Reaccionando a futuros

Mano a mano

Les pedí a Jugo y Suigetsu que cargaran a Sasuke y lo llevaran a una habitación mientras yo intentaba calmar a las masas.

No fue tarea sencilla. A diferencia de las primeras veces, ahora nadie me escuchaba y poco les interesaba el futuro.

Intente ser civilizada, hablar con calma pero no funciono.

Intente ser razonable, gritar más fuerte que ellos para que me prestaran atención. Casi rompo mis cuerdas vocales por nada.

Como último recurso hice lo más sensato. Saque dos kunais y los lance en direcciones diferentes.

Puede que estuvieran distraídos, molestos y dejándose llevar, pero siguen siendo ninjas.

Reaccionaron rápido, buscando de donde provenía el peligro. Cuando encontraron mis ojos sus miradas se calmaron, pero solo un poco.

— Ahora que tengo una vez más su atención, — digo — vamos a repartir las habitaciones — alguien quiso hablar pero yo seguí mi monólogo —. Posteriormente se servirá la comida. Ayudémonos mutuamente: cierren la boca y sigan las instrucciones.

Algunos murmuros y leves quejas se escucharon, pero las ignoré.

— Este lugar cuenta con aproximadamente 20 habitaciones para dormir, — camino por los alrededores para darle más énfasis a mis palabras — por lo que a algunos les tocará compartir con dos compañeros— junto mis manos como si estuviera explicando la creación del universo —. Los afortunados dormirán con un solo compañero — me detengo a lado de la puerta y les sonrío a todos — .Las habitaciones NO están separadas, así que, no les costará encontrar una buena, sin embargo, cabe recalcar son escasas.

Abro la puerta y salgo.

— Feliz caza. — me despido.

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Me duelen las piernas de tanto correr.

Un vez dentro de la habitación me dejé caer de forma exagerada.

Cuando Samira dijo "feliz caza" poco entendieron que era la señal para buscar una habitación. Solo Pain, Orochimaru, la hermana del Kazekage y tres chicos de Konoha salieron.

Claro, incluyéndome.

Al principio la "carrera" fue tranquila, pero una vez que todos se dieron cuenta, el desorden empezó. Entre a la primera habitación que encontré desocupada.

Pobre del infeliz a quien le toque conmigo.

Veo a mi alrededor, hay una segunda puerta, supongo que es el baño.

"¿Samira es tan rica que puede tener una casa de este tamaño?"

"¿Está es su casa?"

"¿De dónde vendrá?"

Me levanto del suelo y empiezo a examinar la habitación. Es amplia, con dos camas, un estante de libros y un pequeño buró. Práctica, pero cómoda.

Me siento en una cama, es cómoda, más no me agrada que sea tan alta.

La puerta rechina, volteo a la entrada pero no hay nadie. Posteriormente se escucha como la cierran con fuerza.

"Creo que mi compañero está en el baño" — reflexiono.

Me quito la capa y me acomodo mejor en la cama. Una vez acostado, paso mi brazo detrás de mi cabeza y lo uso de almohada.

Debo hablar con Sasuke.

Aún no se si es para pedirle disculpas o para seguir seguir fingiendo quien soy. Tal vez para que me odie más y me pueda matar.

Pero si me mata ahora, que ya muchos saben la verdad, eso lo convertirá en un criminal.

Por otro lado; puedo decirle la verdad, aún que esté se enojaría mucho y posiblemente no me vuelva a hablar.

Aunque, si me sigo fingiendo puede que crea que solo lo hago porque realmente me desagrada.

"Cual quiera que sea mi decisión, terminará enojado y decepcionado de mi." — pienso triste.

— ¿Por qué tienes cara de perro abandonado? — me pregunto.

Nunca escuché que la puerta se abriera, pero al parecer mi compañero salió del baño.

"Un segundo... ¿Dijo que parezco perro? Que maleducado"

Con molestia, busco su mirada. El sentimiento se fue al ver su cara.

"Que suerte la mía."

Me levanto de la cama y me quedo sentado.

— ¿No estabas desmayado? — le cuestionó.

— ¿No eras un asesino? — me regresa.

No está gritando o llorando. Al contrario, estaba sonriendo de lado. Que humor tan ácido.

— Sobre eso... — no se como seguir, pero, gracias a mi ancestros, él toma la palabra.

— ¿Quieres agua? — me ofrece una botella.

"Esto es raro".

No patalea o hace movimientos rudos.

No muestra nada, más que seriedad. Su camita es relatado, su cabello está acomodado, su ropa sigue organizada.

No hay señal de nada.

— Gracias — tomó la botella con desconfianza.

Él se da media vuelta y se acerca a la puerta abierta del baño, agarra la perilla y la cierra.

— ¿Por qué no estás enojado? — le pregunto sin pelos en la lengua.

— ¿Por qué lo estaría?

— Por haber matado a nuestra familia, a nuestro clan. Por preferir la aldea antes de la sangre.

El solo niega.

— Dime otto, ¿por qué no me has golpeado?

— ¿Es lo que quieres?¿Que te golpe?

— Quiero que dejes de contestar un pregunta con otra — expresó con molestia mientras me pongo en pie y acerco a él.

— Estoy enojado, pero no contigo. — dice frunciendo el ceño. — Eras apenas un niño y te dieron una misión injusta.

— Yo la acepté — intento defender.

— Aún así, no debieron de hacerlo. Pudiste haber encontrado una alternativa... de hecho la encontraste, pero no te dejaron llevarla acabo.

— Sasuke...

— Regresando, matare al consejo, empezando con Danzo.

— No puedes...

— Puedo y lo haré, con o sin tu apoyo.

Camina a la puerta y se marcha.

"Carajo."

Me encamino yo también a la puerta y salgo en su búsqueda, sin embargo soy detenido por dos de los Legendarios Sannin.

— Tenemos que hablar. — habla la Quinta Hokage.
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Está ofreciéndome una disculpa que no le corresponde.

Está ofreciéndome un trabajo el cual no sabía que podía volver a emplear.

Está ofreciéndome un hogar al cual no creí regresar.

Está ofreciéndome la vida que no creí que volvería a tener.

Por primera vez soy egoísta.

Acepto sin pensar.
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A la mañana siguiente éramos menos que el día anterior. De mi equipo, solo quede yo.