Semana 3

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Ella siempre había creído en la frase reconfortante que decía que el tiempo cura todas las heridas.

Cada vez que alguien le decía que con el pasar de los días, el dolor se desvanecería y las cicatrices se volverían solo un recuerdo lejano, ella asentía con una sonrisa amarga y dejaba que esas palabras la acunaran en su mundo de dolor.

Pero con el tiempo, comenzó a notar algo extraño. Aunque los días pasaban uno tras otro, y las estaciones cambiaban su piel, sus heridas parecían tener una agenda secreta.

Cada vez que la fecha señalada se acercaba en el calendario, podía sentir cómo su corazón se apretaba en un nudo doloroso, ese día, el dolor volvía con una fuerza que superaba incluso al primer día.

Las lágrimas que había luchado por secar volvían a brotar, y la tristeza se apoderaba de ella sin razón aparente.

Las noches eran las peores, en la oscuridad, cuando todo estaba en silencio excepto los latidos de su propio corazón, sus pensamientos volvían a los momentos que creía haber superado.

Revivía los momentos de angustia y desesperación, como si el tiempo no hubiera hecho nada para suavizarlos, se revolvía en la cama, tratando de escapar de los recuerdos que la acosaban.

Algunos días, simplemente no podía encontrar la energía para levantarse de la cama, ell peso invisible de la tristeza la mantenía inmovilizada, anclada a las sábanas como si fueran cadenas.

Las horas pasaban sin que ella pudiera encontrar una razón lo suficientemente fuerte como para poner un pie en el suelo.

La peor parte era cuando las lágrimas venían sin previo aviso, a veces, estaba en medio de una conversación trivial o haciendo una tarea rutinaria, cuando un arrebato de tristeza la golpeaba con una fuerza abrumadora.

Lágrimas salían de sus ojos sin permiso, y el dolor en su pecho parecía no tener fin, era un dolor profundo y confuso, un torrente de emociones que no podía explicar.

Ella había llegado a comprender que el tiempo no curaba todas las heridas de la misma manera, algunas heridas se desvanecían con el tiempo, pero otras parecían esconderse en las sombras, esperando el momento adecuado para volver a aflorar.

52 SEMANAS CON UNA MUJER "ROTA" / Nueva versión en proceso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora