In the mud

2.5K 224 6
                                    

Lis Yamada

Vance Hopper, el chico más temible de todo Denver se encontraba frente a mí y no estaba precisamente contento ─¿Me acabas de llamar Ricitos de oro? Maldita enana...─ En otras circunstancias me enojaría y defendería la razón de mi baja estatura, pero ahora mismo solo podía pensar en lo mucho que costaría arreglarme los dientes.

Haciendo uso de mi poca valentía estire mis brazos, negando el paso hacia mi hermano, la boca de Bruce sangraba y aun así él parecía más preocupado por los chicos que se encontraban en el suelo. Internamente lo maldecía por no pensar antes de bajar de la maldita bicicleta─ Creo que me estas malinterpretando, dije que me gustaba el cuento, no que tú fueras Ricitos de Oro. Para eso deberías cambiar de acondicionador, tu cabello está un poco seco─ Los niños que antes gritaban incitando la pelea, ahora no paraban de reírse de mis ocurrencias, pero a Vance no le hizo gracia. Con su mejor cara de enojo camino hacia mí, me tomo en brazos y luego me dejo caer sobre el lodo ─ ¡También te falta mejorar tu carácter, idiota!─ Le grite mientras él se alejaba, al parecer ya no quería golpear a nadie más.

Intente levantarme, pero mi zapato se deslizo y acabe en el suelo nuevamente, al parecer hoy sería un día difícil. Bruce se acerco para levantarme, incluso intento no reírse de mi trasero lleno de barro─ Te daré mi pantalón de deporte cuando lleguemos a la escuela.─

Bruce limpio la sangre de su rostro con un poco de agua de mi botella y luego continuamos con nuestro camino, el barro se había metido dentro de mis medias y podía jurar que jamás me había sentido tan incomoda antes, porque también tenía una horrible hematoma en mi trasero.

Los pantalones azules de Bruce me quedaban enormes, tuve que darle tres vueltas en la cintura y aún así los arrastraba un poco.

─ Puedes imponer una nueva moda, pantalones deportivos con aretes...no está tan mal ─ Donna intento subirme el animo, pero solo suspire y apoye mi cabeza en la mesa del laboratorio, odiaba tener biología y también detestaba que mi ropa no fuera lo suficientemente linda como para generar miradas de burla sobre ella. Algo que había aprendido del mundo de la moda era que el peor agravio era que te dijeran normal, yo no quería ser normal porque estaba segura de que había nacido para mucho más que eso.

Observe a Donna unos minutos, ella tenia ojos oscuros con muchas pestañas, cejas delgadas y una nariz envidiable, además de que muchos chicos decían que parecía de quince a pesar de tener trece años. Una chica bonita─ Todo es culpa de tu novio, si él no estuviera por ser masacrado por Vance Hopper mis pantalones estarían bien─ Su pálido rostro de inmediato se torno rojo y supe que se había quedado atascada en cuanto dije "novio", luego de eso solo tartamudeo que ellos no estaban saliendo.

Las siguientes horas de la mañana se basaron en abrir el corazón de una oveja, cuando inicio el año nos había tocado cortar una rata y desde entonces todos sabíamos que nuestro profesor estaba loco. Algunos compañeros vomitaron, pero lo peor no era la sangre llenando las batas de laboratorio, para mí lo peor era el olor.

Durante la hora del almuerzo me senté con Donna y los amigos de Bruce, lo malo de tener un hermano popular era tener que almorzar junto a tantas personas a las cuales claramente no le agradas. A diferencia de mi hermano yo no soy la mejor en deportes, tampoco soy inteligente como Amy y no es que me caracterice por tener una belleza deslumbrante, yo solo no encajo en lo que la gente que me rodea espera.

Bruce noto mi incomodidad ya que dejo caer su jugo y me pregunto si podía tomar el mío, dándome la oportunidad de fingir ir por otro y largarme. Donna parece entretenida conversando con una de sus amigas, por lo que me aprovecho de la oportunidad, tomó mi mochila y salgo del comedor.

Quisiera que la secundaria acabe pronto, pero aún faltan cuatro años de malos almuerzos y comentarios burlescos, también de pruebas suspendidas y regaños eternos en casa.

Pienso en dirigirme a la biblioteca cuando me encuentro con un grupo de chicos golpeando la maquina de bebidas, todos amigos de Vance Hopper, pero él solo se encuentra apoyado en la pared mientras bebe lo que parece ser un refresco de limón. Por un instante considero ir y gritarle por aventarme al barro, pero luego recuerdo lo intimidante que puede llegar a ser y lo torpe que soy bajo presión. Al final me decido por ignorarlos y seguir andando, pero en cuanto me ve no tarda en gritarme algo que no logro descifrar y tampoco me quedo para averiguarlo. Solo bajo la mirada y apresuro mis pasos hasta entrar a la biblioteca.

¿WHERE?  Vance Hopper Donde viven las historias. Descúbrelo ahora