Pequeños Detalles

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-Hey... Oye despierta...

-ya... Ya desperté, ¿ya es de día? ¿Que hora es?

-son las 4 de la madrugada, me cercioro de que sigas viva y que tus piernas y brazos no estén congelados

-ahhh gracias... Supongo, bueno volveré a Dormir

-como gustes, la tormenta no fue lo que esperaba así que podrás partir cuando quieras, o al menos mientras la nieve no sobrepase el metro de altura

El muchacho tomó la piel de oso y volvió a tapar a la joven que por unos minutos según su percepción (varias horas) volvió a dormir

-ahí fuera está helando, pero estar aquí es... Muy cálido, como en la riviera, la riviera... Era tan... Hermosa... ¿Que carajos es éso?

Berlina bastante adormilada se enderezó debido al sonido de un golpeteo a la lejania, de inmediato se puso las botas, la piel de oso encima y se aproximó a la ventana en donde observó al muchacho cepillar a los caballos y al burrito mientras los hacía correr en la nieve, estos jugueteaban de un lado al otro, se tiraban al suelo y pataleaban bastante entretenidos mientras el muchacho cortaba un poco de carne de una cabra y la asaba en una fogata cercana, al terminar ingreso en la cabaña y se encontró con la chica encojida en la enorme piel de oso y sentada en la silla frente a la mesa ya preparada para desayunar

-buenos días, ¿dormiste bien?

-si muchas gracias, sinceramente esperaba pasar frío pero esta piel ayudó bastante

-genial, come un poco, si quieres llegar a ciudad del risco rápido será mejor que comas ahora, después ya no podrás hacerlo

-¿ya pensaste en lo que te dije anoche? Sobre... Pues acompañarme

-no hay nada que pensar... No voy a ir a ningún lado

-pero... ¿Por que no?, necesito tu ayuda y yo nunca necesito de nadie, eso debería probar que realmente estoy desesperada

-bueno Cherry, sabrás como resolverlo, se que puedes hacerlo, te empacare algunas provisiones para tu viaje y te daré un protector de cuero de vaca para tu caballo, desayuna anda

-oye, te pagaré lo que sea, lo que me pidas pero necesito alguien que sepa cómo encargarse de las cosas sin chistar

-¿lo que sea?

-si, lo que sea...

-ok, quítate esa bata, voy a cobrar por adelantado

El joven se sacó la camisa de manta y se quito la cartuchera de los pantalones ante la sorprendida joven que sin más abrió sus verdes ojos como platos y miró al muchacho con furia

-eso jamás, preferiría morir antes que dejarme chantajear así por un ermitaño estúpido que tiene días sin asearse

-de hecho me bañé en el lago esta mañana así que no te preocupes, estoy limpio y reluciente

-vete al carajo

-santo cielo, realmente quería acostarme contigo pero no pensé que fuese tan difícil,

-felicidades, oficialmente eres la persona más repugnante que he conocido, y he conocido sujetos que le darían asco al diablo

-ok ok está bien, nos abrazaremos después, solo tengo una pregunta para ti, ya que te ves muy decidida a llevarme contigo ¿hasta donde estas dispuesta a llegar con tal de...? ¿que se supone que vas a hacer?

-mi objetivo principal es buscar a cierta persona que se encuentra del otro lado de la frontera y saldar...
¡¡¡Por el amor de dios ¿puedes ponerte la camisa?!!! Me congelo de solo verte

El Cuervo Carmesí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora