Capítulo 20

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-¿Te gusta?- inquirió este al verme comer con desespero a pesar de estar llena.

-Están deliciosos. Una maravilla- estábamos en México, por fin ahí estaba, comiendo y disfrutando de la rica temperatura del lugar.

No sabía cuantos nos habíamos comido, solo sabía que apenas podía moverme cuando me pidió caminar por las calles de la ciudad, a pesar de eso lo hicimos tomados de la mano, admiramos todo lo que pudimos antes de regresar a nuestro cuarto de hotel en Busan.

..

-¿Te das cuenta que no hemos salido de aquí desde que llegamos?, si lo hemos hecho, pero técnicamente ni siquiera hemos visto el mar o la entrada del hotel luego de haber llegado.

-Es cierto, mañana luego de ir a Seul saldremos a pasear.

-¿Cuando debemos ir con tus amigos?

-Se supone que ya deberíamos estar con ellos. Luego de morderte coloqué una barrera en casa de mi amigo, ellas no los encontrarán.

-¿Entonces podemos tomarnos unas pequeñas vacaciones?- negó -Aburrido.

-Estaremos en peligro, ellos también si no llegamos a tiempo.- asentí -Pero no siempre estaremos encerrados.

-¿Tus amigos también son vampiros?- asintió

-Serán dos de ellos, la chica de la que te hablé y mi hermana, avisó que iría con alguien,  ahora están resolviendo algunos problemas. Los conocerás pronto descuida, también debo hablarte de algo.

-¿Que pasa?- negó

-Mañana, luego de estar listos para irnos.

-Ahora tengo curiosidad- lo vi poner lo ojos en blanco.

-Dame un beso, ven aquí- me haló contra el sin dejar siquiera que me moviera por mi misma y unió ambas bocas.

Un beso suave y sin intenciones de más que nos llenó de calidez, me sostuve de sus hombros y este me levantó y llevó a la cama.

Cuando mis labios tomaron los suyos nuevamente estos me respondieron con hambre y sus manos me sostuvieron con fuerza.

Su camisa abandonó su cuerpo y aproveché para despojarme de mi vestido.
Besó mi cuello y descendió a mis pechos para lamerlos y amasarlos.

-Solo mételo ya, no quiero que nos interrumpan otra vez- dije cuando vi intensiones en el de tocarme y prepararme para el. -Ya estoy lista- lo estaba, estaba deseosa de él.

Se deshizo de nuestras ropas restantes y entre el beso necesitado que nos dábamos se recostó sobre mi cuerpo, abrí las piernas para darle acceso y el solo hecho de nuestras intimidades rozarse se sentía deliciosamente. -Te amo.- este había tomado mis manos y las sujetaba en forma de X sobre mi cabeza con solo una de las suyas, la otra acariciaba mi pierna mientras nuestros cuerpos se frotaban contra el otro.

Se adentró a mi de manera lenta y pausada, me parecía tortuoso pero mi cuerpo disfrutaba maravilla de sensaciones que me daba esa simple acción.

Comenzó a empujar su cadera contra mi cuerpo mientras me sujetaba impidiéndome tocar su piel, sus dientes mordían con delicadeza mi cuello y el lóbulo de mi oreja haciéndome llegar al borde en apenas minutos.

Dejó de sujetar mis manos y ese hecho le dió cabida a que estas lo rodearan en busca de apego, no tardé en encontrar la cúspide de mi placer con él moviéndose sobre mí con frenetismo.

Algunas embestidas más y salió de mi interior para vertiese sobre mi abdomen, el cálido líquido sobre mí me hizo estremecer entera.

-Te amo- respondí cuando mi agotada respiración me lo permitió.

..

Luego de habernos limpiado regresamos a la cama y nos recostamos uno sobre el otro, mi rostro se encontraba en la curvatura de su cuello sintiendo el calor que emanaba de él.

-Preciosa- llamó, emití un suave sonido para indicarle que lo escucho, -¿Te gustan los niños?, es decir ¿querrías tenerlos alguna vez?

-Ya te he contado sobre mis problemas de abandono- asintió -También sobre mis problemas con mi madre, estos años lo pensé mucho. Y no me creo capaz de tener niños, no quiero hijos sería la frase correcta, incluso tenía pautada para dentro de dos meses una cirugía, luego te conocí y tomé mis vacaciones antes. Pero a pesar de que te amo y quiero todo contigo eso es algo que no podría darte, lo siento. Si tú deseas tenerlos no creo que..- se sentó en la cama arrastrándome con el.

-Tranquila. Temía que los quisieras, que desearas tenerlos. Mi caso es único en el mundo y no se que tipo de genética podría aportarle a un niño si lo tengo, así que me hice a la idea desde hace años a no tenerlos.- tomó mi rostro y dejó un corto beso en mi nariz.

-¿Porque preguntas entonces?

-Quería asegurarme de que no te quitaría algo que deseas por mi egoísmo.

-No eres egoísta por no querer tener hijos, en todo caso si así fuera yo también lo sería.- negó

-No es exactamente por eso. Hay una manera en la que puedo compartir mi inmortalidad contigo pero se debe pagar un precio, no pretendo que respondas ahora, solo quiero que sepas que deseo pasar toda la eternidad a tu lado, que te quiero conmigo.





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