Capítulo 10

360 52 20
                                    


Luego de tan intima charla decidimos irnos a dormir, este se metió a bañar pero al serme imposible ya el dormirme sin el, lo esperé despierta.

-Quiero saber de ti.- dije cuando se recostó y me acomodó para abrazarme.

-¿Que cosa quieres saber?- sus dedos jugueteaban contra mi piel generando una reconfortante sensación.

-Lo que desees contarme, de tu niñez, de tu familia, de tus pasatiempos. Lo que quieras.

-Crecí algo aislado, mis primeros años de vida fue así- su mano tomó mi cabello comenzando a dejar caricias en este en lugar de mi piel. -Me aburría mucho así que robaba los libros que mamá coleccionaba, luego al terminarlos los ponía en su lugar, así aprendí muchas cosas. Cuando llegué a la adolescencia mi padre me llevó con él y ahí sentí algo de libertad.

-Lo siento mucho- negó, creo que por el hecho de una mitad huérfana y mitad abandonada tratara de consolarlo.

-Me alegra que así fuera, ella no me genera empatía, ni siquiera por ser mi madre, es una persona fría y calculadora, lo mejor que nos pasó fue que se alejara definitivamente de nosotros.

-¿Y tu padre?¿es igual a ella?- negó

-No, pero aún así estaban algo unidos en ese entonces, así que era algo complicado. De todos modos ya no estoy cerca de ellos- se acomodó mejor dejando su barbilla contra mi frente y envolviéndome mejor entre sus brazos. -Me gustan las luces de la ciudad desde aquí. Parecen hadas- eso me hizo reír.

-Estás muy grande para creer en hadas y santa- envolví mis piernas de manera de quedar ambos tan unidos como nos era posible.

-¿No existe santa?- dijo tratando de sonar alarmado.

Continuamos conversando hasta que el silencio nos absorbió, sentía su suave y cálida respiración pegada a mi cuello.

Esto se sentía tan normal y cómodo que sentí miedo de solo despertar un día y que no fuera cierto.

Al día siguiente apenas desperté comencé a preparar mi maleta, solo algunas cosas para no hacerla muy grande, mi documentación y todo lo demás debidamente colocado, luego me dirigí a la cocina para preparar el desayuno.

Como nos iríamos por varios días no debía dejar nada en mi frigorífico así que preparé huevos, tocino, tostadas, mermeladas, jugo. Todo lo que podría echarse a perder lo coloqué sobre la mesa del pequeño comedor. Luego fui a despertar a mi acompañante.

Lo encontré de espaldas a mi, iba totalmente desnudo, las gotas de agua bajaban por todo su cuerpo, espalda marcada y ancha, cintura estrecha en demasía y glúteos pomposos, piernas gruesas y fibrosas.

Salí de la habitación nuevamente, de pronto me había sentido acalorada y no quería que me pillara viéndolo cuando solo hace unas horas atrás habíamos acordado ir despacio.

Abrí el refrigerador para buscar que algo de frío a nivelara la temperatura de mi cuerpo.
-¿Y todo esto?- escuché a mis espaldas.

-El desayuno, debía acabar todo lo que se congela.

-¿Que haces ahí?, siéntate conmigo- ¿que hago aquí? tratando de nivelar el calor que dejaste en mi cuerpo por ver el tuyo desnudo. -Veo que si empacaste- continuó hablando luego de haberme sentado.

Yo por mi parte no había emitido palabra mientras me atragantaba con un poco de tocino y huevos. Mi mirada gacha y movimientos nerviosos, hasta parecía una Virgen luego de ver su primera polla. -Si hubiese sabido que te pondrías así me cambiaba en el baño- abrí mucho los ojos y por la impresión acabé atorándome con lo que estaba en mi garganta a medio tragar.

-Solo fui a avisarte del desayuno, no sabía que estabas- realicé un movimiento con la mano para no decirlo, estaba muy apenada, mi rostro ardía por todo lo que pensé al verlo. Mi lengua recorriéndolo entero, mi cuerpo sobre ese fornido y duro cuerpo suyo. Su aliento contra el mío mientras nos liberamos al tiempo.

-No tienes porque avergonzarte por solo eso. Además yo ya he visto cada parte de tu cuerpo.- a pesar de todo me hizo reír, ¿desde cuando es tan descarado?

-Es cierto, aunque me parezca algo injusto así es.- llevé un poco de jugo a mi boca

-¿Porque injusto?- no quedaba casi nada en su plato, tampoco en los recipientes, es de rápido comer.

-Yo apenas vi algo y fue por puro accidente- bromeé y ese hecho lo hizo reír.

-¿Ya modificaste mi contacto en tu teléfono?- fruncí mi ceño, no entendía.

-¿Debía actualizar algo?

-¿No lo se?, las mujeres suelen colocar apodos en lugar del nombre en el contacto de sus novios. Ahora que lo somos creo que sería lindo.

-Umm- lo pensé -¿Y como que podría ponerle?, nunca lo he hecho.

-No lo se, un corazón al lado, o podrías poner "Mi hombre", nada muy ostentoso- reí, eso era más que ostentoso.

-¿Como me tienes registrada a mi?- quise saber mientras hacía lo que me pidió. Este sacó su teléfono y me mostró el contacto.

"Bocadito"

Reí aún más fuerte era un romántico.

Acabé la acción de guardar los cambios realizados y luego de ceder ante él para mostrárselo este me miró desconcertado.

"Corre🐰"

-¿Porque corre?- me miraba como niño pequeño molesto.

-Porque eres mi presa, te doy la oportunidad de correr antes de encajar mis dientes en ti.- bromeé y lo ví reír

-¿Y el conejo?

-Eres mi lindo conejito


Regalito en la imagen por el cumpleaños de nuestro lindo y sexy conejito.

¿Quien le dice a la Jenny cuál es la verdadera presa aquí?
¿Bocadito?🍷 se la quiere cenar el Jk


.

CorreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora