Capitulo 5.

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A partir de aquí, algunos se van. Estos son:
Akatsuki sin Itachi y Zetsu
Los Kages y sus estudiantes sin Gaara, Tsunade y la esposa de Choji.
Shizune
Kabuto
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Ahora si que se fueron más. Lo mío es talento innato, de veras. De cincuenta y ocho personas los pude reducir a treinta y dos. ¿Milagro? Posiblemente. Creí que iba a tardar más en que se dieran cuenta que debían mantener la paz.

Si mis informantes — mis primos — no se equivocaron, los Kages llegaron a un acuerdo de veinte años para prevenir guerras y/o posibles conflictos.

No es mucho, pero es un buen avance.

Me entretengo con el Genio-esfera muestras que todos llegan.

Es hora de ver cuánto a cambiado el futuro.

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— ¡Apresúrate, Naruto!— le gritó — Ya todos están en allá.

— Ya voy — me contesta acelerado.

Recargo mi hombro, cadera y cabeza contra la pared mientras cruzo mis brazos para esperarlo. No pasan ni dos segundos cuando la puerta es violentamente abierta y Naruto sale corriendo de ahí, tomando mi brazo para jalarme y que yo lo siga.

Llegamos corriendo con los demás, los cuales, por obvias razones, nos vieron al mismo tiempo.

Empujó levemente a Naruto de la espalda para que avance. Él entiende mi indirecta y nos sentamos en el sillón que no ha sido ocupado.

Analizó mi alrededor. Los muebles no han sido movidos, por lo qué hay más de uno que ocupa un sillón de dos estando solos.

En su lugar, Samira juega con la esfera.

La avienta y la atrapa.

La avienta y la atrapa.

La avienta y la atrapa.

La avienta, la atrapa y no la vuelve a lanzar.

— ¿Quién quiere ser el primero en ver su futuro? — pregunta nuestra anfitriona abiertamente.

— ¡Yo! — grita Konohamaru levantando la mano como si quisiera tocar el techo — ¡Yo! ¡Yo! ¡Aquí!

— Ñee, tú no — le contesta Samira — ¿Algún otro?

— ¡OYE! — explana Konohamaru poniéndose de pie. — ¿Por qué "no"?

— Eres muy joven ...— empieza a explicar aburrida.

— ¿Qué importa? Dame la oportunidad.

Samira voltea arriba y mueve la cabeza como si estuviera contando los pros y los contras. Después de un rato, toma su decisión.

— De acuerdo — dice y lanza la esfera a él.

Todos contenemos un suspiro asustados, incluso algunos chillaron. Pero Konohamaru se lanzó y la atrapó.

Solté el suspiro de alivio.

"Pareciera que a esta chica poco le importa."

— ¿Ahora que hago? — pregunta Konohamaru.

— Y perdiste tu oportunidad — se lamenta Samira mientras apoyaba sus manos en el sillón para poderse levantar.

— ¡No! ¡No! — grita Konohamaru levantando su mano libre en señal de que se detuviera —. Ya recordé.

Las comisuras de los labios de Samira se alzan levemente.

"Se está divertido con esto, solo bromeaba con él". — me doy cuenta impactada.

Reaccionando a futurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora