempre me veía linda -. Respondí sin dejar de escribir.

- Ha dicho la abogada -. Dijo en tono burlón, mientras se acercaba a mí y besaba mi cien.

Paré de escribir para mirarlo y sonreírle. Se veía tan guapo, sus ojos verdes brillantes y esa sonrisa que hacía que el mundo al rededor desapareciera. Me acerqué para rodearlo con mis brazos y él respondió rodenándome también con los suyos. No pude evitar pensar que ese era mi hogar: sus brazos.

- ¿Qué querías hablar conmigo? -. Pregunté mientras me hundía en su cuello y me impregnaba de su aroma.

Me soltó y me alejó poquito, se puso muy serio y mis alarmas internas saltaron ¿Será que se ha arrepentido? ¿Ya no seremos ni amigos? ¡La cagué! Una tormenta de sentimientos agitaba mi corazón.

- ¿Sabes? No creo que pueda dormir sin ti ni un solo día de mi vida -. Dijo interrumpiendo mis pensamientos.

Mi corazón se recuperaba rápidamente y sonreí aliviada.

- Yo tampoco creo que pueda -. Me abracé nuevamente a él y comencé a llorar en contra de mi voluntad.

- ¿Por qué lloras? -. Me preguntó sorprendido.

- Tonterías mías -. Respondí mientras me secaba las lágrimas y me separaba de él. -Pensé que ibas a decirme otra cosa -. Sollocé.

- ¿Qué cosa creías que te diría? -. Preguntó extrañado.

- Que te habías arrepentido y que ya no querías estar conmigo -. Dije con la voz más triste y bajando la mirada para evitar sus ojos.

Se quedó en silencio por unos segundos y entonces lo volví a mirar, sacaba algo del bolsillo del pantalón, era una caja pequeña de joyería. Mis ojos se abrieron sorprendidos, era mi anhelo pero no creí que fuera tan rápido ¿En verdad me propondrá matrimonio?

- Compré esto hoy, no iba a hacerlo así, pero quiero que te sientas tranquila y segura de lo que siento por ti -. Dijo y abrió la caja, un anillo pequeño se descubría. Lo tomó y me pidió la mano extendiendo la suya.

- ¿Es en serio? -. Pregunté dándole mi mano.

- Éste es un anillo de promesa, sé que no quieres opacar el día de la boda a tu amiga, es para que sepas que vendrá el día en que te lo proponga porque quiero estar contigo por el resto de mi vida -. Dijo mientras ponía el anillo en mi dedo anular de mi mano izquierda y sonreía con ojos llorosos.

PoseidónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora