38. El rompimiento.

29 3 0
                                    

Noah Bowers

El sonido de las esposas en mis manos, la sirena de la policía, dolor de cabeza que no se pasa y El que Iván este en el suelo tirado cubierto de sangre en su nariz y boca hacen que mi día sea el peor de todos—Bueno, la noche—

Me adentran al auto de la policía, Iván lo llevan a una camilla pero este enseguida se levanta posando su mano en la frente, sintiendo de seguro los hematomas que le hice, lo golpeé sin contemplaciones. Me sacó de casillas cuando me lo estaba restregando en la cara:

¿Tu? Un borracho que no se cuida?—Me espeta—Eres un perdedor, Bowers. Aila es mi mujer, ella se entregó a mi—Me empuja con su índice en el pecho haciendo que dé un traspié—Yo le quité su inocencia, yo le hice el amor...

Miro por la ventana la Houston en donde me crié mientras espero a donde es que me van a llevar, como lo esperaba : La Delegación.

Pero en vez de llevarme hacia una celda, me llevan a una sala con una mesa y dos sillas de cada lado.

Interrogatorio.

Me siento con las manos esposadas poniéndolas en la mesa, el policía que me trae se va azotando la puerta, pero esta enseguida se abre dando paso a Dú.

—¡Noah!—Se acerca a mi, me abraza de lado y deposita un beso en mi cabeza—¿Estás bien?

—No, me duele la cabeza, necesito un baño y necesito saber dónde está Aila.

—Te sacaré de aquí. Pero quiero que te calmes.

—¡No!—Golpeo la mesa con mis nudillos—¡Quiero salir de esta posilga!

—Lo harás—Acaricia mi mejilla—Saldrás de aquí lo prometo.

—Quiero hacer una llamada.

Ella me entrega el teléfono y yo marco el teléfono de Aila. Repica un par de veces pero termina contestando.

—Aila... ¿Dónde diablos estás?

Cuelga de inmediato.

Maldición.

☕❣️☕


Aila Redmond.

Sollozo una vez más negando, negando a que Noah haya pensado eso.

—No llores más por favor, voy a terminar igual que tú.

Dice Hunter a mi lado, tapo mi rostro con las manos quedando sin aire.

—Él estaba borracho, y... Y... Iván me besó sin mi...

—No, Aila... Noah no confío en ti, pensó cosas que no eran, sabiendo que tú eres una buena chica.

Sentadas en un taburete de Angelus, lo último que pude visualizar es como Iván golpeó a Noah, cosa que causó en mi estragos en mi cabeza. Ahora no quiero pensar en nada de eso, solo quiero olvidar de lo que pasó hoy, creo que voy a colapsar porque son tantas cosas juntas que no se si pueda sobrellevarlo, Noah estaba tan descuidado que no parecía él, parecía un indigente. Como lo fué.

Noah estaba como era antes.

Niego con la cabeza al pensarlo, me empino un trago de tequila sintiendo el ardor en mi garganta.

—Creo que deberíamos irnos.

—No... Dejame en paz, necesito... Necesito estar sola.

Amargos Delirios ✔️© [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora