Idiots and Soda

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Narrador omnisciente

La idea de meterse siempre en problemas no era algo que le encantara, la verdad prefería pasarse el día jugando pinball y evitando los ruidos molestos, pero parecía ser que los imbéciles se atravesaban en su vida cada diez segundos. Como en esa mañana cuando el idiota de Finney Blake lo choco, provocando que tirara su caja de jugo, no era su culpa que el chico fuera torpe y darle una leccion no estaba tan mal.

Lo único que le gustaba de pelear era dejar en claro que era fuerte, de ese modo nadie se atrevía a molestarlo con estupideces, tampoco lo insultaban o dirigían la palabra. Su único amigo era Ben, un idiota de cabello largo que al igual que él solo jugaba pinball, el resto de los chicos con los que pasaba el rato se acercaban sin que él los invitara y en teoría mientras no lo molestaran le daba igual su presencia.

Durante el almuerzo se decidió por tomar un refresco frío, esperando no escuchar a ningún profesor quejarse por las idioteces que el grupo estaba haciendo. Pero mientras se dejaba deslizar por la pared pudo observar a la enana rarita que lo apodo de forma tan ridícula, también lo había llamadado "idiota" y debía admitir que tenía huevos para decirle de esa forma, aunque también estaba la posibilidad de que solo tuviera algún problema mental y no fuese consciente de lo que decía.

Grito en su dirección para llamarla, pero ella solo lo ignoro y entró a la biblioteca, eso era grosero. Con poca paciencia aplastó la lata y la tiro a la basura, ignorando a los chicos para seguir a la niña.

Camino dentro de la biblioteca, solo había estado ahí un par de veces para dormir la siesta, no es como si le importaran sus calificaciones de todos modos. Pero suponía que la hermanita de la superestrella deportiva era una nerd come libros, después de todo solo escuchaba puras estupideces buenas de esa asquerosa familia de ricachones.

Busco por entre los estantes, pero al final la encontró sentada en un sofá alejado, parecía algo viejo y un espacio al que ningún estudiante iría , se veía incomodo. Sin pensarlo mucho más, se acerco a ella, tomando asiento justo en frente para no darle oportunidad de escapar. -¿Acaso eres sorda? Aunque con todas las estupideces que dijiste hoy en la mañana, dudo que lo seas.- Ella abrió sus ojos con terror, apretando el libro que descansaba en sus manos, parecio pensar antes de hablar, como si tuviese que encontrar las palabras adecuadas para no ser golpeada.

-¿Lo siento?- Eso lo había enfurecido más, ni siquiera entendía si estaba preguntando o afirmando, entonces por un instante quiso gritarle a la cara.

Respirnado profundamente Vance se hizo de una paciencia que ni él sabía que existía. -¿Me estas preguntando? Pense que saldrías con un chorro de estupideces, pero esto es aún peor.- Entonces ella relajo su rostro y cerró el libro para prestarle atención. Él por su parte bajo la mirada a la ropa que llevaba puesta, porque claramente ella tuvo que cambiarse luego de que la arrojo al barro. Ahora que lo pensaba se arrepentía un poco, después de todo era una chica y él no midio su fuerza. -¿Te lastimaste mucho cuando caíste?-

Ni siquiera podía entender porque se preocupaba ahora por algo que ya había hecho, porque de todos modos era culpa de ella y de su torpe hermano por meterse en una pelea en la que no tenían cavida, sin embargo podía imaginar a su madre maldiciendolo por tirar a una chica y no pudo contener la sensación de culpa.

-Estoy bien, pero mis pantalones no, supongo que tendré que lavarlos a mano para quitar la mancha.- La sensación de incomodidad constante que sentía, esa que le hacía odiar estar junto a la gente, parecía haberse detenido. -¿Acaso no venias a golpearme? Me escondí aquí porque pensé que no sabrías abrir la puerta de la biblioteca....mierda.-

Entonces lo entendió, esa chica estaba jodidamente loca y él estaba mal de la cabeza por preocuparse por ella. -¿Es que acaso tienes diarrea verbal, idiota?-

¿WHERE?  Vance Hopper Donde viven las historias. Descúbrelo ahora