Aliss
Camino con Dimitri tras de mi, escuchando sus quejas y reproches.
— Porque mejor no dejas de quejarte, — digo mientras habro la puerta de la oficina — dejate mimar.
— ¿Entonces por qué me traes a mi oficina?
Lo guio hasta el sofá, lo hago sentarse y voy en busca de las tijeras que hace unos minutos optuve de Dimitri, o más bien su pequeño bolsito de "suministros" como el lo llamo, que técnicamente es un pequeño bolsito con unas tijeras, rasuradora y una maquina de afeitar. También tomo los papeles que Kane me dio y se los muestro.
— Por esta semana, vas a trabajar aquí. — veo su intención de replicar, pero no lo dejo. — Sin objeciones, está decidido qué el día de hoy y el resto de la semana solo harás papeleo.
Dejo los papeles en el escritorio y me pongo delante suyo.
— No puedo dejar la manada así de..
— Ya hable con Kane, — lo corto — él se encargará de todo allá afuera y tú del papeleo. Todo está arreglado.
El me mira con reproche, para nadie es un secreto que Dimitri odia hacer el papeleo, al igual que Liam, ambos aman estar en el bosque. Veo sus intenciones de volver a replicar así que lo corto con un beso sobre sus labios.
— Por favor Dimitri.
Deja salir un suspiro de cansancio.
— Vale, — cede — pero solo será por estos tres días, debo volver.
— Lo prometo. — llevo mis manos a su cabello — Ahora, ¿qué tanto quieres que lo corte?
El me mira por unos segundos y luego ve su reflejo en un espejo que cuelga en la pared.
— Hace siglos que no llevaba el cabello tan largo, cortalo un poco y hazlo en capas.
— ¿Me viste cara de estilista?
— Tú fuiste la que dijo que lo haría, yo solo te indico lo que quiero.
Dejo salir una pequeña risa antes de poner manos a la obra. Lo hago sentarse en una de los pequeños sillones que tiene frente a su escritorio, tomo un pequeño cepillo antes de empezar a desenredar su cabello, me acomodo entre sus piernas y casi de forma inmediata el lleva sus manos a mis caderas.
— Por favor, no hagas que me arrepienta de dejarte cortar mi cabello.
Le sonrío divertida por su preocupación.
— Quedará bien, deja de pensar tanto.
....
Camino de una lado a otro, los nervios me carcomen y no es nada nuevo para los demás ni para mi.
Mi madre vendrá y con ella mi hermano.
Por ende, mis nervios están más que justificados, no tengo idea de como vayan a tomarlo y la idea del rechazo me está matando.
— Princesa, a como te sigas moviendo de un lado a otro te juro que te amarro a una silla.
Miro a Dimitri, viene saliendo de la cocina con un plato repleto de pastel de chocolate, es la cuarta vez que come en el día. Admito que al principio lo obligue a comer, pero después de que se enterara que Meredith había hecho pastel de chocolate, nadie lo para.
Aunque tampoco es que tenga las fuerzas para detenerlo, verlo tan flaco no me gusta.
— Déjame, solo estoy nerviosa.
— Aliss, — me giro y lo miro — ven conmigo un momento por favor.
Le veo extrañada, pero le hago caso y lo sigo por el pasillo que lleva al jardín.
Escaneo todo a mi alrededor, había olvido lo hermosos que es este lugar, ciertamente la mansión de Dimitri es enorme, su jardín no es la excepción, hay flores y arbustos por todo el lugar, sin mencionar los árboles con frutas. Mucho antes de que tuviera que irme, solía correr hacia los árboles de manzanas, había uno en específico, era el más grande de todos y era justo ese lugar al que Dimitri me estaba llevando.
Dimitri deja de caminar al estar frente a una pequeña mesa con dos sillas a su alrededor, esta se ubica justo debajo del árbol de manzana, esa mesa no solía estar ahí.
— ¿Qué hacemos aquí? — me atrevo a preguntar.
El se gira a verme, deja el pequeño plato ahora sin pastel en la pequeña mesa, recuesta su cadera a esta y abre sus brazos a mi.
A veces lo odio de verdad.
Odio que apesar del tiempo me sepa leer tan bien.
Camino hasta el y me refugio en sus brazos, me aferro fuertemente a su espalda y dejo caer mi cabeza contra su pecho mientras el pasa uno de sus brazos por mi cintura y el otro va a mi cabello, dejando leves caricias en mi cabeza.
— Saldrá bien, lo prometo.
— Esto no está entre tus manos, Dimitri. — digo y me separo un poco de su pecho para mirarlo a la cara.
— Nunca dije que podría solucionar las cosas, — el lleva su mano a mi mejilla — pero te aseguro que estaré junto a ti en todo momento.
Acerca su rostro al mio y por un momento creo que me va a besar, pero lleva sus labios a mi frente y deja un beso antes de separarse un poco y mirar detrás de mi.
Mierda.
Con todo el coraje que no tengo me doy la vuelta para ver a la persona que está a unos pasos de distancia de nosotros. Mi madre me mira como si no lo pudiera creer, la sorpresa y la confusión son evidentes en su rostro.
Mi padre aparece segundos después, este dirije su mirada a Dimitri, pero este último no se deja intimidar, o al menos eso pensé antes de que Dimitri apretara un poco su agarre en mi cintura y su cuerpo se tensara por completo.
Me separo de Dimitri al ver como mi madre comienza a caminar hacia mi, es entonces cuando me llega a la mente todas esa veces que Fernando amenazó con dañarlos. No sabía lo que él era capaz de hacer, pero una vez que intente escapar, ordenó a sus hombres atacar la manada, me obligó a verlo todo desde lejos, mi manos y pies atados y en mi boca había un trozo de cinta qué me impedía hablar, no podía defenderme, tenía una bruja de su lado, con la mínima pizca de magia que hiciera ella me atacaria.
Esa fue la vez que Fernando hizo que me diera de lo que era capaz, hizo que le rogara y gozo cada minuto de mi dolor.
Antes de que me de cuenta ni madre está frente a mi, pidiéndole a Dimitri qué nos deje a solas. Mi padre, quien hasta ahora noto, esta de pie a unos pasos de mi madre, este tiene intenciones de seguir a Dimitri pero mi madre le pide que se quede, lo cual hace que me ponga más nerviosa.
A lo lejos veo a un guardia llegar e ir en busca de Dimitri.
Volveré en unos minutos princesa
Le escucho decir en mi cabeza.
¿A dónde vas?
Hay un inconveniente en la frontera, no te preocupes, yo me encargaré.
Es todo lo que dice antes de salir de mi vista con el guardia siguiéndolo.
Miro al frente. De acuerdo Aliss, no es como si fueras a la guerra, es solo tu madre...madre a la que no veías hace dos años..
¡Feliz navidad atrasadaa! JAJAJAJA, siento la demora, pero dicen que es mejor tarde que nunca, ¿no? :)
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El Renacer ~¿Un Mate? 2
WerewolfMiles de recuerdos llegan a mi mente, su voz, su sonrisa, sus ojos verdes. Fueron muchos los momentos en los que disfrute con ella, y la odio, la odio por querer protegerme, ese es mi deber, cuidar de ella, entonces uno de los recuerdos que más me d...