Capítulo 3

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Miró al pelinegro cuando éste pasó junto a él y soltó un largo suspiro, se veía tan bonito como todos los días, en ese momento no podría recibir ninguna burla o golpe por parte de Felix porque no estaba ahí; Sin embargo, al oír otra voz inmediatamente frunció su ceño.

— Ihhh, andas enamorado de ese chico. —era Hyunjin quien había aparecido en en pequeño espejo que llevaba en la bolsa de su abrigo grande.

— Maldita sea, cállate... —murmuró intentando ser discreto al hablarle a su bolsa—. Si accedí a tener un espejo en mi bolsa fue porque no me dejaste de joder en toda la noche para que lo hiciera, ahora guarda silencio, pequeño mocoso.

— ¿Por qué eres tan grosero con tu hada mágica? Maleducado ojos de gato. —le sacó la lengua pero antes de que el pelinaraja le dijera algo, desapareció.

Soltó un quejido molesto, ¿Si había tantos angeles disponibles por qué le habían mandado a un chico que parecía ser sacado del prescolar? Suspiró buscando calmarse cuando vio a sus dos amigos acercarse a él junto al mismo peliazul de ayer. Era malo disimulando, pero debía hacerlo porque no tenía una excusa en ese momento.

— Te ves tenso, ¿Estás bien? —preguntó el menor de todos poniendo su mano sobre el hombro foráneo.

— Sí, ya sabes... Otro día más vivo, que asco. —respondió con ironía antes de cruzarse de brazos—. En fin, vámonos a clases.

Los tres lo siguieron por detrás en silencio, Felix frunció un poco su ceño cuando entraron al aula, a Minho no le gustaba llegar tan temprano a clases, sin embargo lo dejó pasar. Esta vez Jisung se sentó cerca de ellos, más específico, en el asiento que estaba junto a Minho del lado derecho.

— Hyunjin. —murmuró mirando hacía abajo, la pequeña "hada" apareció en su espejo—.  Ahora sí comprobaré si de verdad puedes conceder deseos. Quiero que la clase ya terminé.

— ... Por supuesto, ¿Qué coño es la unión de las dos Coreas?, ¡Vamos a alterar el tiempo para que el señor no tenga una clase! —frunció su ceño y después chasqueo los dedos.

El timbre de la campana sonó, esta indicó el final de la clase de psicología, Minho miró a su alrededor, todos estaban tomando sus mochilas y levantándose. Extrañamente le llegaron recuerdos de lo que al parecer; habían hecho en el resto de la clase. Algo extrañado volvió a mirar su espejo.

— ¿Crees que iba a adelantar el tiempo sin que pasará de verdad? —se cruzó de brazos—. Mi deber es apoyarte en todos los sentidos, no te dejaré sin conocimientos también.

— Sí que eres útil.

— Y tú un inútil. —volvió a sacarle la lengua y como la vez anterior, desapareció.

Frunció notoriamente su ceño y soltó un gruñido, ¿Quién se creía esa pequeña hada para llamarle de esa forma? Minho era su dueño, debía respetarlo, ¿No es así? Soltó un suspiro largo y se puso de pie cuando vio a sus amigos girarse a él, colgó su mochila en su hombro antes de fingir una sonrisa.

— Minho, estaba pensando que podríamos beber un poco este fin de semana. —dijo Felix con una sonrisa.

— Tenemos examen la próxima semana y sabes que cuando bebemos no paramos hasta el lunes. —acomodó su mochila sobre su hombro—. ¿Seguro que quieres hacerlo?

— Bueno, ya que Han es parte de nuestro grupito creo que sería buena idea. —el pelinaranja no se mostró tan convencido—. Jeongin podría decirle a Changbin y quizás él lleve a Seungmin.~

— ¿En mi casa como siempre? —preguntó inmediatamente tras escuchar el nombre de su enamorado.

—soltó una risa—. Por supuesto.

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