Sin Parpadear

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Berlina salió del hotel muy temprano, tanto que la oscuridad aún reinaba en las fría calle principal, se ajustó el sombrero y el guardapolvos para después subirse a su caballo cuando de pronto vio llegar a tres hombres a la cantina, atar sus caballos e ingresar en ésta

-que extraño, no se ven muy sucios, y si vienen del cañón deberían estarlo... A quien le importa, necesito dormir

Berlina subió a su caballo y avanzó unos cuantos pasos cuando miró a uno de los hombres que calzaba unas botas de serpiente mientras que los otros dos ostentaban pieles de éste animal en sus cinturones y bandoleras

-esos imbéciles son de la banda de las víboras... ¿Que carajos hacen aquí?

La joven se aproximó sigilosamente a la cantina y cual si fuera una viajera ingresó en ésta con el cuello hasta arriba y el sombrero inclinado posandose en la barra y a unos metros de donde los recién llegados

-eyyy oiga señor, un vaso de whisky por favor, tengo entumida la garganta

Beny el cantinero entendió lo que la joven intentaba y se aproximó a Berlina, ambos se miraron y el robusto hombre asintió

-y ¿que les sirvo caballeros?

-denos 4 cervezas

-seguro... Oiga, pero ustedes solo son tres ¿Seguro que quiere una extra?

-no se apure, nuestro amigo ya llegará

-está bien, salen 4 cervezas ¿y que los trae por aquí?

-ya sabe, pues trabajo, esa mujer Kellerman compró 180 cabezas de ganado y las trajimos desde Tuxon hasta su rancho, fue fácil, cuando tienes una buena puntería deshacerse de los indeseables es pan comido

El cantinero miró al hombre y después a la joven y esta se aproximó a los sujetos

-vaya si que son bastante hábiles

-¿disculpa?

-si, dirigir cabezas y cruzarlas por los 4 estrechos es en exceso peligroso, eso sin contar a las tribus salvajes, vaya, que valientes

-gracias linda, oye una pregunta, ¿estas disponible?

-¿como dices?

-si, disponible, te pagaré bien

-eso depende

El hombre sonrió y bebió su cerveza de golpe

-¿de que? Vamos dime, estoy muy ansioso por subir a la habitación

-depende de que tan bien se les dé recibir palizas

La joven pateó la entrepierna del sujeto que rápidamente cayó desvanecido para después desenfundar y apuntarle con su colt mientras que a los otros dos sujetos que intentaron socorrer a su amigo una escopeta ya les apuntaba por la espalda

-si se mueven se mueren hijos de perra

El cantinero amarillo su escopeta doble y la joven le propinó una patada en la cara al sujeto en el suelo que de pronto comenzó a escupir sangre

-muy bien hijos de perra ustedes no trajeron ni un puñado de carne hasta aquí, conozco a los Kellerman, vivo con ellos y créanme cuando les digo que ellos no trajeron ni habían considerado comprar más reses, además de que ni de chiste hubieran contratado a miembros de la banda de las víboras para trabajarlas, así que me van a decir que carajos hacían en el rancho o juro por dios que los voy a asesinar yo misma con mis propias manos y voy a darle sus cadáveres a los cerdos para que éstos se alimenten... ¡¡¡PRIMER AVISO IMBÉCILES!!!

El Cuervo Carmesí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora