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Kim Jongin.

¿Cómo quitarse ese jodido nombre de la cabeza?

O mejor aún, ¿cómo quitarse a ese hombre de la cabeza? El tipo era una hermosura andante, por más que le haya incomodado hasta la punta de los zapatos, debía de admitir que le había gustado demasiado.
No lograba descifrar si aquello era algo bueno o algo malo.

¿Él sería igual que Kris? ¿Pediría cosas a cambio de sexo? ¿Siquiera sabía su orientación sexual?
No, no tenía esa pinta, pero ojalá así fuese, le ahorraría muchas cosas, además de las ganas de ser follado por él.

Negó con la cabeza, antes de regresar la vista a las plantas que estaba cuidando. Ya había comenzado a encargarse de las hidropónicas con mucha dedicación, Taeyong apareció de repente para poder explicarle algunas cosas y aclararle ciertas dudas, como el ajustarle el humidificador al sesenta por ciento. A veces tenía que preguntar las cosas una y otra vez porque temía olvidarse de detalles importantes como ese, incluso el controlar el pH del agua casi al seis, porque no era lo mismo que el riego común. Definitivamente las cosas cambiaban con el tipo de riego.

Era cansador el ocuparse solo de cada una de esas plantas, acomodar las luces, controlar los termostatos, la bomba de agua y demás, Minseok necesitaba un respiro, además de estar encargándose de armar. A veces lo único que quería era detenerse a fumar uno y perderse un buen rato, pero no podía consumir la producción o lo matarían. A esta altura no sabía si literalmente, pero obvio no iba a correr el riesgo.

Sin embargo, ese día la vida quizá quiso escucharlo.

Por primera vez Onew le había pedido que llevara parte de la producción para alguien del grupo de entrega, lo cual significaba que debía volver a la mansión. Le había hecho el favor, poco a poco había comenzado a llevarse mejor con Onew, ya pasaron casi dos semanas desde la última vez que había estado allí, claro que esta era una oportunidad que no quería perder y Onew había comprendido bastante bien la primera amenaza de Minseok antes, pero ahora se había convertido en algo más que un compañero. Minseok intentaba conocerle mejor para poder comprenderlo y, al parecer, todo su esfuerzo por fin estaba teniendo sus frutos.

No era mucho lo que había pedido uno de los tipos, suponía que era más que nada para consumo personal. Era demasiado irónico que alguien que distribuía marihuana la pidiera como quien va a comprar pan a la esquina, eso le causaba un poco de gracia.

Onew lo llevaría hasta la casa, si tenía suerte, podría encontrar a Kim Jongin dentro. Teóricamente debía de estar en su despacho para esa hora, aunque existía la posibilidad de que lo hicieran mierda antes de que llegase siquiera a tocar la puerta. Por ende, si no lo encontraba por casualidad en otro lugar, no iba a ir a buscarlo.

—Si te llegan a preguntar algo, no tuve nada que ver —Onew mencionó, dejando su moto a un costado de la calle mientras encendía un cigarrillo entre sus dedos. Él tenía planeado dejarlo entrar en el lugar y retirarse de allí, no quería responder a nadie—. Dices que Kim Jongdae te mandó.

—¿Y ese quién es? —Minseok comenzó a caminar a su lado, frunciendo su entrecejo. El nombre de ese tipo le sonaba de alguna parte, quizás solo lo oyó de Key u Onew.

—A quien le estás llevando esto —Onew palmeó la mochila que llevaba en su espalda y Minseok casi tropieza por la sorpresa.

—¡Ah! —Recordó de repente—, es el rubio que me crucé la primera vez. ¿Entonces se lo doy y ya? ¿En dónde le encuentro?

—Seguramente está en el bar del lugar o su cuarto, quién sabe. ¿No querías conocer la casa? Diviértete buscándolo —Onew rio con cierta burla y siguió su camino hasta ingresar finalmente dentro de la casa por la entrada trasera, los supuestos guardias lo reconocían de inmediato y solo intercambiaban un par de miradas y asentimientos.

Love Words / ChenMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora