17 ~ lee felix ~

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— No me parece la mejor idea Hannie —negué lanzandome de espaldas a la cama. Tapé mi rostro con mis manos, soltando un bufido— ¡Es una idea terrible!

— ¡Oye! Es lo mejor que se me ocurrió hasta ahora, respeta —contestó con un tono de voz graciosa, haciendome reir. Momentos después lo sentí lanzarse en la cama junto a mi, quitando mis manos de mi rostro y haciendome girar levemente para mirarlo— Ya enserio, yo creo que sí deberías hacerlo —sonrió encogiendose de hombros.

Soltando un gemido quejumbroso me acomodé sobre el hombro del castaño, quién rió mientras rodeaba mis hombros con su brazo.

— ¿Y con qué cara voy a verlo después? —murmuré llevando mi mano al collar que colgaba de mi cuello, jugando con este mientras mordia mi labio inferior con preocupación— Hannie, a esta altura, ya debería rendirme.

— ¡Eso nunca! —exclamó levantándose de golpe, haciendome caer en la cama. Lo miré frunciendo el ceño, gesto que él me devolvió— En esta casa no criamos cobardes y mucho menos desertores —habló asintiendo, casi con orgullo. Señalándome con un dedo, levantó una ceja— Y mucho menos tú, que vienes hace tanto tiempo planeando esto.

— Pero... ¡Ugh! ¿Por qué el amor tiene que ser tan complicado? —alargué la última "O", tapando mi rostro nuevamente, soltando un grito que fue amortiguado por mis manos. Me destapé, observando aun con el ceño fruncido a Han, quien aguantaba una risa— No me ayudas en nada —bufé desviando la mirada— ¡Lo dices cómo si confesarle a tu mejor amigo que estas enamorada de él fuera lo más sencillo del mundo!

— Ya, lo siento —se disculpó soltando una risa, recostandose en la cama y pasando sus brazos detrás de mi cintura para tirar de mí en un abrazo. Lo acepté a regañadientes mientras él apretaba su agarre y nos mecía con emoción— ¡Nuestra pequeña Maknae y su declaración de amor! No puedo esperar para verla.

— Te detesto. Infinitamente —murmuré pues me encontraba aprisionada en su pecho, el cual tembló ante su risa— ¡Ya, dejame ir!

— ¿Leah? —se oyó una voz entrar al cuarto, la cual reconocí como la de Felix.

— ¡Lixie! ¡Sálvame por favor! —rogué asomando mi cabeza lo que me fue posible entre los brazos de Han, que ahora se encontraban sobre mis hombros.

El rubio rió mientras el mayor se apartaba con una carcajada, dejando por fin que llenara mis pulmones con nuevo aire.

— ¡Casi me matas! —exclamé sentandome en la cama rápidamente, mirando al castaño con indignación, quien no hacía más que reír prácticamente tirado en el suelo— ¡¿Y por qué te ríes tonto?!

—¡Tu-tu rostro! —continuó riendo mientras golpeaba el suelo con una mano, la otra se encontraba sobre su estómago.

— ¿A ti te cae muy bien Han? ¿Crees que lo extrañarias si lo hiciera desaparecer? —pregunté al rubio que se encontraba junto a la puerta mientras me cruzaba de brazos. Volví mi mirada al mayor, que intentaba recuperar la respiración recostado contra el suelo.

— Pasas demasiado tiempo junto a Minho-hyung —rió Lix acercandose a la cama. Se sentó junto a mi, cruzando sus piernas y pasando un brazo por sobre mis hombros— Perdónale la vida por esta vez, no lo hace apróposito —se encogió de hombros apretando sus labios, escondiendo su bonita sonrisa.

— Tienes razón, viene así de nacimiento —asentí con seriedad junto al rubio, captando la mirada ofendida de Han— Lo siento oppa, no lo tenía en cuenta —me burlé, agravando su indignación.

— Estos chiquillos de hoy en día —chasqueó la lengua levantandose del suelo, limpiando su ropa de inexistente polvo. Se dirigió hacia la puerta rápidamente debido a la almohada que el rubio junto a mí le habia lanzado— ¡Mira lo que le enseñas al niño, Leah!

stray kids one shot's ✧︎ִֶָ ̽ Where stories live. Discover now