Capítulo 5: Reflecting Pond

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Violet - 6 años

Había pasado apenas una semana desde que Vander les había dado un hogar a las dos pequeñas hermanas. Les había dejado su cama (que era más bien un catre algo oxidado) y Vander dormía en el sillón. Ya había comenzado a traerles cosas, lo que había podido recuperar de su vieja casa, y otras que él les había comprado. Dijo, que quería conseguirles literas.

Violet se levantó ardiendo en fiebre. Todo a su al rededor estaba borroso y demasiado confuso. Le dolían los músculos, le ardía la garganta, su cabeza palpitando casi tanto como su corazón

Vi miro sus manos, casi pensando que le pertenecían a alguien más, y cuando intentó levantarse de su catre el cuarto de luces amarillentas comenzó a girar y girar....

Y de pronto ya estaba en el suelo.

Cuando Vander apareció en su habitación, por alguna razón no parecía real

— ¿Mamá? ¿Mamá? ¿Eres tú? –.

Vi grito con la voz rota y débil.

— Soy yo pequeña — Dijo Vander - Soy yo –.

El hombre se agachó, sosteniendo sus manitas para evitar que siguiera haciéndose daño intentando levantarse.

— ¿Vander? - Sollozo Vi intentando mirarlo entre la nube de calor que le atontaba la cabeza - ¿Vander? –.

Vi repitió, intentando tocar su rostro

— Si Vi, soy Vander –.

Por alguna razón, Vander sonaba como si estuviera a punto de echar a llorar... Violet no lo entendía

— Me caí –.

La niña sonaba ligeramente culpable, arrepentida. Vander soltó un suspiro, acariciando su carita.

— Dioses Vi, estás ardiendo –.

— ¿Dónde estoy? ¿Estoy muerta? — Vi pregunto, intentando mirar a través de la nube de fiebre – ¿Y la luna? ¿Dónde está la luna? –.

Vander la cargó, abrazando a la niña contra su pecho, en un intento por calmarla

— Estás aquí, estás conmigo y estás a salvo –.

— Mi luna, mi luna... —.

Vi siguió balbuceando. Se sentía como si las palabras no le pertenecieran

El mundo estaba muy silencioso

Era como si hubiera barrera entre el mundo y ella, y por un momento, Violet pensó que esta vida nunca la había querido, y ahora aprovechaba la oportunidad para deshacerse de ella

El mundo seguía siendo oscuro y confuso y todo daba vueltas

Entonces llegaron los sueños

Violet estaba en su casa, en su antigua casa. Los vigilantes estaban rodeándola, y pájaros y conejos muertos caían a su lado como una lluvia de sangre con cada disparo

Millones y millones de conejos y pájaros muertos

Las balas acumuladas en sus pies

Todos caían y la golpeaban cubriéndola de sangre, los picos se clavaban en su piel como flechas, el pelaje de los conejos le escocía en la nariz

Podía escuchar a Powder sollozar, a su madre gritar en la lejanía

Cuando volteo a mirar a la niña, Vander sostenía el cuerpo de sus padres muertos entre sus brazos

El color del alma [Caitlyn x Vi] **En edición**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora