Otra mañana más había pasado en la que despertaba sola en la cama. Ya me había acostumbrado a sentir el lado izquierdo del colchón frío cuando Changbin decidió que era buena idea comenzar a levantarse temprano para ir al gimnasio. Y eso no hubiera sido malo en sí, solo que luego de eso pasaba por el dormitorio, se bañaba rápidamente y luego volvía a salir, esta vez al estudio.
Decir que lo veía un par de horas al día era un sobreentendimiento. Porque llegaba a las nueve de la noche, comía, hablábamos unos minutos y luego se iba a dormir nuevamente. Y la rutina se repetía, incesantemente, un día detrás del otro.
Había perdido la cuenta de cuál era esa mañana. Intentaba no prestarle atención a lo poco que lo veía porque sabía que estaba ocupado, así que simplemente hacia mi día con la esperanza de tenerlo unos minutos en las noches; ese día no iba a ser la excepción.
Me levanté de la cama y con pasos pesados me arrastré hasta el baño, donde hice lo posible por asearme sin dormirme en el intento. Porque además de que lo extrañaba, me costaba mucho descansar sin Changbin a mi lado y todo esto comenzaba a pasarme factura.
Pero de nuevo, deshice ese pensamiento egoísta a un costado y continué. Fui a la cocina, preparé mi desayuno y lo tomé en el jardín en un pobre intento de ganar algo de energía de los rayos del sol; al terminar mi café volví a entrar porque no me sentía nada mejor y es más, ahora me sentía más triste porque hacía un día bonito y lo iba a pasar sola de nuevo.
Estás últimas semanas en las que Changbin se enfocó más en su trabajo intenté pasar más tiempo con los chicos. Vivimos juntos, por lo que ya nos vemos desde que nos despertamos hasta que nos vamos a dormir pero durante las vacaciones tendemos a pasar el tiempo descansando o, si tenemos algo de suerte, con nuestra familia.
El que era el caso de Innie, Hyunnie, Han y Minnie, quienes en este momento se encontraban con sus respectivas familias mientras el resto nos relajabamos en el dormitorio; ya sea porque nuestras familias se encontraban ocupadas o porque teníamos asuntos que resolver aquí, no habíamos podido viajar esta vez.
Excepto Channie y Lixie, quienes hicieron sus visitas exprés y desde que volvieron no dejan de sonreír cada minuto del día, se vieron renovados luego de ver a sus familias después de tanto tiempo y no podía culparlos. Al menos ellos alegraban un poco el ambiente.
Sin embargo ese día ni los chistes malos de Chan o los brownies calientes de Lix lograron moverme en lo más mínimo; este último detalle preocupó al pequeño grupo por lo que decidieron hacer una reunión en el salón.
— Quiero ir a dormir, por favor —pedí al grupo en general, porque se encontraban sentados alrededor mía en el sofá y esperaban a... no sé qué, en realidad.
— Leah, ¿Qué sucede? —preguntó Minho quien estaba a mi izquierda. Sus brazos estaban cruzados sobre su pecho y su rostro me veía con atención, a pesar de que podía sonar enfadado la preocupación se veía en sus ojos.
— Jamás rechazas mis brownies Lele, ¿Que pasó? ¿Es por Binnie-hyung? —comenzó Lixie con un mohín pero antes de que pudiera decirle que me encontraba bien, la mención de su nombre me hizo frenar.
— ¿Es porque está todo el día fuera, verdad? —preguntó en tono comprensivo Chan, con una de sus manos tomó la mía y acarició mis nudillos con suavidad— ¿Has intentado hablar con el estos días?
— No hay nada de lo que hablar, oppa, estoy bien —negué, porque sabía que estaba haciendo un drama de algo estúpido y no era mi lugar el sentirme aislada por esto. No estaba bien.
— No lo estás Lele, y eso no está mal tampoco —el tono de Minho se suavizó, volviéndolo peligroso porque sabía que en cualquier momento iba a provocar que me derrumbara— Tienes tus razones para sentirte así.
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stray kids one shot's ✧︎ִֶָ ̽
Fanfictionhistorias cortas de nuestros chicos favoritos !