Capítulo 11

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-¿Lista?- asentí y cerré mi departamento tras nosotros, me había llevado un bolso de mano con algunas de mis cosas y algunas suyas también, curiosamente tenía algunas en mi departamento.

Tomamos un taxi que nos dejaría en el aeropuerto y todo el camino este estuvo jugueteando con mis dedos sobre su pierna, sonreía también.

Me sentía como una adolescente enamorada por lo tierno que se estaba tornando el supuesto acostón que quería, él es bueno para mi. Al menos eso sentía.

Luego de llegar el fue por los tikets de abordaje dejándome mirar algunas cosas, compré algunos bocadillos para el vuelo pues aunque no será tan largo aún así conozco el comer de mi acompañante, así que las adentré a mi boldo con cuidado de no descomponerlos.

-¿Emocionada?- dijo este llegando tras de mi, me abrazó por  detrás  y colocó la barbilla contra mi hombro.

-Mucho ¿tu?

-Bastante

-¿Que haremos allá?

-No lo se, pasearemos, comeremos. Estar en el cuarto, lo básico.

-Tomar el sol, podemos nadar también- agregué.

-Nadar estaría bien, pero me gusta de noche. Podemos hacer la vida nocturna. No soy fanático del sol, soy algo vampiro- reí

-Lo he notado, esta bien. Podemos dormir en las tardes y salir en las noches y madrugadas, yo estoy bastante acostumbrada- era cierto, por mi trabajo así era.

-¿Y te gusta?, es decir, eso de dormir en el día.

-Llevo más de 5 años en ese trabajo así que prácticamente no recuerdo mi vida antes que eso. Aunque si me gustaría vivir las mañanas en un lindo lugar, pasear y eso.- me apretó aún más en un abrazo

-Quiero que conozcas a mi hermana, te amará. Solo que ahora está algo ocupada.

-Hablas muy bien de ella, me gustaría conocerla- admití. -¿Se solucionó el tema de su novio?- asintió

-Solo fue una diferencia de opiniones que ayudé a mediar. Él quería irse y ella no, pero ya lo convenció.- reí -Es algo manipuladora. Caprichosa también.

Continuamos hablando un rato más en el que fuimos llamados a abordar, el vuelo fue rápido, pero llegamos sin bocadillos, este se los acabó todos, en algún momento creí que nos descubrirían comiendo en el avión pero no fue así, estábamos en una especie de apartado y teníamos más privacidad que el resto.

-¿Quieres dormir ahora o luego de comer?- inquirí

-Luego de comer por favor, muero de hambre- lo miré atónita, habíamos parado en el aeropuerto a comer antes siquiera de recoger las maletas.

Pedimos servicio a la habitación y aproveché para darme un baño y despojarme del calor e incomodidad del viaje, cuando estuve lo suficientemente fresca regresé al cuarto por mi pijama, deseaba dormir.

-Te ves muy pensativo- recalqué, este no había abierto la boca para más que probar bocado.

-¿Te gusta donde vives?, es decir ¿si tuvieras que mudarte, lo harías sin pensarlo mucho o algo te ataría?- dijo luego de algunos minutos de esperar respuesta.

-La verdad es que no lo he pensado mucho. Soy una persona estable, en el sentido de que no me gusta estar de un lado para el otro, pero supongo que es ilógico el pensar que continuaré con la vida que llevo con el paso de los años- admití no sabiendo bien hacia donde iba la conversación.

Tomé un poco del jugo de mi vaso para bajar el último poco del bocado que tenía, dándome así por satisfecha. -¿Si te pido mudarte conmigo, lo harías?- me ahogué.

Me ahogué y luego reí creyéndolo una broma. Cuando vi lo nervioso de sus rasgos al mirarme entendí que no era una simple broma.

-Es decir en un futuro, no tiene que ser justo ahora o mañana. Solo, planear, planear un futuro juntos.- lo ví dejar de comer.

-Se que tus intensiones son buenas, pero. No nos conocemos lo suficiente. Sabes de mi. Sabes de mi trabajo, mi casa, mi familia y todo eso porque te lo he contado. Pero yo no sé mucho de ti, por la razón de que no eres tan abierto. No te juzgo, se que cada quien tiene su tiempo, y soy de dejar que las cosas fluyan.- lo ví asentir con algo de seriedad. -Por lo pronto disfrutemos del viaje, de nosotros. Luego será momento de lo demás.

El silencio nos absorbió luego de eso, pues este solo respondió con un leve asentimiento de cabeza.

Dejándonos a ambos sumidos en un incómodo silencio que no hizo más que dejar enfriar la comida frente a nosotros.

No lo había rechazado

Solo...

Solo no era el momento, no nos conocemos lo suficiente como para vivir juntos, ni siquiera hemos intimado, cosa que conmigo por lo general viene antes de cualquier relación amorosa.

Está en mi la duda de que no me guste, o que no le guste yo a él o que descubra que algo más allá de lo que creo tolerante para mí ocurra con el.

-¿Estas seguro que no eres casado?




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