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Narrador omnisciente

La idea principal no era llevar a Lis Yamada a su casa, mucho menos presentarla a su madre, pero para Vance esa era la situación actual. Tenía a la hermana del chico que más odiaba en su casa, no solo bastaba con eso, si no que se sentía extremadamente nervioso a su alrededor.

Lis era una chica linda, cabello negro hasta la mitad de la espalda, ojos oscuros y en su sonrisa se podía apreciar un lindo diente torcido, nada exagerado, pero le añadía cierta ternura que podía mover hasta la persona más fría. Mientras más la observaba, más detalles encontraba que eran de su agrado, como el bonito tono de voz que usaba cuando algo le gustaba, siempre cantarin y dulce.

Para Vance todo era una novedad, jamás había estado tanto tiempo al lado de una chica, mucho menos era capaz de mantener una conversación duradera con una. Las chicas siempre corrían lejos, preferían chicos amables y educados como Bruce.

-Luego de hervir las manzanas, puedes aplastarlas con un tenedor y de esa manera tienes el relleno para la tarta, puedo enseñarte como se hace otro día-

La señora Hopper estaba junto a Lis en la cocina, ambas charlaban sobre el postre que la rubia había preparado, una deliciosa tarta de manzana verde. Vance las observo cuando salió de la ducha, su cabello estaba empapado, dejando sus rulos lisos hacia bajo, no le gustaba perder el tiempo sacándolo y por eso luego quedaba hecho un desastre.

Lis volteo con la asadera entre manos, sonriendo para el rubio, él se adentro a la cocina y le quito lo que llevaba, ayudándola a desmoldar el postre. Después de todo estaba caliente y no quería que se quemara.

Su madre lo observo con una sonrisa, rodeando luego a la pelinegra con sus brazos, estaba tan agradecida de ver a su hijo feliz. Vance siempre fue difícil, no porque fuera un chico problema como todos creían, si no que por su culpa había tenido que vivir cientos de situaciones desagradables a una joven edad.

-¿No quieres tomar un baño, linda? Puedo llenar la bañera para ti- Lis asintió con la cabeza, recibiendo un beso en su frente como respuesta, luego la mujer salió de la cocina y ella solo se quedó observando por donde había salido.

-Lo siento, mi mamá suele ser muy cariñosa, ya sabes...-

Vance llamo su atención, ambos estaban solos de nuevo y la tensión del ambiente regreso, ninguno podía entender como habían llegado a ese punto.

-Está bien, ella es muy amable, tienes una buena madre- Él asintió a lo que ella decía, estaba de acuerdo conque su progenitora era increíble, lo mantenía ella sola ya que su padre aparecía en pocas ocasiones y cuando lo hacía, solo era como un cliente. Después de todo él no había nacido por una unión de amor, simplemente fue una noche de negocios para su madre y para su padre un par de billetes.

-Creo que tenemos té, le voy a pedir a mamá que prepare un poco-

La tarta ahora descansaba sobre la pequeña mesa, Vance era bueno en las labores del hogar y a Lis eso le parecía increíble, jamás imagino ver al chico más rudo sirviendo un postre.

Ella lo observo por el rabillo del ojo, aun se preguntaba que tan molesto podía estar por lo del beso, esperaba que no demasiado ya que no quería perder su amistad. Vance había sido la segunda persona que se acerco a ella por cuenta propia, después de Donna, significaba tanto tenerlo a su lado que no podía imaginar perderlo por un momento estúpido.

-Tu casa es linda, gracias por traerme y también por ser amable- Él quiso refutar la última parte, pero se contuvo, jamás se había comportado de manera amable con nadie y admitir que con Lis era diferente, significaba mostrarse débil. Como si ella le importara, tal vez lo hacía más de lo que estaba dispuesto a admitir.

La señora Hopper regreso con un canasto de ropa para lavar, indicándole a Lis que el baño ya se encontraba pronto y que había dejado productos nuevos de higiene para ella sobre el lavamanos.

El comedor quedó nuevamente en silencio, Lis se dirigió al baño y Vance de inmediato fue apresado por su madre. La mujer lo tomó por los hombros, logrando que se sentará, quería hablar sobre un par de cosas con él.

-¿Cómo y por qué esta encantadora niña tiene un golpe en el rostro? También quiero el número de su abuela, yo misma llamare mañana a primera hora-

Vance la observo, cruzando sus brazos, él también se preguntaba las mismas cosas que su madre. Él solo recordaba tirar a la niña al barro y ahora la tenía en su mente de forma permanente.

¿WHERE?  Vance Hopper Donde viven las historias. Descúbrelo ahora