CAPITULO XVI: Neutral

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- Hola -. Dije con la voz más entristecida de lo que me hubiera gustado.

- Hola -. Me respondió con un tono de vergüenza que no pudo ocultar, mientras bajaba la mirada.

- ¿Cómo estás? -. Pregunté, mientras sentía que un mar de enojo y dolor se apoderaba de mí.

- Neutral -. Me respondió.

- ¿Neutral? -. Pregunté extrañada mientras pensaba ¿Pero qué coños es eso?

- Es como que no siento mucho, me mantengo neutral.

- ¿Y yo? -. Pregunté, queriendo saber si acaso le importaba cómo me sentía yo.

Se quedó en silencio mientras evitaba mirarme a los ojos.

- ¿No lo sabes? -. Pregunté con la voz de enfadado notable, más de lo que me hubiera gustado.

- Uhmm -. Aclaró la voz, pero no dijo nada más.

- Entiendo -. Respondí sintiendo que la garganta se me cerraba, mientras me quitaba el anillo de promesa. – Toma -. Le tomé las manos para entregarle el anillo.

- Quería que te sintieras segura -. Me replicó, mientras miraba el anillo.

- Un anillo no me da la seguridad que requiero. Si tu no me amas, quiero estar abierta para amar de nuevo, de dar todo lo que yo tengo, y también sé que amarás de nuevo. Te deseo lo mejor de la vida. -. Dije con cierto pesar, con cierta libertad y la garganta se empezaba a abrir de nuevo.

- Perdón -. Me replicó.

- Está bien, no te guardo rencor y si necesitas oírlo, te perdono -. Respondí. – Dentro de poco olvidaremos esto y amarás de nuevo -.

- ¿Y si no busco eso? -. Preguntó.

- El amor no se busca, te encuentra sin pensarlo -. Respondí. – Te libero de tus promesas, te entrego tu energía y reclamo la mía de vuelta. Sé feliz. - . Le dije mientras tomaba su hombro en señal de despedida.

Llamé al ascensor y entré, mientras iba regando pedazos de mi corazón que intentaba juntar mientras él se quedaba de pie mirándome marchar. No lloré hasta llegar a mi coche, apenas dos minutos y lo encendí para marcharme definitivamente de aquel lugar. 

PoseidónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora