En primer lugar
¿Qué hace Noah montado en una bicicleta?
Abro la boca dejando la mandíbula relajarse, él me sonríe a lo lejos pero se acerca rodando en la bici.
-¡Noah! ¿Qué haces hay a estas horas?
Él ensancha mayormente su sonrisa aún más.
-Esto debe ser una broma.
-¿Qué?-Le espeto.
-Siempre me recibes en trapos menores Gomitas.
Me ojeo a mi misma dándome cuenta que la playera arrugada esta mal puesta, a parte de alrevés, no me queda a la mitad de mis piernas precisamente. El aire pasa en una fuerte oleada haciendo que mi piel se erize, estiro la camisa hacia abajo mirandolo con cara de pocos amigos.
-¿Qué haces aquí a estas horas?
-Siempre paseo de madrugada-Se encoje de hombros-Quería aprovechar que me escribiste y que no tenías sueño para pasar esta buena costumbre contigo.
-Estas loco de verdad-Ruedo los ojos-¿A quién se le ocurre pasear de madrugada en bicicleta?
-A mí-Sonríe de oreja a oreja-Así que montate, ven... No hay mucho tiempo.
-¿Qué? No iré ahí-Me cruzo de brazos alzando la barbilla-Noah, será mejor que te vayas, es tarde y...
-Estás nerviosa-Interrumpe
-¿Disculpa?
-Estás nerviosa-Repite apoyando sus manos en los mangos de la bicicleta-Cada que estás así, adoptas esa posición, ¿Ves como te conozco?
-¿Y qué me importa cuánto me conozcas?-De verdad estába muy nerviosa ¿Soy muy obvia o qué?-Vete ya, te veré el Lunes.
Pero no se inmuta en darse la vuelta e irse.
Al contrario, deja la bicicleta rodar en mi dirección, el corazón late a un pulso anormal cuando el caucho queda en la punta de mi pie descalzo, haciendo que el rostro de Noah quien se ha inclinado, quede a centímetros del mío.
-¿De verdad quieres que me vaya, Aila?
Lamo mis labios manteniendo mi posición, silencio sepulcral entre nosotros, mi respiración se torna agitada cuando da un salto sobre la bicicleta apoyando sus codos en el centro del mando equilibrado, mientras que su mano sostiene su mentón. Enarca una ceja mirándome divertido
-¿Te quedaste muda ahora?
-Yo... Mmm... Noah, tú...
-No quieres que me vaya, solo admítelo y ya-Dice relajado-Y si lo quisieras, quisieras venir conmigo ¿No es así?
Odio el silencio de ahora en adelante.
Entonces, su mano dispuesta se eleva para llevar un mechón desordenado de mi cabello en la frente hacia la oreja, en ese mínimo roce de sus dedos en mi piel, hace que me estremezca por dentro dejándome con ganas.
Porque, ese es el problema, quiero estar con él, Pero me pone tal vez nerviosa que el me deje con ganas. Por ser tan patético, tan patéticamente atractivo.
-¿Vendrás?-Me ofrece la mano.
Y para no dejarlo plantado, en silencio la tomo entre mi mano y me volteo para sentarme detrás de él, la bicicleta lleva un mini puesto así que con mis bragas blancas cubridas por una playera negra me siento detrás de Noah con mis nervios matándome por dentro.
-Será un lugar cerrado, no tendrás que asustarte por estar al aire libre-Direcciona la bicicleta hacia el otro lado comenzando a manejar.
Dijo que un lugar cerrado.
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Amargos Delirios ✔️© [Editando]
Ficção AdolescenteEscribo esta carta con lágrimas en los ojos, extraño cada momento contigo, nombrandote ante la soledad, tal vez delirando. Delirando cada momento Agridulce... O amargos, porque después de todo, no termine a tu lado. Así que, serían amargos delirios...