🅵︎inal

47 3 0
                                    

Mi vista se nubla pero aún así sigo corriendo.

                   
Llego antes de los esperado a mi casa y subo como un rayo hasta mi habitación.

Por suerte, ni mi madre ni mi hermana se encuentran. Ellos no me esperan sino hasta que terminen las clases.

                   
Termino dejándome caer en el piso y tapando mi cara con mis manos, comienzo a llorar incontroladamente.

                   
Dios. Recuerdo todo de él.

                   
Sus lindas facciones, su sentido del humor, las cursilerías que me decía, sus miedos ante mis reacciones, la seguridad con la que me habló aquél día que me conoció, lo lindo que se portó conmigo después de todo.

                   
Es imposible no recordar todos y cada uno de los detalles que hacía a Jungkook una persona increíble.

                   
Subo inconscientemente una de mis manos hacia mis labios, recordando cómo fue que me besó. Lloro más fuerte si es que es posible.

                   
No debí huir ese día. No debí hacerlo.

                   
Desearía con todo mi corazón regresar el tiempo y no portarme como lo que soy. Un chico cobarde y estupido. Un chico que no comprende cómo abrir su corazón a los demás.

                   
Miro mi habitación y recuerdo la noche en la que todo pasó. El dolor con el que dirigía sus palabras hacia mí.

                   
La última conversación que tuvimos es lo que más me duele.

                   
Él huyó furioso y no puedo dejar de sentirme responsable por lo que pasó. Porque lo soy, soy completamente culpable. Y después de todo, no me merezco ser feliz, quizá todo esto sea un precio el cual debo pagar. Un precio que no soy lo suficientemente valiente para pagar.

                   
Sé que esto marcó y marcará mi vida para siempre pero no quiero vivir atormentado. No quiero vivir si viviré de ésta forma.

                   
Después de tranquilizar mi llanto, una idea llega a mi mente y trato de ignorarla pero ésta se hace cada vez más presente y me hace sentir más cobarde, pero, ¿qué de malo tiene? Al fin y al cabo ya lo soy.

                   
Poco tiempo después, mi hermana y mi madre llegan. Sólo explico que me sentí mal y regresé a casa. Subo una vez más a mi habitación, no sin antes decirles que prefiero estar solo, como he acostumbrado en estos últimos días.

                   
Ésta vez no lloré antes de dormir, en cambio, mi cabeza le daba muchas vueltas al asunto de la idea que se me había ocurrido.

                   
Debes hacerlo, es la única opción.

                   
Sin darme cuenta, mis ojos empezaron a cerrarse por el cansancio.

                   

(...)

                   
El sonido de la alarma hizo que despertara. La apagué de inmediato pues no tenía planeado ir al instituto de nuevo.

                   
No dormí nuevamente pero esperé a que mi madre fuera a su trabajo y a que mi hermana saliera como acostumbra. Cuando escuché la puerta principal cerrarse, me di cuenta de que era el momento de hacerlo.

                   
Pero antes, debía dejar una explicación.

                   
Busqué entre mis cosas una hoja y una pluma.

                   
Escribí sólo lo más indispensable, agradeciendo a mi madre por todo su esfuerzo, a mi hermana por su apoyo, explicando que no quiero ser una carga más para ellos y por último, dando también las gracias a mis amigos por todo lo bueno que han hecho por mí.

                   
Leí la carta una vez más y decidí dejarla en la mesita de noche a un lado de mi cama. Solté un ruidoso y pesado suspiro antes de salir de mi habitación.

                   
Recordaba a la perfección que mi madre, en ocasiones, consumía medicinas tranquilizantes o para dormir y sabía que éstas eran fuertes. Por suerte, ella tenía un frasco prácticamente completo.

                   
Aunque, a decir verdad, desconocía cuanta cantidad debía consumir para lograr mi objetivo.

                   
Después de encontrar las pastillas, caminé de regreso a mi habitación.

                   
Mis ojos se inundaron y por un momento, me arrepentí de querer hacerlo, pero no, sabía que debía hacerlo, era la única escapatoria.

                   
Soy tan cobarde como para saltar de un lugar alto, tan cobarde como para conseguir un arma o lastimarme a mí mismo y tan cobarde como para morir sintiendo algún tipo de dolor.

                   
Entonces, una sobredosis era la mejor opción para mí.

                   
Quizá de ésta manera, Jungkook pudiera perdonarme.

                   
¿No es así, Jungkook? Tal vez esto es lo que esperes de mí.
Tal vez creas que no deba seguir aquí si soy sólo un cobarde.

Así que lo haré.

Por ti, por nosotros, por todo lo que pudimos hablar, por todo lo que nos faltó por conocernos, por todas las explicaciones que quedaron incompletas, por todos los besos que nos faltaron por darnos y por todas las veces que pude decirte cuán enamorado estoy de ti,
antes de irte.

Espero de hacer todo lo que no pudimos en otra vida.
                   
Vacié una considerable cantidad de pastillas en mi mano izquierda y las ingerí decidido. Sin arrepentimiento.

                   
Una última lágrima corrió por mis mejillas antes de no poder sostenerme de pie y sentir todo a mi alrededor volverse completamente oscuro.

                   
FIN

                   
                   
***

                   
                   







🎉 Has terminado de leer Antes de Irte •𝑲𝒐𝒐𝒌𝒕𝒂𝒆• 🎉
Antes de Irte    •𝑲𝒐𝒐𝒌𝒕𝒂𝒆•   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora