𝙲apitulo 23

27 0 0
                                    




—Soy su madre —afirmó Jinyo rápidamente. El doctor suspiró.

Sentí que mi corazón se me saldría del pecho. Eso no era buena señal y lo sabía.

—Señora... Su hijo... Llegó muy grave —explicó—. La operación se complicó...

—Doctor, ¿cómo está mi hijo? —exigió saber.

                   
—El joven Jeon falleció.

                   
Sentí el mundo caerse a mi alrededor. Todo se volvió distorsionado. Cuando menos imaginé que podría seguir llorando, lo hice una vez más con más fuerza e intensidad que nunca. Un enorme hueco se extendía por todo mi pecho. Sentí mis pulmones arder por todo el esfuerzo de seguir llorando.

Dolor. Dolor puro era lo que sentía. Simplemente dolor. Y un enorme remordimiento. Ese arrepentido volvió... Lo perdí, lo perdí al igual que mi padre.

Lloré sin importarme nada más. Jimin y mi hermana trataban de tranquilizarme pero era en vano. Escuchaba sus voces como si fuesen demasiado lejanas. Abracé a Jimin con fuerza y me aferré a su hombro llorando como si fuese mi única salvación.

                   
—No, no, no, no —negué infinidad de veces, cerrando los ojos.

Por favor, que sea una pesadilla. Por favor. Esto es mi culpa.

                   
—Tae, no es un sueño. Pero tampoco es tu culpa —mi amigo sollozaba acariciando mi cabello. No me había dado cuenta de que lo había dicho en voz alta.

                   
Mi mejor amigo me conocía lo suficiente para darse cuenta de que me culpaba a mí mismo por lo sucedido, pero, ¿a quién engaño? Es mi culpa. Sólo mía.

                   
Maldito sea el momento en el que Jeon Jungkook me conoció.

                   
Mi hermana me abrazó también, comprendiendo mi dolor.

—Soy un idiota, nonna —dije—. Un idiota egoista que sólo hace sufrir a los demás, un idiota que culpa a cualquier otro de sus errores, un idiota que no se hace responsable de sus actos, pero... ¡¿Por qué?! —grité—. ¡¿Por qué él?! ¡Él no!

                   
Seguí mi llanto por un par de minutos u horas más. Incluso había perdido la noción del tiempo.

Jinhyo estaba encerrada en su propio mundo. Nadie que la apoyara o ayudara. Dios, si a mí me duele, ella debe estar sufriendo mil veces más. Ella sufre por mí también. Por mi estúpida culpa.

Preguntó al doctor si podía pasar a ver a su hijo. Sentí un escalofrío por todo mi cuerpo en cuanto lo preguntó.

Yo quería verlo pero a mí mismo me aterraba mi reacción al ver a el amor de mi vida ahi sin vida... Muerto. Incluso pensarlo me causa un miedo terrible.

Jinyo entró e incluso hasta la sala de espera se podían oír sus gritos de desesperación. Lágrimas silenciosas cayeron por mis mejillas, estaba ahí parado mirando a la nada con los ojos muy abiertos mientras caían como cascada. Los chicos conmigo sólo me miraban con lástima y se compadecían de mí.

                   
—Quiero verlo —murmuré.

—¿Estás seguro? —preguntó Jimin.

                   
—No creo que sea buena idea —dijo mi hermana.

—Quiero verlo —repetí nuevamente con tono decidido pero mi voz a punto de quiebre.

Todos asintieron y yo caminé hacia la habitación donde los gritos de Jinhyo habían ya desaparecido.

Entré y la miré tirada a un costado de su hijo sollozando y murmurando muchas cosas que no entendí. Mis ojos recayeron en Jungkook

                   
Oh, Dios.

                   
Lloré una vez más y tapé mi boca con la mano derecha para no emitir algún ruido. Me acerqué lentamente.

Mirarlo ahí, recostado en la cama. Su pelo negro despeinado y sus labios entreabiertos hicieron que mi corazón se rompiera una vez más.

—No —susurré. Las lágrimas nublaron mi vista—. Jungkook, no, por favor —toqué su brazo y estaba frío—. Debería ser yo. No tú —sorbí mi nariz y torpemente traté de secar las lágrimas—. ¿Recuerdas aquella vez que me acompañaste a mi casa? Dijiste que harías que me enamorara de ti —sonrío melancólico—. Pues lo hice —mi voz se quebró una vez más—. Maldita sea. Me enamoré de ti —solté un sollozo.

                   
Miré a mi alrededor y noté que Jinyho ya no estaba. Quizá ver a su hijo así fue lo peor que le ha ocurrido. Luego continué:

                   
—Estoy tan enamorado de ti que ahora por mi culpa.... —sollozé tratando de terminar—. Ahora por mi culpa te pasó esto —lloré desesperado casi al hilo de no respirar, aún en llanto tomé su mano y deje un beso casto en susurré en ella fría. No sin antes darle un último vistazo, salí corriendo.

                   
—Quiero irme —dije a Jisoo desesperado. Ella asintió seria rápidamente

—Si quieres puedo ir contigo, quedarme en tu casa y... —mi amigo habló. Negué con la cabeza y desvié la mirada.

—Necesito estar solo —dije. El sólo asintió preocupado.

Me conocen lo suficiente para saber lo orgulloso que soy y lo mucho que odio que vean cuando estoy destrozado.

                   
Jisoo y yo subimos al auto en completo silencio. En el camino, cerré los ojos muy fuerte. Muy dentro de mí, aún esperaba que todo fuese una estúpida pesadilla pero el momento de despertar no llegó.

Bajé del auto cabizbaja. Mis ojos ardían de tanto llorar.

Mi hermana se apresuró a abrir la puerta y entró para después dejarme pasar a mí. Mi madre se encontraba de pie a media sala. Se veía sorprendida y preocupada. Jisoo le dio una mirada de esas que dicen "no preguntes" y me alivió que no lo hubiese hecho.

Me fui a mi habitación sin darles las buenas noches. Entré sigilosamente y encendí el foco.

Estaba enojado y mucho.

Comencé a tirar los adornos de la mesa de noche, haciendo escándalo por toda la habitación. Rompí algunos marcos con fotografías mías y al final, cuando no quedaba nada más por romper, grité llena de furia.

                   
Me sentía enojado conmigo mismo.

                   
Después de mi abrupta y repentina rabieta, lloré una vez más hasta quedarme sin aliento. Y sentí el oprimiento hasta quedarme dormido.

                   
***

                   










:(
-Yoonkie

:(-Yoonkie

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Antes de Irte    •𝑲𝒐𝒐𝒌𝒕𝒂𝒆•   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora