Inesperado •Johnlock/Agosto mpreg•

Días 30 y 31: Primeros pasos/Feliz cumpleaños

Cuando era joven Sherlock nunca tuvo demasiadas expectativas sobre su vida. Desde pequeño sus padres les explicaron que había un gen diferente en él que le permitía concebir a pesar de ser hombre tal y como sucedía con Mycroft. Sherlock nunca le dio importancia al tema ya que siempre pensó que nunca habría nadie en su vida tan importante como para desear tener hijos, todos eran idiotas y jamás mezclaría su ADN con otro que no estuviera a su altura, incluso se burló de Mycroft cuando siendo un hombre tan importante del cual dependía la seguridad de la nación decidió casarse con alguien tan común como Gregory Lestrade.

Nunca lo comprendió hasta que vio la felicidad en los ojos siempre fríos de su hermano y comprendió que incluso él necesitaba alguien que lo amara. Pero Sherlock aún continuaba negándose a esa posibilidad, hasta que un día apareció aquel joven de cabellera rubia y profundos ojos azules que le quitaron por completo el aliento. John Watson fue la persona que hizo que su mundo diera un giro completo y que todo lo que se había dicho esos años fueran borrados completamente.

La relación de Sherlock y John comenzó como una simple amistad, fue la primera persona que demostró interés en todo lo que Sherlock hacía y no se ofendió cuando hizo algunas deducciones sobre él. La amistad pronto se convirtió en algo más y así nació su romance. Entonces Sherlock se embarazó de su primer bebé y tuvo mucho miedo de lo que pudiera suceder, eran demasiados jóvenes y no estaba seguro de cómo reaccionaría John. Él nuevamente lo sorprendió y fue feliz con la noticia. Así nació Ewan Watson, su primogénito y él niño que se convirtió en el motivo para que ellos continuaran adelante.

Luego de dos años llegó Alex, luego Jamie y finalmente Isabella. Para ese entonces la relación de John y Sherlock no pasaba por un buen momento, pero con ayuda lograron salir adelante. Sus hijos crecieron y se convirtieron en jóvenes maravillosos con metas fijas y las oportunidades para cumplirlas. Sherlock y John finalmente respiraron tranquilos pensando en que habían hecho un gran trabajo con ellos.

Pero entonces el destino les envió un nuevo regalo, su pequeña Rosie Watson. Sherlock aún reía cuando recordaba el día en que supo que estaba embarazo y luego la reacción de John, ambos eran mayores y siempre pensaron que el próximo bebé que cargaran en brazos sería su nieto, jamás pensaron que tendrían otro hijo y que nuevamente tendrían la tarea de alimentar, bañar y cambiar pañales a un bebé.

Había pasado un año desde el nacimiento de Rosie y, aunque fue agotador Sherlock y John estaban felices de ver como cada día ella crecía, la amaban y era lo único que importante. Fue un año de completos cambios en los que sus hijos mayores también debieron aprender, pero ellos adoraban a su pequeña hermana y hacían todo lo posible para verla sonreír.

—¿Está todo listo? —preguntó Sherlock con la pequeña Rosie en brazos.

—Sí, los chicos ya subieron todo al auto. Ewan llevará a Alex y Jamie. Isabella decidió ir con nosotros y Rosie —le dijo y Sherlock asintió.

Era 19 de julio y Rosie cumplía un año de vida, así que la familia había decidido celebrar su cumpleaños en la casa de campo que tenían en Sussex y que estaba en poder de la familia Holmes desde hacía muchos años. Aprovecharían para pasar unos días en el lugar y descansar. Lo decidieron así ya que Rosie era muy pequeña para decir que ya había hecho "amigos", quizás en unos años más harían una gran celebración, pero por ahora Sherlock y John estaban decididos a que lo mejor era compartir tan importante momento como su familia. Salieron de casa y cada integrante subió al auto correspondiente.

Isabella iba en el asiento trasero junto a Rosie que estaba cómodamente en su silla de seguridad, su hermana mayor le había llevado su peluche favorito en forma de abeja y la mantenía entretenida. Sherlock sonrió, le gustaba que su hija fuera tan buena con su pequeña hermana.