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Los ojos del menor estaban abiertos en señal de sorpresa, su hermano se limpiaba la comisura de su labio, como si no se hubiera comido una enorme porción de panqueques con frutos rojos, podía verlo ligeramente sonrojado al lado del humano, dirigie...

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Los ojos del menor estaban abiertos en señal de sorpresa, su hermano se limpiaba la comisura de su labio, como si no se hubiera comido una enorme porción de panqueques con frutos rojos, podía verlo ligeramente sonrojado al lado del humano, dirigiendole una tímida mirada y luego llevandola al suelo, como un niño pequeño tratando de decirle algo a su mamá. 

— Mikey... — Habló por lo bajo, ¿pasaba algo malo? no notaba algo mal en el, pero los nervios de su mayor se incrementaron, incluso pasó saliva. — ¿Hay más hotcakes? me quedé con algo de hambre y bueno... — Tocó su mejilla, el más bajito sonrió comprensivamente. 

— Oh Donnie, no tienes porque preguntar, ¡Claro que no hay, te comiste como quinientos, ¿No tienes llenadera?! — Agitó sus brazos en medio de su "drama" cómico que representaba más preocupación que nada, ¿desde cuando Donnie comía tanto? Miró a Casey, quien le dio una ligera caricia al de bandana morada en la espalda. — ¡Casey, ya lo descompusiste! — La única chica se dio un "facepalm". 

— ¿Pero por qué? — Exclamó confundido, dejando el contacto por un momento. 

— ¡Mira nada más como está! — Señaló a la otra tortuga, podía notar los nervios en su rostro, ni ellos ni su enorme sonrojo desaparecian, entonces notó como ambos tenían sus manos juntas, apenás podría notarlo, pero ese contacto le daba una actitud extraña. — Uh... Bueno, veré si encuentro algo que puedas comer. 

— No, no, así estoy bien, ya no importa. — Una cálidez extraña se sentía en el aire, dulce y brillante que le daba color a los aburridos tonos grises que los acompañaron por tanto tiempo, al menos así se sentía desde la perspectiva de Mikey, seguro a los ojos de los dos enamorados todo estaba rodeado de brillos y un hermoso color rosa pastel, las miradas de los dos se cruzaron, pero un fuerte golpe los sacó del ambiente.  

— ¡Casey, aquí estás! — La tortuga de ojeras rojas derrumbó la puerta, detrás de el venían sus dos padres y su hermano mayor, todos con una mirada ligeramente seria, las miradas de los recién llegados se dirigieron a la parejita. — ¡¿Qué están haciendo? Ay no puede ser, consiganse un cuarto!

— ¡Donatello Hamato, cómo te atrevez a hacer una barbaridad tan vulgar, no tienes edad para estarle agarrando la mano a otros hombres! — Todo era demasiado extraño para Donnie, habían hecho cosas mas "indecentes" como para que unas manos entrelazadas hicieran un escandalo, por su parte, Casey temía ser golpeado o algo así, ¿qué tan fuerte era tomar la mano de alguien? — En mis tiempos eran besos, parecenlos típicos novios de manita sudada del kinder. 

Ambos se soltaron rapidamente mirando a direcciones opuestas, el humano rascando su nuca con los ojos en el reloj esperando volver a tomar la cálida mano del contrario, por su parte, Donnie solo miró la ventana con la intención de distraerse de la vergonzosa situación, acariciando su antebrazo. 

— ¿Quieren panqueques? — Habló el menor de la nada con una enorme sonrisa y un plato con una torre del desayuno antes mencionado. 

— ¡¿No dijiste que se te había acabado? — Exclamó el morado. 

Al final, todos desayunaron tranquilos, pláticando de cualquier cosa en la mesa, y sacando viejas anecdotas de vez en cuando, un Donnie algo indignado era lo que más risa había causado, Mikey era el que los había llamado a todos para pasar un día en familia, siempre que todos se juntaban sus ojos se iluminaban de felicidad, una genuina que podría robarle algunas lágrimas de emoción. 

— ¡Que bonita familia, hay que sacarnos una foto! — les mostro su telefono en su mano, todos posaron y el flash cegador se hizo presente, con una foto familiar algo torme y movida, "rustica" para el gusto de muchos, pero para Mikey era un tesoro enorme. 

— ¿Qué clase de brujería es esa? — Habló su padre alquimista, observando la torpe selfie, rascando su barbilla en señal de que estaba pensando. 

— Ciencia, mi querido padre o algo así. Las brujas aún me atormentan al día de hoy. — El gesto drámatico del morado trajó risas antes de que todos comenzaran a retirarse para iniciar su día. 

Quedando solos en la puerta del departamento de la morena, ambos se miraron, el mutante de sudadera morada y rodilleras del mismo color notaba como el humano evadía su mirada, su gesto de ligera preocupación lo hizo soltar uno de sus pensamientos. 

— Casey, tu y yo... ¿Qué somos?   

Ilusión - Casey × DonnieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora