30. La propuesta

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-¿Por qué no me lo dijiste?

Sollozo por lo bajo, mi madre con la cabeza gacha araña sus manos nerviosa. A mi lado de la cama están los exámenes.

-No quería preocuparte.

Trato de respirar pero termino exhalando entrecortadamente.

-¿Desde cuando lo tienes?

Derrepente, ella también se pone a llorar. Apoyo los codos en mis piernas tapando mi cara.

Por si no saben, Miocarditis es una enfermedad en el corazón. Se trata de una hinchazón en el órgano que puede afectar los latidos. Y que puede causar la muerte en cualquier momento.

Mamá nunca estuvo enferma, jamás de los jamases... Pero la tía Cler si.

Ella fue una de mis tías favoritas, al tener mis 14 años. Meses después ella había muerto, la enfermedad inicio a sus años mayores, se desarrolló muy rápido y no tuvimos tiempo de poder controlarlo.

-Desde...-Solloza-El año pasado.

Cierro los párpados con fuerza. Un año ocultando esto, se qué no quiere preocuparme, pero somos solo ella y yo aquí, nos apoyamos una a la otra. De eso se trata el cariño mutuo entre ella y yo, los demás están en otro lado, ella no puede contar con los demás sabiendo que ni siquiera nos vienen a saludar, la familia es familia, si... Pero ¿Qué pasa cuando no hay nada? Cuando no hay dinero, no hay comida... ¿La familia está hay?

De eso se trata esto.

Tenemos a la tía Claire, a los abuelos. Pero ¿Ellos han venido a visitarnos? ¿Han preguntado siquiera si estamos bien? No. Por eso ella solo cuenta conmigo. Ese es una de las mayores razones por las cuales sigo viviendo con ella. Porque tengo una gran pena de tener 21 años y vivir con mi madre, me quedé aquí con ella porque necesita apoyo, no se qué se siente vivir en la soledad. Pero creo que mi madre necesita esa compañía, necesita alguien que le diga que todo va a estar bien y que no está sola.

Y más en estos momentos.

Por eso, la abrazo. La rodeo entre mis brazos y ella me corresponde fuertemente, evito llorar pero se me hace imposible, le beso la coronilla acariciándole el pelo.

-Vamos a estar bien, todo va a estar bien...-Se separa-Te quiero, no lo olvides. ¿Ok?

Ella asiente con una sonrisa triste.

-Voy a ayudarte en todo lo que pueda, dime: ¿Que necesitas?

Mi madre se queda mirándome, yo sonrío por el cambio tan repentino.

-¿Qué?

-Te veo y...-Posa su mano en mi mejilla para acariciarme-No puedo creer que haya criado una niña como tú.

Le sonrío poniendo mi mano sobre la suya.

-Vamos a estar bien.

-El doctor me dijo que estoy muy bien-Me enseña los exámenes-La enfermedad ha estado avanzando pero muy lentamente. Eso gracias a las medicaciones y los descansos que hago.

En seguida recuerdo las botellitas de pastilla, los viernes sábados y domingos que mamá está libre del trabajo.

-¿Que procede?

-Descansar-Limpia sus lágrimas-Eh... No puedo agarrar emociones fuertes, ya sabes ¿No?

Claro que lo sé, tía Cler vivió su enfermedad junto conmigo y con mi madre. La visitabamos todos los días, eso era la excusa para librarnos de los gritos y la presencia de mi padre Landon.

Amargos Delirios ✔️© [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora