Ilusión - Casey × Donnie

025

— Muy bien par de tortolitos, ahora sí. ¿Cuál de ustedes dos estuvo gritando tanto que Mikey pensó que estaban asesinando a alguien? — Cuestionó la tortuga de color rojo, tapándole cualquier entrada de información al menor de los presentes.

— Eso es información confidencial, solo dejemos ese tema por favor. — Splinter estaba en la cabezera de la mesa con los brazos cruzados, todo el ambiente se había echo demasiado tenso desde el día de la ¿"reconciliación"? — Papá, yo...

— No me molesta que tengan una vida sexual activa, mis niños, sólo espero que se estén cuidando. — Rascó sus bigotes con un ligero sonrojo. — ¡Pero no lo hagan en la casa, por amor de dios no pude dormir en lo absoluto por todos esos gritos y chasquidos, y... iugh! — La rata recibió miradas juzgando, no es como si fuera el más silencioso de los presentes, todos habían llegado a pasar noches de insomnio por sus telenovelas a todo volumen, o esos ronquidos que aún acompañaban en sus pesadillas a los gemelos. — Y tú. — Señaló a la tortuga de caparazón blando. — Más te vale estar usando protección.

— Emm, no sé, ¿Casey, usaste protección? — Miró al humano, quién se quedó procesando todo por un largo rato.

— ¿Qué es protección? — Casi le da un paro cardíaco. — ¿Se necesita algún arma?

— Olvídalo. — Miró a su padre algo avergonzado, no podía negar que se sentía algo abrumado por tener aquel comportamiento por parte de los demás. — Lo siento, no volverá a suceder de esa forma.

Por su parte, Mikey estaba sorprendido leyendo los labios de los presentes, si tan solo su hermano se hubiera dado cuenta antes seguro se habría perdido todo aquello.

— Bueno, ¿no más preguntas? ¿no? ¡genial! que tengo que poner manos a la obra para volver traer a la vida a Sheldon, gracias, gracias. — Morado camino a su laboratorio, cerrando la puerta y quedándose ahí, todo al fin había vuelto a la normalidad.

— Muy bien, yo quiero saber cómo terminaste saliendo con mi hermano. — Habló el de orejas rojas, Casey realmente no esperaba un interrogatorio sobre su relación con Donnie, la menos no ahora.

— Te soy honesto, no tengo idea, fue todo muy repentino, apenas tuve tiempo de procesarlo pero es que es tan bonito, y tan único que me terminó gustando. — Suspiró imaginando al mutante en su cabeza, no tenía que esforzarse mucho para verse genial haciendo cualquier cosa. — Y además se ve tan bonito cuando se emociona, ¿has visto sus ojitos? son adorables, siempre que algo le gusta parece que se llenan de estrellas.

— Bueno, ya. — Exclamó de mala gana, sus otros dos hermanos estaban llorando casi de la emoción. — Te gustan sus "ojitos pispiretos", punto.

— ¡El amor está en el aire! ¿No te da envidia Rafa? — Hablo el menor de todos los presentes con una mirada tierna. — Cuando yo esté con alguien quiero que me digan cosas así de bonitas también. — Casi podía verse bailando de la emoción, el más grande estaba con una ceja alzada.

— ¡Mikey, no tienes permiso de salir con nadie hasta dentro de trece años! — Una pequeña discusión se formó entre los dos hermanos.

La puerta del laboratorio se abrió, morado pasó por el pasillo hasta llegar a la cocina, y hacerse otro café, se veía bastante agotado, ¿tan difícil era lo que estaba haciendo? Había un gesto de cansancio en el, no se veía de humor para tener una conversación, así que pasó por algo la presencia de sus hermanos, aún así todos se dieron cuenta de que había algo mal.

— Donnie... — Hablo la tortuga de caja, pero no recibió más que una mirada de reojo indescriptible, ¿estaba triste, enojado, frustrado? — ¿quieres hablar con nosotros?

— No. — Y volvió a su habitación.

— Es un ser oscuro y sin sentimientos, dispuesto s usar tu alma para algún experimento maligno y acabar con la humanidad en cualquier momento, ¿estás seguro de lo suyo? — Hablo el de orejas rojas con un tono dramático, para su mala suerte, el humano tenía su mano recargada en la mesa observando la puerta del laboratorio con el gesto de un tonto enamorado. — Eso lo dice todo.