🍀Cap. 31🍀

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Aliss

Miedo, nervios. La verdad no sé como me siento ahora, la mirada de mi madre, escaneandome junto con mi padre, que al parecer está igual de nervioso que yo, lo cuál de cierto modo me pone más ansiosa.

— Ahora, quiero que ambos me expliquen que mierda paso y por qué ninguno de los dos trató de busrme, o si quiera una simple explicación algo que me dijera que estaban a salvo. — habla, fuerte, el enojo y el reproche es evidente en su voz.

— María del Pilar, — inicia mi padre — queríamos hacerlo, de verdad que si pero...

— Yo se lo impedí mamá, desde el momento que estuvimos fuera papá lo intentó pero..

— ¿Así que simplemente decidiste hacerle caso? — habla mi madre esta vez mirando a mi padre — ¿Tú? El ser más testarudo que a existido, que además es su padre, ¿y simplemente le hiciste caso?

— Ya hemos perdido demasiado por mi terquedad, no quería perder nada más. Escucha, Pilar solo..

— María del Pilar para ti, aún sigo molesta Mario.

— Mamá..

— Escúchame Aliss, ninguno de los dos tiene una idea de..

— Pilar escucha, todo lo que hicimos fue para protegerlos..

— ¿¡Pero dos años!? — habla con enojo — Ya había superado el hecho de que tu ya no estuvieras, pero perder a mi hija y a mi marido por la misma causa es..

Vale, está muy molesta.

Y tiene todo el derecho, por miedo a lo que podría pasar me alejé, deje que el miedo me consumiera y preferí alejarme para que no los dañaran a ello, sin ver que yo era la que los estaba lastimando.

No me lo pienso mucho, termino de acercarme y la abrazo. No sabía cuanto había extrañado un abrazo de mi madre hasta ahora.

— Lo siento mucho, mamá.

El nudo en mi garganta es insoportable y por más que trate las lágrimas en mis ojos luchan por salir.

Al separarme un poco de ella, lleva sus manos a mi rostro y borra una qué otra lágrima traicionera.

Por un momento estoy apunto de volver hablar, pero veo como un guardia entra corriendo, su cara refleja desesperación y preocupación.

— ¡Luna, el alpha la necesita!

Es justo en ese momento en el que todo se viene a bajo, lo peor viene a mi mente sin poder evitarlo.

Sin esperar más le exijo el paradero de Dimitri al guardia, la ubicación que me da no es precisamente mi lugar favorito, pero con ello sé quién es el causante de los problemas.

Una vez sé la ubicación no espero nada más y empiezo a correr lo más rápido que me dan mis piernas. Ignoro los gritos de llamado que me da mi padre.

"Déjame salir, deja que yo me encargue."

Hago caso, dejo que Akira se haga cargo de llevarnos hasta ese lugar. No perdemos tiempo y llegamos lo más rápido que nuestras cuatro patas nos da, a lo lejos logro escuchar gritos, pero no son solo gritos, son gritos de dolor, de agonía.

Es entonces cuando veo el panorama completo, logro ver a muchos de los soldados de Fernando atacar a nuestros guardias. El número de diferencia es enorme entre los soldados, los nuestros son solo quince, ellos son al menos cincuenta cazadores.

Logro ver a Dimitri entre el ajetreo aún en su forma humana, los hombres de Fernando ni siquiera logran tocarlo, pero aún así se le ve cansado. Trato de llegar hasta él, pero cuando los cazadores se dan cuenta de mi presencia ponen su atención en mi, comienzan a atacarme. Comienzo a defenderme, pero es aquí cuando el número de diferencia entre los soldados se hace notar.

 El Renacer  ~¿Un Mate? 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora