Lis Yamada
Sabía que estaría envuelta en problemas cuando comencé a relacionarme con Vance Hopper, pero aun así me mantuve a su lado e ignore a mi lado razonante, es algo que suelo hacer cuando soy consciente de que mis deseos solo me traerán problemas. Ignorar la realidad, muchas veces no lo hago con intención, pero cuando sucede no puedo evitarlo, es alguna especie de circulo vicioso en el cual yo siempre ignoro todo lo que no me agrada.
Cuando salí por la ventana supe que no había vuelta atrás, Vance me ayudo a bajar y me mantuvo en sus brazos durante unos pocos segundos, aquello me dio la oportunidad de notar lo fuerte que era para ser tan joven.
Mientras saltábamos la cerca pude notar que todo estaba en silencio en el vecindario, tal vez porque la noche ya estaba llegando, aunque también era porque aquel lugar estaba lleno de familias de dinero y preferían guardar las apariencias. Todos dentro de sus hogares, jugando a ser la familia perfecta, el resto podía creerles pero yo sabía lo falso que era todo aquello.
─No sé como me convenciste de hacer esto, pero debo admitir que se siente bien salir de ahí─ Nunca he sido buena con los silencios, en cambio Vance parece una roca, siempre se mantiene callado y con el rostro serio ─¿Donde iremos?─
No hay respuesta de su parte, en cambio caminamos algunas cuadras antes de llegar a un auto azul, se ve un poco viejo y eso lo hace encantador a mis ojos, aunque no sé mucho sobre vehículos. Vance abre la puerta para mí y luego deja mis cosas en los asientos traseros, yo solo entro y de inmediato distingo el aroma de cigarrillos, en los últimos días descubrí que a él le gusta fumar y no es algo que me agrade en realidad. Después de todo cumplió quince años hace algunos meses.
Me acomodo mejor, el auto tiene un bonito asiento de cuerpo y aunque el exterior no se encuentre del todo bien, el interior es otra historia.
Vance entra luego de unos minutos, parece que aún está procesando la situación o tal vez el beso, claramente no lo pensé mucho antes de hacerlo y ahora me pregunto si no fue demasiado, esta la posibilidad de que yo confundiera las cosas y él solo me vea como una amiga. Las posibilidades comienzan a llenar mi cabeza y mi rostro se contorsiona en disgusto, no puedo parar de pensar en miles de ideas de las cuales ninguna es amable conmigo, al menos hasta que siento su mano sobre mi hombro y me giro de inmediato para verlo.
─¿Estás bien? Te estaba hablando desde hace un buen rato─
Sacudo un poco mi cabeza y detengo mis manos, la picazón de mis palmas disminuye un poco y cuando me atrevo a verlas se encuentran sangrando, Vance deja viajar su mirada al mismo lugar que yo y no tarda en regañarme por lastimarme. Solo que no recuerdo en que momento comencé a rascarme.
─Lo siento, no medí mi fuerza─ Decidió utilizar una excusa que él parece no creer, pero atino a cambiar el rumbo de nuestra conversación ─ ¿Qué me estabas diciendo antes?─
Entonces él aleja su mano y arranca el coche, yo consigo tranquilizarme al no tener su mirada sobre mí, algunas veces se siente como si intentara leer mi alma.
─Dije que iremos con mi mamá, mañana hablaremos con tu abuela y te llevare a su casa─
La mamá de Vance, la mujer rubia que discutió con mi madre luego de que insultara a Vance, de seguro la pobre mujer maldijo a toda mi familia y no la culparía de ser así. Mi madre es bastante rencorosa, yo diría que odiosa, pero no le quiero quitar el crédito a Bruce por llamarla de ese modo primero. En cuanto pienso en Bruce mi cabeza duele, quisiera borrar todo lo que sucedió el día de hoy, porque no hay cosa que odie más que estar distanciada de él.
Bruce y yo siempre hemos sido unidos, jamás discutimos, pero hoy todo parece estar de cabeza. Quisiera pellizcarme y despertar en mi cama, sé que no es posible y de todos modos sigo preguntándome como llegamos a este punto.
Durante el viaje no dejo de mirar al exterior, todo lo que conozco se aleja mientras Vance conduce, no sé si mi decisión de seguirlo es la correcta y aún así se siente como si lo fuera cuando lo observo tan atento al volante.
Las casas lujosas dejan de verse y cuando pasamos frente a la escuela me pregunto que tan lejos vive, tardamos alrededor de diez minutos en llegar al que creo es su vecindario. El lugar no es muy pintoresco, pero aun así no paro de preguntarle cual es su casa, todas me llaman la atención, en todo el lugar se puede observar gente caminando con sus hijos o con gente mayor.
Cuando Vance gira en dirección a un lugar lleno de casas rodantes, algunas tienen edificaciones para que parezcan casas y él detiene el auto frente a una de ellas, no espero a que me abra la puerta cuando ya estoy fuera. Vance toma mis cosas y se adelanta, yo lo sigo con emoción, su casa es pequeña y en el cantero se pueden observar cientos de flores amarillas y algunas rosadas muy bonitas, se ven naturales y tan frescas que no parece real.
Tomó mi mochila para que él consiga abrir la puerta, invitándome a entrar con un movimiento de cabeza, yo no dudo en aceptar la silenciosa invitación. Dentro es acogedor, todo ordenado y lleno de fotografías, incluso alcanzo a observar un lindo perro que descansa en el sofá.
─¡Mamá, ya llegue!─ Su grito despierta al cachorro y yo no tardo en agacharme para saludarlo, es tan encantador que no duda en lamer mi cara con entusiasmo ─Traidor─
La madre de Vance sale de lo que creo es la cocina, su cabello esta elevado en un moño y un lindo delantal celeste esta amarrado en su cintura, parece un verdadero ángel.
─Lamento venir sin invitación, señora...─
Su rostro está lleno de confusión y Vance le explica con pereza lo que sucedió, omitiendo pequeños detalles como el que ataque sin permiso los labios de su hijo, eso no es algo muy importante ahora mismo.
Cuando ella camina hacia mí, me obligo a no moverme, pero en lugar de echarme solo toma mi rostro entre sus manos y lo examina como si se tratara de un cuadro, ahora me maldigo por haber llorado tanto.
─Sí, definitivamente...─ Vance y yo nos observamos de reojo y él es quien le pregunta a que se refiere ─ Tendré nietos apuestos─ Mi rostro se calienta de inmediato y escucho como Vance se ahoga con su propia saliva, en cambio la risa de la señora inunda la casa y por primera vez me atrevo a verla directo a la cara. Ella me está sonriendo como nunca nadie lo había hecho al verme.
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¿WHERE? Vance Hopper
FanfictionDos chicos que se odian mutuamente, los polos opuestos de Denver y rivales, acaban envueltos como familia cuando la hermana de uno de ellos se enamora. Cover by : @DarkDevil_23 y @EditorialSalem VancexOcfem