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Respiré un par de veces seguidas antes de apartar la cabeza de Jongdae de encima mío. Lo miré con atención para asegurarme de que estuviera completamente dormido, también toqué su rostro con mis dedos.

Delineé su mejilla con mi índice y sentí la suavidad de su piel, encontrándome sorprendido por lo linda que se veía. Pero no tenía tiempo para distraerme, así que me senté contra el respaldar y busqué mi teléfono en el pantalón que quedó en el suelo.

–Jongdae –le llamé por las dudas para asegurarme de que en verdad estuviese inconsciente–. ¡Kim Jongdae!

Sin embargo este seguía igual de muerto. Bueno, quieto.

Marqué el número de Hyuk con prisa y aguardé a que contestara, por suerte no tardó demasiado.

–¿Listo? –preguntó nada mas al contestar.

–Puedes venir.

–Por cierto, ¿tienes con qué manejar al abogado? Aunque sea algo como una cuerda, esposas o lo que sea.

¿Cómo es que se me había pasado por alto eso?

–Lo olvidé por completo... Es que iba a llevarlo con Taemin, o que él me dijera a dónde puedo tenerlo –reí por lo bajo porque eso último había sonado gracioso.

–Te llevaré unas esposas y cinta.

–Gracias.

–Iré en unos minutos.

La llamada terminó y dejé el teléfono a un costado. Salí de la cama con algo de dificultad. Vaya, no había creído que me dejara así...

Con una leve mueca me levanté y comencé a vestirme. De vez en cuando di rápidos vistazos a Jongdae, quizás tendría que cambiarlo también. Aunque,
¿Era necesario? Es decir, ¿a los de la mafia les importaba eso?
Pero por comodidad mía decidí que sí, por lo que busqué su ropa en el suelo y me empeñé a vestirlo con la dificultad que implicaba.

Por algún motivo me detuve un momento a observar la cantidad de lunares que tenía regados por todo el cuerpo, al menos se le veían bonitos. Pero no estaba para andar perdiendo el tiempo, así que proseguí a terminar de poner sus prendas y salir de la habitación.

Comencé a revisar cada recoveco de su departamento en busca de algo que tenga importancia, desde la cocina hasta su baño. Sin embargo no había nada importante más que grandes sumas de dinero en algunos escondites.

A paso rápido apagué el reproductor de música para que dejara de joder el ambiente y sinceramente, fue un alivio.

Me regresé a la habitación y nuevamente busqué entre los cajones de sus muebles, en donde había cosas como llaves, carpetas de algunos de sus casos y fotos. Nada que pudiera servirnos a los demás.

Al final terminé dándome por vencido y opté por esperar a que llegara Hyuk, sentado en el centro de la cama con Jongdae tirado al lado.

A este punto podía admitir que era una lástima las consecuencias en las que había conocido al rubio, aunque quisiese estrangular las palabras en mi cabeza, no podía mentir que después de lo de hace un rato me tenía pensando en ello un poco más de lo normal. Pero por el momento intenté convencerme que no debía perder el tiempo en ello, él era simplemente un ingenuo.

Ah, ¿por qué estaba confundido...?

La vibracion del teléfono captó mi atención de inmediato y un mensaje de Hyuk diciendo que ya había llegado, me despabiló por completo. Así que a trotes salí a buscar la llave en donde la había visto antes y salí del depto para poder bajar a la entrada.

Love Words / ChenMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora