1 día después
El camino era relajado y sin complicaciones, las vísperas de la Navidad ya se dejaban ver, la brisa invernal soplaba con delicadeza y las jóvenes charlaban para romper el hielo mientras su vigía atendía el camino
-oye cuervo
-dime
-todo el camino he tratado de comprenderlo y encontrar la lógica pero contigo es difícil... Mucho diría yo
-¿gracias?
-no era un cumplido
-¿gracias?
-si, está bien, yo quería preguntarte ¿porque tu caballo no usa hierros?
-no los necesita, en su tierra natal los caballos viven al aire libre, no hay herreros ni establos, aún con eso no sufre de sus patas, es un caballo de combate, sus ancestros lo fueron y sus hijos lo serán
-¿de donde lo sacaste?
-de la estepa mongola
-¿estuviste en Mongolia?
-si, a los chinos no les gusta que les disparen en el rostro así que como venganza por la muerte de uno de sus comandantes me dejaron en medio de la nada, desnudo, sin armas, sin comida y con una pierna rota, me abandonaron en las montañas del Trifinio para que muriera
-¿y como fue que sobreviviste?
-como no sabía a dónde ir trate de bajar la montaña para ponerme a salvo, caí por un acantilado y cuando desperté dos hombres me llevaban en una carreta, pusieron sobre mi a un montón de corderitos para que me dieran calor y así no morir de hipotermia, tenia roto un brazo y la pierna que ya de por si estaba herida me la destroce aun más, ese día me salvé de milagro... Como las otras 30 veces
-¿y te dieron el caballo para que los dejaras en paz?
-o no les quitaras su comida
-no raton de biblioteca, me quedé con ellos hasta que pude recuperarme, me enseñaron todo lo que hacían y sabían, su idioma, escritura, costumbres, un estilo de combate totalmente diferente al que yo conocía, yo había empuñado espadas para dirigir no para pelear, ellos me enseñaron a usarlas para cortar cabezas, ellos lo hacen todo diferente a nosotros, me enseñaron a hacer absolutamente todo arriba del caballo, a cazar con aves de presa, a combatir el frío, los lobos y a los tigres de Amur, me trataron como a uno de los suyos, después de que me fui de aquí Mongolia fue el segundo lugar que visité, bueno en realidad fue china pero en Mongolia fue el primer lugar en el que no quisieron asesinarme, se entiende ¿no?
-¿y el caballo?
-un regalo de despedida y agradecimiento, ellos me salvaron de morir y me enseñaron a ser un mejor soldado y yo los ayude haciendo lo que mejor sabia hacer... Matar, para ser más exacto Contrabandistas chinos, después de eso ninguno de esos imbéciles volvió a tratar de asaltar las caravanas mongolas... Estoy muy seguro
-espera un minuto... ¿Si te abandonaron a tu suerte como es que aun conservas tus cosas?
-ahh eso es simple, el hermano de la maldita bruja a la que tu mataste hace unos días me las guardo... Al menos no por que el quisiera, él estuvo paseándose por todos lados con mis armas en su puesto fronterizo de avanzada así que antes de partir a la isla al Este de ahí fui y se las quité todas y cada una de ellas
-lo mataste
-igual que a un maldito gusano
-bueno enviaste el mensaje... Supongo, ¿que pasó después?
-nada, simplemente me fui, el caballo y yo nos hicimos buenos amigos y en cierto modo el también me a salvado de muchas en las que he caído, ha sido un buen compañero
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El Cuervo Carmesí
Historical FictionAventuras, tiroteos, palizas, caballos, armas, forajidos y sexo, todo lo que te gusta del lejano oeste en un cliché gigante.... Por que a fin de cuentas, así es el viejo oeste