Capítulo 18

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Pov Jungkook

-Tengo miedo de lastimarte- dije cuando esta no cedía ante el hecho de detenerse en ese momento.

-Yo arriba entonces, solo hasta que te sientas en confianza- aseguró -No me dejes así, mira como estoy- colocó mi mano sobre su intimidad y mi cuerpo entero acompañó mi hombría en la sacudida que dió.

La llevé hasta la cama y nos recosté a ambos en esta aún entre el beso que esta no había permitido romper, cerré los ojos y me dediqué a sentirla, con mi cuerpo, con mis manos.

-¡Mierda Jessica!- me quejé y como pude nos cubrí de la vista de esta.

-Vístete

-¿Que pasó?- la miraba mientras escondía a Jenny contra mi cuerpo y las sábanas.

-Las brujas tienen a la blanca, ve allá- asentí

-Ve por Seokjin y Namjoon, si no me han llamado es porque no lo saben.- suspiré buscando tranquilidad -¿Lo que te encargué cuidar?

-Bien, no irá a ningún lado.- la vi poner sus ojos en blanco -Adiós cuñada.

Esta desapareció de la misma forma en que llegó y entonces llevé mi vista a mi chica, -Amor, dedo irme, es importante. Alguien está en peligro- me alejé de su cuerpo y comencé a vestirme con rapidez.

-¿Es peligroso?- esta me siguió cubriéndose con las sábanas, negué -Aún así no vayas- si supiera que es su amiga no pensaría así.

-Debo ir, regresaré pronto y te presentaré a mi hermana como se debe ¿si?- asintió, besé su frente y me concentré hasta aparecer en la isla en la que mi madre llevaba a cabo sus delitos.

Había humo que se notaba a lo lejos y los árboles que se encontraban al alrededor eran viejos y frondosos, tenía grietas rojas, era claro que eran árboles que daban vida a las hadas del sur. Hadas que solo velan por su propio interés.

No se encontraba ninguna bruja por los alrededores así que supuse que estaban concentradas en el lugar de donde provenía el humo, así era.

Cuando divisé a lo lejos esa característica cabellera roja todo pasó tan rápido y me vi a mi mismo arrebatándola de las garras de mi madre, yacía desmayada y débil, se notaba que tenía días así. ¿Como era posible que SeokJin no la buscara?

-No tienes derecho a meterte en nuestros asuntos maldito hibrido- escupió una de ellas, era una de las mayores y se notaba el desprecio hacia la raza vampira.

-¿Esto es lo qué haces?, ¿quitar la magia a una de las tuyas?- reclamé a mi madre.

-Es una maldita bruja blanca, no es de las nuestras y tú tampoco.

Mi hermana apareció poco después con Namjoon y Seokjin, le entregué a la chica en brazos y llevé mi vista nuevamente a las brujas frente a mi. -Llévatelos.

Mi hermana se retiró luego de darme una rápida mirada en la que aseguré que estaba bien, que estaría bien. -¿Tanta envidia les tienen a las blancas que son capaces de hacer algo en contra de una que ni siquiera tiene conocimientos de magia?

-No es tu problema

-Ahora lo es- sentencié -Las hadas del sur las ayudaron. ¿No?- más bien pregunté por cortesía.

Las hice arder. Los encierros de mi madre dieron paso a que perfeccionara mi magia, tenía sus mismos conocimientos, conocimientos que se negaba a compartir porque entonces perdería liderazgo.

Sus árboles ardieron y estas con ellos. La mirada de estupefacción y miedo que reflejaron sus rostros dejaba ver que no esperaban que hiciera algo así.

-¡Largo!- gritó una de ellas y negué

-¿Me temen no es así?, creo que hoy su temor tendrá fundamentos.- tomé el libro que sabía solo mi madre leía el contenido y lo hice arder en la hoguera donde planeaban quemar a Marie luego de hacerla mortal.

Estas permanecían en su sitio temblando, -Madre, ven aquí- negó -Es tiempo para que te despidas de tu amigas. Eres mala influencia- lo siguiente en dejar en el lugar fue el polvo que levantó mi huida con mi madre.

La llevé a una caverna que se encuentra en el Canal de la Mona, son unas cavernas debajo del agua a las que no puedes acceder a menos que no puedas aparecer en el lugar, la cantidad de oxígeno en esta es mínima.

-Al final obtendrás lo que quieres madre.- tinté mis dedos con la pintura que se encontraba en sus manos por haber pintado a Marie -Ya no serás más una asquerosa vampira como dices- esta trataba de resistirse -Lo malo es que con tu edad no creo que tardes más de dos segundos viva.- llené su frente de símbolos y recité el conjuro. -Dio efecto tu encierro madre, me aprendí cada uno de tus libros.- la sostuve mejor -Nadie va a extrañarte -salió de mi boca.

-Monstruo, eres un maldito monstruo

-¿Lo dices por esto?- señalé mi rostro, -Lo hiciste tu maldita, pero eso no me hace un monstruo, ser hijo de una tampoco.

Su cuerpo se deterioró luego de eso y salí del lugar luego de haberme asegurado que solo polvo quedaba de ella.

Me sentí mal, pero me sentí mal por mi. Por la parte humana que debió sentir remordimiento al matar a mi propia madre pero no lo hacía.

Sabía que evitaba males mayores para un futuro, aunque matarla y dejar con vida a sus seguidoras traerías males y persecuciones para mi, para mis amigos.

Cuando regresé por ellas, no estaban. Era lógico.

Solo restaba poner a todos a salvo hasta estar seguro de que no correrán algún mal.



¿Recuerdan esta parte en Probar?, si tienen más dudas hablen ahora o callen para siempre porque este libro se está acabando 🥰🫶🏽

Recuerden que este es el cuarto libro de la Saga paranormal
1)Gritó Lobo
2)En las Sombras
3)Probar
4)Corre



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