Capítulo 9

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-Ya llegué- gritó como si no hubiese escuchado la puerta, dejé mi teléfono donde estaba y me encaminé al baño.

Estaba acalorada y sentía incomodidad, siempre me gustó comer luego de darme un baño, con el baño siento que me relajo y ya luego como más descansada.

La ducha fue rápida para que no se enfriara la comida, porque a pesar de no tener hambre si deseaba probar algo de los platillos.

Cuando llegué solo quedaba un poco de cada cosa y un Jungkook mirando lo poco que quedaba como si muriera de hambre, no entiendo la verdad. Con lo que come es para estar con mucho más peso y a menos que vaya al gimnasio en las horas que yo estoy en el trabajo no entiendo como es que al menos unos rollitos de más no tiene.

No tiene una pizca de grasa en su cuerpo, músculos marcados y pectorales y abdomen definidos, tiene que hacer ejercicio si o si.

También me miraba divertido mientras comía lo poco que dejó para mi, aunque eran tantos platillos diferentes que estuve satisfecha dejando la mitad de ellos sin siquiera probarlos. El se los acabó.

-¿Hiciste tus maletas?- negué

-¿Nos iremos al amanecer acaso?

-De hecho si- su mirada estaba puesta en mí en cada momento, ahora que lo pienso él siempre está mirándome.

-Supongo que tú si las hiciste- lo vi reír y luego negar.

-Es cierto, ¿porque no compramos allá?, será más cómodo y rápido viajar sin nada- ¡claro que si!, con mi dinero ficticio. -Yo te invité así que todo el viaje lo costea tu novio- ¿lee mentes o algo?¿dijo novio?

-¿Desde cuando somos novios?- en el fondo lo deseo pero no me lo preguntó, yo tampoco lo hice, a menos que lo haya hecho dormida, cosa que es bastante común en mi.

-Desde que tuve que inventarme el necesitar una compañera para probar los restaurantes de la ciudad- abrí mucho los ojos.

-¿Dices que todo fue mentira?

-Algunas cosas- dijo ocultando una sonrisa cual niño pequeño cuando es encontrado haciendo una travesura. -Es que quería invitarte a un cita pero me daba algo de vergüenza.- admitió y ese hecho me hizo reír.

-Si lo hubieses preguntado, yo aceptaba encantada- me sinceré, en realidad habría hecho cualquier cosa que me pidiera ese día, se alejó de la mesa aún sentado en la silla del pequeño comedor y palmeó sus muslos. Eso no es ir despacio, ¿o si?, de todos modos tomé asiento, veremos que tan duras son esas piernas.

-No sé porque pero me intimidaste mucho- su mano fue a mi cintura y la restante jugaba con mi mano sobre mi regazo, mi mano derecha descansaba en su cuello jugueteando con su negro y largo cabello.

-Los hombres me han dicho muchas cosas, pero nunca que se sienten intimidados por mi- admití de manera juguetona.

-Es que ellos no pensaron en pasar la eternidad contigo a penas vieron tus ojos por primera vez- me había quedado sin aliento. Mis manos detuvieron la acción que realizaban y mi corazón comenzó a palpitar con intensidad.

Sentí una extraña sensación que hizo que toda mi piel se erizara, una opresión en la parte alta de mi estómago y mis manos sudar, era sincero. Podía verlo en sus ojos, no dudó ni siquiera un segundo o despegó su mirada de la mía.

¿Yo sentía lo mismo?¿O al menos algo similar?

Es obvio que no pasaremos juntos la eternidad, pero eso se escuchó hermoso, natural. Lo sentí desde su corazón hasta adentrarse al mío. Y deseé que fuera posible.

-Aunque la eternidad sea imposible y crea que aún sea muy pronto para el resto de nuestras vidas, debo de admitir que eres muy bueno con las palabras. Si tu intención hubiese sido acostarte conmigo lo hubieses conseguido- bromé tratando de quitarle fierro al asunto.

El abrazo que me dio luego de eso ayudó a disipar los nervios que sentía. No era una persona renuente al amor, ni tampoco trataba el sentimiento con cinismo, pero para una persona que vio su familia acabarse cuando murió su padre, a su madre irse y dejarla a su suerte en un apartamento que una niña de 16 años no podía pagar y mantenerse al mismo tiempo y haber estado sola la mayor parte de mi vida, era algo que no sentía o veía probable me pasara.

Menos con alguien como él. Es atento, considerado, conversador, divertido, alegre, y tierno, creo que las dudas que tengo de él es que es demasiado bueno para creerme merecedora de él, de su afecto.

Nunca he sido una persona de baja autoestima, al menos en cuanto a mi físico, se que soy bonita, pero eso no me hace inmune a las dudas de mi cerebro. Al este creer que lo que tenemos acabará un día y deberé lidiar con una pérdida una vez mas.





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