Capítulo 1

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-Por favor Hoseok- pedia, no hacía caso. Seguía viendo los monitores -No tengo con quien ir, si te niegas tendré que ir sola y me podría matar un asesino en serie.

-Es mi único día libre, vivo bastante lejos del lugar lo que implica que tengo que tomar un taxi, uno para ir y otro para volver, y tampoco tengo ánimos la verdad.- es un aburrido.

El mundo no me merece, por eso estoy mas sola que la una.

Tenía una amiga, la quería mucho. Acabó teniendo problemas mentales, al menos  no fue mi culpa. Ahora el único amigo, bueno, al chico que obligo a ser mi amigo no me acepta las salidas, tampoco puedo hacer pijamadas o noche de chicas.

Me aburro en este hotel viendo gente ricachona y no tengo nada que valga la pena en mi vida, las plantas se me mueren y soy demasiado irresponsable como para tener un pez o un gato.

Habían abierto una nueva tienda de tacos, según se los dueños son mexicanos así que los tacos son 100 % mexicanos, siempre quise probarlos y como no puedo ir a México porque soy pobre creo que con probar su comida me basta.

Pero es muy vergonzoso ir sola y el único con el que puedo ir se niega a acompañarme. Llevé mi vista a la pantalla que apunta cerca nuestro, el gerente se acercaba a nosotros, más de una vez me han llamado la atención por estar perdiendo el tiempo, así que me ahorré mis súplicas venideras y salí corriendo.

Llegué a mi puesto en tiempo récord, y comencé a trabajar, el papeleo que manejaba era mucho y por lo tanto mi escritorio siempre está lleno, también me da pereza reorganizarlo.

Miré la hora en mi teléfono, faltaban solo 15 minutos para la hora de mi cena. Inconcientemente una sonrisa se dibujó en mi rostro, el chef me dijo que prepararía panceta de cerdo, mucha.

Me encanta

Un poco de Kimchi, pancita asada y verduras, vino también. No se porque pero me gusta combinar la comida con vino, sin importar si se suele hacer o no, para mí el vino es como agua, va con todo.

Cuando mi teléfono marcó la hora pautada me dirigí al comedor, en las noches suelo comer aquí ya que la cena de los huéspedes ya fue servida, es casi media noche y siempre se nos permite hacerlo.

Cuando llegué me dirigí inmediatamente a la zona de barra para avisar que ya había llegado, tomé asiento y esperé que me sirvieran.

-¿Me puedo sentar?- escuché, había un sexy pelinegro frente a mi, mirada ardiente, labios finos y carnosos, mandíbula marcada, su cuerpo. Que deleite. Que se siente, y yo arriba.

Asentí -No me gusta comer solo, gracias. Prometo no molestarte.- que sexy lunar
-Lamento tutearte, parecemos tener la misma edad.- asentí  -Soy Jeon Jungkook, un gusto.

-Es gusto es mío Kim Jenny- estreché  su mano mientras me miraba, ¿porque está tan bueno? -¿Es huésped aquí?

-Si, ¿Porque?

-No es común ver clientes a esta hora aquí- admití

-Me entró algo de hambre- sonrió, debo parecer una loca acosadora viéndolo, pero es que no puedo, su sonrisa es hermosa, arruga levemente la nariz y cerca de los ojos, lindo.

-Ya veo, ¿Viaje de placer o trabajo?

-Trabajo, tú trabajas aquí, pero no te había visto.

-Es que no trabajo con los clientes, estoy en el segundo piso- por si quieres hacerme la visita a deshoras.

-Una pena privarnos de tal belleza- me coqueteó, lo que pase luego de esto no será mi culpa.

La comida nos fue servida, lo suyo eran montañas y montañas, incluso colocó algunos de sus platos en mi lado de la mesa. -Tienes buen apetito.- es que no pude aguantar el comentario más tiempo.

-Debes comer en base a tu rendimiento físico- llevó su primer bocado e imité su acción. No se si es que estoy malinterpretando todo o que en realidad quiso decir lo que entendí.

Creo que son cosas mías porque dudo que me haya querido decir que come mucho porque es capaz de destrozar una cama en el sexo, pido a los cielos que así sea pero se que mi mente es una cosa bárbara.

-Deliciosa, toda la comida aquí es muy buena. Antes de venir aquí viví en México, la comida y la gente de allá es un deleite.

-¿En serio?, muero por ir allá.- de pronto mi comida pasó a segundo plano, este continuaba tomando plato y plato y probando de cada cosa.

-Te encantará, me la pasaba comiendo todo el tiempo.

-Te envidio, a las afueras abrieron un restaurante mexicano, según sé los dueños son de allá, por si los extrañas un poco puedo pasarte la dirección.- que diga que si así me quedo con su número.

-¿Ya fuiste?- negué

-No me gustaría ir a comer sola y le dije a un amigo pero no puede.

-Vamos juntos- bueno. Salí a buscar cobre y encontré oro, que conste que solo quería pasarle la dirección.

-¿Tu crees?- hay que hacerse la difícil. Sonrió

-Claro, eres muy agradable, se que la pasaré excelente.



Nota:
Esta historia se desarrolla dos días después de SokJin haberle pedido que la vigilara en Probar.

Regalito en la imagen, se los digo al ultimo porque luego no leen la nota por andar pecando 😅🤫



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