- ¡3racha! -era muy probable que todo el edificio hubiera oído mi grito pero ese sería un problema de mi yo del futuro; ahora me preocupaba más que el trío de idiotas me abriera la puerta- ¡Si tengo que repetirlo, voy a tirar la puerta abajo! -exclamé ahora dejando de golpear la puerta para pararme frente a ella, cruzando mis brazos sobre mi pecho y fijando la mirada en la pintura blanca como si pudiera ver a través.
Uno, dos, tres segundos pasaron hasta que el sonido del picaporte resonó en el silencio del pasillo.
- Voy a terminar de abrirla si prometes no golpearnos -una pequeña voz se oyó gracias a la rendija que habían abierto, el ojo que reconocí como el de Jisung se asomó bien abierto- ¿Por favor? -sabia que lo habían mandado, recordándole que sonriera con inocencia, porque tenía un punto débil por el pequeño castaño.
Pero hoy no era el día.
- No voy a gastar una promesa que voy a romper en un minuto, Jisung, así que termina de abrir la puerta -pinché el puente de mi nariz inhalando con profundidad, haciendo acopio de todas mis fuerzas por no abalanzarme contra la madera que probablemente quebraria unos cuantos huesos de mi cuerpo.
Un momento después fue abierta en su totalidad antes de que el menor de los tres corriera a sentarse sobre el sofá, cruzando sus piernas y juntando sus manos en su regazo; esperaba que se estuviera preparando mentalmente para lo que les iba a caer porque lo tenían bien merecido.
- Uh-uh, no quiero oírlos -levanté mi mano, cerrando mis ojos, cuando avancé dos pasos dentro de la habitación y los dos mayores comenzaron a parlotear sin cesar- Tuvieron tiempo para pensar su excusa, ahora quiero que Jisung me la cuente -me giré al recién nombrado, quien subió su mirada con la pena inyectada en ella.
Sabía que estaba siendo dura, que de verdad se arrepentian y el tiempo seguramente se les había pasado volando pero no era algo a lo que pudiera hacerle la vista gorda. No cuando se trataba sobre ellos.
- No te enfades, por favor, de verdad lo sentimos -comenzó en voz baja, ahora jugando con sus dedos sobre sus piernas dobladas- Nos entretuvimos componiendo y al final decidimos terminar el álbum, el tiempo se nos pasó demasiado rápido -cuando su mirada bajó al suelo y su tono con ella, toda la fachada dura que llevaba encima se derrumbó.
Me asomé detrás de la puerta, tomé la bolsa de tela que había apoyado en el suelo y la dejé sobre el escritorio, teniendo cuidado con la laptop del mayor. Cerré ahora la puerta y caminé hasta encontrarme junto al sofá.
Me senté sobre el apoyabrazos y con delicadeza tomé el rostro cabizbajo de Han. Cuando logró verme sin apartar la mirada acaricié su mejilla antes de deslizar mi brazo por sobre sus hombros, abrazándolo contra mi cuerpo. Suspiré con pesadez cuando sentí sus brazos rodear mi cintura casi con desesperación.
Hannie es mi bebé. Todo el grupo está al corriente y lo saben desde el momento en que puse mis ojos sobre él. Fue uno de los primeros en captar la atención de Chan e, inevitablemente, la mía también; el segundo en el que se acercó con sus mejillas regordetas, sonrisa rosada que enseñaba sus encías e increíble talento para... bueno, en realidad todo, un sentimiento de puro amor y deseos por protegerlo de todo lo malo del mundo me inundó.
Fui muy rehacia al principio, porque lo que menos quería era asustarlo, pero al castaño siempre le gustó ese tipo de atención. Tenemos apenas meses de diferencia en cuanto a edad pero siempre me sentí como su hermana mayor, y Hannie ha repetido en incontables ocasiones como era la hermana que nunca tuvo, por lo que nuestra relación funciona con fluidez.
- ¿Qué comieron? -pregunté a los mayores, quiénes se echaron miradas avergonzadas entre ellos antes de que Binnie señalara las latas vacías de bebidas energéticas que yacian en el suelo- No... -comencé, siendo incapaz de formar una oración coherente ante la molestia que me invadió.
Entiendo lo importante que es componer para ellos pero sobretodo, lo mucho que aman hacerlo. Entiendo que podrían pasarse horas encerrados simplemente haciendo lo que les gusta y también entiendo que pueden olvidarse de ciertas cosas en el proceso. Pero no había cosa que me enfadara más que el que descuidaran su salud por hacerlo.
No había excusa lo suficientemente aceptable para dejar pasar el hecho de que no hubieran comido en 24 horas, y el hecho de que se hubieran descuidado tanto sin siquiera pensar en ello me retorcía el estómago.
- Leah... -ahora intentó Chan comenzar, en un tono suave y tan avergonzado que en cualquier otra situación me hubiera causado gracia. No ahora.
Siendo frenado una vez más por mi mano, se calló. La mano de Jisung que acariciaba mi espalda con la punta de sus dedos, junto a unas cuantas respiraciones profundas, permitió que me calmara lo suficiente como para no golpearlos para hacerlos entrar en razón.
- En la bolsa hay arroz, verduras y agua. Coman por favor -pedí en un suspiro, sin abrir mis ojos, descansando mi mejilla sobre el cabello del castaño que se aferraba a mi cintura.
Una fracción de segundo después se oyó el sonido de la tela seguido del plástico duro siendo abierto. Me separé de Hannie para alcanzarle uno de los recipientes y cubiertos que Binnie me entregaba y observé complacida como llenaban sus bocas del alimento que había preparado hace poco más de media hora.
Y les explico; el día de ayer por la mañana el trío abandonó el dormitorio adjudicando que se encontraban inspirados y querían componer, y que no nos molestaramos en esperarlos despiertos. Lo cual no es raro, porque no sería la primera ni la última vez, así que luego de asegurarme de que me prometieran que no iban a cenar comida rápida me quedé tranquila con el resto.
Lo que, aparentemente, había sido un error. Porque me desperté esta mañana, sin rastro de 3racha en ninguna parte de los dormitorios y, luego de cocinarles algo rápido y nutritivo salí apresurada y enfadada en busca de los tres chicos.
Hannie me sacó de la nube en la que me encontraba cuando su mano se posó en mi muslo, un hábito que siempre había tenido y se había vuelto usual para ahora; lo hacía para calmarme cuando estaba ansiosa y funciona de maravilla, déjenme decirles.
- Gracias -desvió su mirada de la comida y un momento para regalarme una sonrisa con las mejillas llenas y ojos brillantes, inevitablemente me derreti ante la escena- No lo volveremos a hacer Leah, te lo prometo -apretó suavemente mi pierna y presionó su mejilla contra mi pecho antes de volver a su comida.
Asentí ahora a los chicos que me agradecían y hacían la misma promesa y, luego de asegurarles que yo había desayunado hace no tanto, la habitación se sumió en sonidos únicamente de sus masticaciones y cubiertos contra el plástico; y si bien en cualquier otro momento lo hubiera detestado, ahora el sonido me traía algo de paz.
Así era como más quería verlos, contentos, parlanchines y con el estómago lleno. Felices.
~ ~ ~ ~ ~
espero que les guste y lo disfruten <3
sonrían, tomen agua y coman sus verduras,
les amo <3

YOU ARE READING
stray kids one shot's ✧︎ִֶָ ̽
Fanfictionhistorias cortas de nuestros chicos favoritos !