Terminé de colocarme mis leggings y, luego de quitar la toalla de mi cabello, salí del baño. En el salón, colgué las dos toallas en el mini-tendedero instalado en una de las paredes y me lancé al sillón cuando hube terminado.
Un bufido abandonó mis labios cuando caí en cuenta de que ya no me quedaba más por hacer. Había lavado los platos del día anterior, limpiado y barrido toda la casa y hasta lustrado los muebles del aburrimiento que me invadía.
Por contexto, había dado positivo por Covid y la compañía habia decidido que lo mejor sería pagarme un departamento aparte para mantenerme aislada de los chicos. Mientras ellos continuaban con las grabaciones para Oddinary, yo me encontraba encerrada en un piso a diez calles de nuestros dormitorios, con la salida de este completamente prohibida.
Me levanté del sofá y tomé mi movil de la mesa de centro, dirigiendome luego a la cocina y directo al parlante que se encontraba en el suelo junto a la Monstera. Luego de conectarlos exitosamente, Why'd You Only Call Me When You're High? de Artic Monkeys comenzó a sonar con fuerza, llenando las paredes vacías del departamento.
Agradeciendo el no tener vecinos, canté tan alto como quise mientras caminaba hacia el refrigerador. De este tomé la mantequilla, huevos, leche y escencia de vainilla y los dejé sobre la encimera. Saqué un bowl metálico de la alacena y lo dejé junto a la harina que busqué del mismo lugar.
Unos minutos más tarde me encontraba amasando la masa de las galletas, satisfecha cuando sentí los grumos deshacerse y volverse tan suave como debía serlo. Era una receta sencilla, pero era la que solía hacer para los chicos cuando tenía un momento de descanso y aunque hicieran relativamente pocos días que no los veía, igual los extrañaba demasiado.
— So who's that girl there? —canté algo más animada, intentando diatraer mi mente de los chicos para centrarme en las galletas.
— I wonder what went wrong so that she had to roam the streets —interrumpió una voz por sobre la música. Me giré rápidamente con el corazón en la garganta, encontrandome con Han parado junto a la mesa, sonriendo de oreja a oreja— ¡Sorpresa! —abrió sus brazos sonriente.
Dejando de lado el susto que aún no se me iba, corrí a sus brazos y me lancé a su pecho, envolviendo mis brazos en su torso pero con cuidado de no tocarlo con mis manos llenas de harina.
— ¡Dios, casi me matas del susto! —exclamé con el rostro contra el centro de su camiseta sin mangas. Levanté mi vista al sentir su risa, mirándolo contrairada— ¿Y de qué se supone que ries?
— De que si hubiera sido un ladrón, podría haber vaciado el departamento y no te hubieras dado ni cuenta —se burló subiendo la voz, pues en los parlantes aún se reproducía la música y se encontraba bastante alta— Te extrañé, enana —hizo un mohín, disfrazando la burla en su voz haciendome ojitos.
— Cinco centímetros, cinco —remarqué con un bufido. Aún así esbocé una sonrisa cuando lo oí reír, sin poder evitar sentirme feliz y tranquila por primera vez en días— Yo también te extrañé —ladee mi rostro, observando con detalle uno de los rostros que más había extrañado estos días.
El mayor pasó sus brazos por mi espalda y bajó su rostro, con una sonrisa de lado. Se inclinó levemente y dejó un beso en mi nariz, haciendome cerrar los ojos. Continuó con su camino de suaves toques por mi rostro y, cuando estuvo por frenar sobre mis labios, me alejé.
— ¡Hey! —se quejó cuando de repente me alejé de sus brazos— ¿Y eso por qué?
— ¡Aún estoy enferma Han! —le recordé alejandome unos pasos más. Llevé mis brazos a mi cabeza con repentina preocupación, pensando en lo que acababa de suceder— ¡Diablos! ¿Por qué estás aquí? ¡Ya debes estar contagiado para este momento! —exclamé por sobre la música, alejandome unos pasos más como para intentar mantener la distancia.
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stray kids one shot's ✧︎ִֶָ ̽
Fanfichistorias cortas de nuestros chicos favoritos !