Capítulo 2: Gris

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La vida de Caitlyn siguió su camino, pero el tono gris enmudecido que empapaba sus recuerdos no cambio.

Era como si el mundo de Caitlyn se hubiera vuelto monocromo luego de la muerte de Greyson.

Las fiestas se desvanecían en tonos blancos y grises, los años escolares iban coloreados de negro. Caitlyn, parecía moverse en un espectro diferente, vagando entre sus propios recuerdos, pero como si estuviera alejada del mundo. Incapaz de formar una conexión sustancial que llenara su mundo de colores

(Todos pudieron observarlo transcurrir, el tono melancólico no abandonaba la escena)

Las discusiones con sus padres que no apoyaban la ambición de su hija ni la carrera que había escogido, sobre todo luego de la muerte de Greyson, pues les parecía en extremo peligroso.

Sobre todo ahora que Caitlyn estaba tan sola como podía estarlo, sin su mentora para colorearle las mejillas con sonrisas y llenar su corazón de confianza y seguridad.

También estuvo esa pequeña aunque no corta edad de adolescencia donde Caitlyn colaba chicas por su ventana, o cuando se escapaba de casa a fiestas para los que no tenía permiso ni edad

***

Los Kiramman se miraron el uno al otro y suspiraron, rendidos.

Los periodistas anotaron

Vi solo se carcajeó. Se burlaría de Caitlyn un buen rato por eso.

(Solo después de abrazarla mucho, y llenarle el pecho de mimos y cumplidos) 

***

Caitlyn Kiramman. 19 años

Vómito la primera vez que vio un cuerpo, la primera vez en una escena del crimen en la que la dejaron asistir como investigadora

El gris empañaba de vergüenza el suelo de cemento

***

Caitlyn Kiramman. 20 años

Un criminal la tomó desprevenida y se le atoró el dedo en el cañón de recargas del rifle

El arma rodando en la acera monocroma, su mejilla estrellada y la burla del metal bailando sobre sus labios

***

Caitlyn Kiramman. 22 años

El cielo lloraba el día en que recibió su ascenso como Sheriff

Las personas se veían a mil millas y años de luz de distancia mientras subía al podio, sus palabras sonaron mudas en sus propios oídos cuando recito de memoria el discurso que había preparado

Su sonrisa, pulida en el mármol de sus mejillas estaba hueca cuando poso para la cámara

La placa pesando en su pecho como un peso muerto.

La fiesta organizada por los Kiramman no hacía más que agobiarla

Con el alma hecha un ovillo se alejó de los vítores y escapo por la puerta trasera, recorriendo caminos pintados de melancolía, con los ojos girados al cielo y la lluvia deslizándose entre sus ropa

Se detuvo en una florería a comprar un ramo de Violetas, y siguió directa a su destino

El cementerio de Piltover se alzó a la vista antes de que estuviera preparada para ver el aviso.

El color del alma [Caitlyn x Vi] **En edición**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora