Watch Your Back

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Bruce Yamada

Cuando llegamos a la casa mamá se asoma para recibirnos, pero en cuanto ve mi rostro parece a punto de estallar en irá, algunas veces me pregunto si la exageración de Lis es heredada de nuestra madre.

Sus dedos fríos y algo ásperos apretan mis mejillas, sobre los golpes que Vance dejo en mi piel, ese idiota es increíblemente bueno para golpear.

-Estoy bien, es solo que me caí...- Susurro, Lis me observa desde el sofá y me pregunto en qué momento llegó ahí, mi madre en cambio parece no creerme y me insiste conque le diga la verdad -Puedes preguntarle a Lis, ella no te mentira.-

Aparto sus manos de mi rostro, alejándome de ella en un intento de finalizar toda la conversación, pero nuevamente es inútil. Ella me sigue por la sala, deteniéndose en el comienzo de las escaleras y entonces dice lo que menos deseo escuchar -¿Es que acaso no te interesa ir a la universidad? Si tienes un récord de peleas ningún equipo ofrecerá una beca, maldición....¡Bruce, ven aquí, estoy hablándote!-

Para ese momento azotó la puerta de la recamara, conozco todo su discurso y la verdad no me interesa lo que sigue. Toda una charla sobre que Amy y yo somos el futuro de la familia, que si vamos a una buena facultad podrían incluso conseguirle un buen marido a Lis, porque nadie en esta maldita familia tiene fe en que ella es increíble.

Entonces me dejó caer sobre el mullido colchón, mi cabeza duele más que los golpes en mi rostro y abdomen, estoy tan cansado de toda la farsa familiar que mis padres crearon.

Papá de seguro llegará en algunas horas, mi madre llorara y él vendrá a "hablar" conmigo, estupideces sobre un futuro que no sé si anhelo.

Las horas pasan, lo único audible es la voz de mi mamá en el primer piso, mi padre no ha llegado.

Cuando creo que el hambre ya no será un impedimento para dormir, Lis entra por mi ventana, ya no me asombra lo que hace. Esa enana aprendió a trepar por mi ventana cuando nuestros padres me castigaban, sin comer y con la puerta cerrada.

Mi hermana deja un taper en mi mesa de noche, también una botella con agua y es entonces que me permito llorar, sé que ella jamás me juzgará por hacerlo.

Me hago pequeño sobre las sabanas, ella se acuesta detrás de mí y pasa sus brazos por mi espalda, yo me giro y me escondo en sus brazos. Estoy tan cansado de lidiar con nuestros padres, con las expectativas del mundo, pero ella no debe hacer nada de eso.

Me siento como un niño otra vez, con Lis abrazándome en silencio y mi corazón hundido en angustia.

-Gracias...-











Cuando llega la mañana, Lis ya no se encuentra en mi cuarto, como si nunca hubiese entrado mi ventana. Ella sabe que es mejor seguir las reglas de nuestros padres, aunque en silencio haga lo que quiera.

Salgo de la cama, mis músculos duelen mientras me arrastro al baño, ahí me quedo algunos minutos. Mi rostro está lleno de moretones violetas y rojos, en unos días se pondrán verdes.

Los golpes de Vance no eran poca cosa, siendo honesto me los tenía merecidos, después de llamarlo de forma grosera.
No debía desquitarme con él pero solo verlo tranquilo, sin ningún tipo de problema real, me generaba tanta envidia.

Cuando salí de mi habitación todo estaba en silencio, mis hermanas estaban sentadas a la mesa y mi padre leía el periódico, sin embargo mi desayuno no estaba en la mesa. Mi madre me estaba castigando con la ley del silencio, no era la primera vez, con Amy hacia lo mismo, pero con Lis nada de eso servía porque no le importaba nada.

Tome mi mochila, la había dejado tirada en la entrada, Lis se levantó luego de pedir permiso y Amy hizo lo mismo, los tres salimos juntos de la casa. Nuestra hermana menor fue por su cuenta, sin embargo Lis subió a la parrilla de mi bicicleta, como siempre.

-Traje tu desayuno en mi mochila, mamá se pone boba...ignorala.- Ella susurra y yo acabo sonriendo, Lis Yamada es la niña más incomprendida y torpe que conozco.

¿WHERE?  Vance Hopper Donde viven las historias. Descúbrelo ahora