🍀Cap18🍀

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Aliss

Todo el camino de regreso al apartamento me la pasé quejándome con Dimitri por cargarme como sacó de papas. ¿Lo peor de todo? Dijo que dejara de quejarme y que dejara de actuar como niña chiquita. ¡¿Qué se cree?!

Cada vez estamos más cerca del apartamento, y mis nervios estan por volverme loca, tal vez dos años parezcan nada, pero de cualquier forma me siento muy nerviosa. ¿Qué se supone que haga? Mierda... ¿En dónde carajos va a dormir?

Ya se hizo de noche.

Ashly esta fuera del apartamento por esta semana, tal vez pueda dormir ahí, por que no pienso dejar que el duerma a mi lado, no puede ver las cicatrices de mi espalda ni el tatuaje en mi cintura.

Pego un pequeño brinco cuando la puerta del acompañante se abre, Dimitri me tiende su mano para salir con una pequeña sonrisa.

— ¿Recuerdas lo difícil que era poder abrirte la puerta?

Sonrío recordando el como muy pocas veces dejé que me abriera la puerta del auto. No dejaba que lo hiciera porque lo podía hacer yo, es algo tan sencillo que no veo el por qué dejar que alguien lo haga por mi cuando lo puedo hacer yo por mi cuenta.

Recuerdo las muchas veces que Dimitri se quejaba conmigo por no dejarlo abrir mi puerta, alegaba que lo dejara ser un caballero conmigo y que no arruinara sus intentos románticos.

Tomó su mano aceptando su ayuda y salgo del auto. Error, ahora estoy muy cerca de su cuerpo, tanto que siento su respiración en mi mejilla.

Antes de que pueda hacer algo el se aleja, pero no suelta mi mano y me indica que lo siga, lo miro curiosa pues no vamos a la entrada del edificio de hecho nos estamos alejando de el, y cuando le pregunto a dónde vamos, lo único que responde es que aún es temprano.

Camino junto a él, por un momento siento como si nada hubiera cambiado, como si todo siguiera igual.

— Dimitri, ¿a dónde vamos?

— Por ahí. — se encojes de hombros.

Bufo.

— Tratar de hablar contigo es imposible, no te cuesta nada decir más que simples monosílabos.

El sonríe.

— Ahora sabes lo que yo sentí cuando trataba de sacarte plática a ti.

Me callo, no hay nada que pueda decir, después de todo dice la verdad.
Dejo de hablar y simplemente camino con el. Estoy empezando a frustrarme, no es un silencio incómodo pero me desespera que no hable, sin mencionar el hecho de que aún no suelta mi mano, y ah sí, se me olvidaba el hecho de que no sé a dónde mierda vamos.

Reconozco un pequeño parque que da con una propiedad abandonada, los árboles son enormes y la hierba está muy alta, el parque esta completamente solo, incluso parece algo aterrador lo solitario que se ve. Dimitri nos hace cruzar el parque y seguir caminando hasta llegar a la malla que separa la propiedad con el parque.

Lo siguiente que Dimitri hace me sorprende. El suelta mi mano y trepa por la malla con mucha facilidad hasta saltar para estar del otro lado de la malla. Lo miro curiosa.

— Venga salta, ¿o no puedes?

—Pudrete.

— Ah que lindo, ahora la princesita dice groserías, eso es nuevo princesa. — bromea.

Dimitri comienza a ser un grano en el culo.

No digo nada más y también salto la malla. Una vez del otro lado empezamos a caminar nuevamente. ¿A dónde mierda quiere ir? Los pies me empiezan a doler, no e descansado desde las cinco de la mañana, quiero ir a dormir.

En la base de cazadores me prepararon para hasta correr un maratón, pero no estoy ahí, y no tengo porque seguir con sus estúpidas reglas, quiero descansar y tal vez una taza de café. Si eso suena muy bien.

Realmente me estoy estresando, me siento rara al no saber a dónde mierda es que se supone que vamos, me siento desorientada.

No recuerdo que el fuera así, si era algo misterioso pero no era del tipo que solo me pone a caminar un kilómetro sin decir a dónde vamos. Quiero preguntarle, pero mi orgullo me gana, ¿qué tal si su respuesta vuelve a ser un "por ahí"? Si no, gracias pero no.

Levanto la mirada y lo único que puedo ver es su espalda, a pesar de que Dimitri esta más flaco, no deja de ser fornido, su espalda sigue siendo ancha, la llema de los dedos me pican y la tentación de tocar me llega.

Salgo de mis pensamientos cuando choco contra la espalda de Dimitri, por suerte no pierdo el equilibrio, pongo mis manos en su espalda y me alejo un poco de él.

Bueno, querías tocar y ya lo hiciste. ¿Ya nos podemos ir a casa?”  habla impaciente Jen.

Ruedo los ojos.

— ¿Qué pasa? — me atrevo a preguntar.

El se voltea y me mira.

— Quiero mostrarte algo.

— ¿Qué quieres mostrarme?

El me dedica una pequeña sonrisa. Debería dejar de andar de misterioso y regalarme más de esas sonrisas, yo podría derretirme justo ahora. Toma mi mano y puede parecer muy patético, pero siento como una pequeña corriente eléctrica me pasa por todo el cuerpo.

El me indica que mire hacia el frente, cosa que hago, me topo con un árbol enorme, no tengo ni la menor puta idea de que tipo de árbol es, pero es enorme y vaya que su tronco es muy grueso, quien sabe cuantos años puede tener este árbol. Dimitri me guía hacia el árbol, luego se inca un poco frente a mi y pone sus manos entrelazadas y abiertas sobre sus rodillas. Quiere que suba. No tengo idea del por qué le hago caso, pero lo hago y empiezo a subir por el árbol, Dimitri como era de esperarse sube con gran facilidad.

— Sube hasta la copa. — me indica

Sin decir nada sigo subiendo, ya estamos a una altura algo considerable. No tengo idea del cómo, pero Dimitri empieza a subir más rápido pasando me, trataría de seguirle el paso, pero por ahora mi prioridad es no resbarar y caer.

Alzo la mirada y veo como estamos llegando a la cima del árbo, Dimitri me tiende su mano, acepto su ayuda y subo a la misma rama que él, me coloca justo delante suyo. Intento preguntar que hacemos aquí, pero el me interrumpe y me indica que vuelva a mirar hacia arriba, esta vez el cielo al estar en la copa del árbol.

Miro algo embobada el hermoso paisaje frente a mi, veo las estrellas y el azul oscuro del cielo, es una noche muy linda. Veo a mi alrededor y vaya que caminamos, por que los edificios se ven algo lejanos, y la vista que da la ciudad desde aquí es estupenda.

Siento unos brazos rodearme, abrazándome y acercándome más a su cuerpo. Nuevamente la corriente por todo el cuerpo. Se siente muy cálido el estar entre sus brazos; pongo mis manos sobre las suyas.

— Puede parecer tonto, pero te sigues robando mis primeras veces. — mormuro

— No es tonto, — susurra en mi oído — y me alegra seguir siendo el primero en todo.

El deja escapar un pequeño suspiro.

» Déjame seguir siendo el primero Aliss, — me abraza más fuerte pero sin llegar a hacerme daño — quédate conmigo. Déjame volver a enamorarte.

Dejo caer mi peso sobre el, no bajo la mirada del cielo. ¿Volver a enamorarme? ¿Cómo se supone que va a hacer eso?

Sonrio y dejó escapar un pequeño suspiro. Ay Dimitri, no puedes enamorar a alguien que ya lo está.

 El Renacer  ~¿Un Mate? 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora