Capítulo 30

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Tiró su mochila a su cama y después se dejó caer sobre la misma, soltando un largo suspiro cansado. Cerró sus ojos y se envolvió en la manta que por la mañana había olvidado acomodar. De forma silenciosa Hyunjin apareció en el espejo y no dijo nada por unos largos segundos.

— Minho... ¿Todo bien? —preguntó en un tono bajo.

— Me evaden. Desde ayer Jeongin y Felix me evaden por completo. —abrió sus orbes y miró al rubio quien también lo miraba—. Bueno, en realidad creo que es Jeongin quien intenta arrastrar a Felix todo el tiempo...

— Me dijiste que harán un viaje, ¿No? Es muy probable que estén juntos porque están emocionados. —sonrió.

— ¡El viaje!

Exclamó en voz alta y se levantó de su cama rápidamente, volviendo a ponerse su abrigo y meter en las bolsas de éste las cosas necesarias para salir al aeropuerto. También se puso sus audífonos, comentando estos a su celular el cual guardó en una bolsa delantera. Hyunjin solamente lo siguió con la mirada.

— ¿Qué sucede?

— Su vuelo saldrá hoy, muy pronto. Me olvidé de él. —tomó el pequeño espejo y salió de la habitación para bajar las escaleras. su hada apareció en el espejo de su mano para continuar hablando.

— Te recuerdo que tienes una hada mágica que ligeramente puede conceder lo que sea. —rió levemente—. ¿Por qué no deseas estar en el aeropuerto ya?

Minho se detuvo a mitad de la sala y miró fijamente a Hyunjin quien se sintió intimidado por la mirada ajena así que se encogió de hombros y desvió su mirada pero sin haber borrado su sonrisa.

— Comenzaré a desear cosas. ¿Por qué me complico tanto la vida? —puso una de sus manos en su frente—. Llévame al aeropuerto.

Hyunjin se cruzó de brazos.

— ... Por favor. —murmuró.

— ¡A tus órdenes, gatito! —soltó una risa antes de chasquear sus dedos.

Minho cerró sus ojos al tener tanta luz de repente frente a él. Lentamente los abrió y miró a su alrededor para que su vista se adaptara; Cuando lo logró se dio cuenta que estaba en el estacionamiento en el exterior. Bajó su mirada para ver a Hyunjin quien rápidamente habló:

— ¡Agradece que te traje al estacionamiento! ¿Qué hubiera dicho la gente si te ve aparecer de la nada? No quiero dejar de ser tu hada tan pronto. —refunfuñó.

— ¿Dejarías de ser mi ángel si los demás te descubren?

— Sí. Por eso debemos ser muy cuidadosos, tú lo dijiste, todos nos mirarían raro. —sonrió dulcemente.

— Mh... Claro. —guardó el espejo en su bolso para que así el menor no pudiera verlo—. Tampoco quiero que dejes de ser mi hada, aún. —murmuró lo suficientemente bajo.

— ¡¿Qué dijiste?! —escuchó a Hyunjin gritar.

— ¡Nada, maldita hada!

Miró a otro lado intentando distraerse, sin embargo; No pudo evitar sonreír al recordar esa última sonrisa dulce por parte del rubio. Tras entrar en razón buscó con la mirada la entrada al enorme edificio; Poniéndose en marcha cuando logró encontrarla.

Al entrar comenzó a buscar a sus amigos por todos lados pero ya que había demasiada gente no lograba hallarlos. Miró la hora en su celular, faltaban menos de media hora para que su vuelo despegara pero sabía que los pasajeros ya debían estar abordando. Rápidamente corrió hasta la sala de espera donde había incluso más gente, alguna abordando, otra esperando sentada.

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